jueves, 30 de agosto de 2012

Verano XLVIII

Ir al taller y ponerte perdido de telas de araña. Aunque es preferible esa ocupación a la eléctrica, teniendo ambas cables.

Tardes de verano

Hubo un tiempo en el que era feliz, porque tenía a mi tío. Yo era pequeño, y no tanto, y sabía que él estaba ahí. Para todo. Cumplí con mi condición de menor en esa clase de relaciones en las que alguien es cuidado por otra persona, de forma incondicional, como un escudo ante la maldad del mundo y las regañinas de otros. Y disfruté de este tiempo que fue muy feliz y que siempre recuerdo con alguna lágrima en mis ojos.

Pero justo el día en el que esa etapa murió, ocupé su puesto. Con algo de miedo, puesto que los comienzos fueron algo descorazonadores. Pero afortunadamente todo cambió y me he dado cuenta que, lejos de lo que yo creía, no había disfrutado de la mejor parte. La mejor parte es ver crecer, ver sonreír, hablar de fantasía sin preocuparse por nada más. Ver algo como tú, pero a escala. Y, en cierto modo, sentirse reflejado, volver a vivir la película del ayer otra vez, recordando lo bien que te sentías y saboreando el bien que hacías sentir en otros.

Axioma XLVII

Queda muy feo borrar los comentarios, una vez hechos, en las redes sociales.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Mi gente

Aquí. Visto aquí.

Verano XLVI

Si hay algo que tiene Internet y que hasta el momento nada había ofrecido, sobre todo en lo referido a la inmediatez y universalidad, es la posibilidad de compartir, de mostrar al mundo lo bueno que tenemos y lo que somos capaces de hacer, y así podemos descubrir que hay gente, quizá en otra parte del mundo, que tiene nuestros mismos miedos, nuestras mismas esperanzas, que ha pensado lo mismo que nosotros y que ha sido lo suficientemente valiente para decir al mundo que sí, que ellos también se sienten solos, que quieren compartir algo con los demás y que así quieren aliviar su pena.

Y quizá, de esta manera, se sientan un poquito más reconfortados. Menos hoja seca en este océano azul de agua incierta.

martes, 28 de agosto de 2012

Novedades guitarrísticas

Hoy me he comprado un par de cejillas, más que nada porque parece que hay vida más allá de los tres primeros trastes. Las he comprado esta mañana tras un amable consejo por parte del señor de la tienda de música, que con buen criterio no me ha aconsejado ni las más caras ni las más baratas, pero que según me ha explicado, las que he comprado entrarían en el campo de las smartcejillas, aunque en este caso no tienen Android, sino una tuerca agarrada con un muelle. Supongo que el dispendio en la adquisición de las cejillas no ha sido óbice para que me rebaje en cada una casi un 10%. Aunque creo que lo mejor hubiera sido el verbo propiciar, pero se me chafa entonces la postdata.

Al llegar a casa y ponerme ya a ensayar la susodicha canción con el imprescindible aditamento para el correcto tono en la misma, me he dado cuenta de su funcionamiento. En efecto, la smartcejilla tenía una tuerca que permitía su correcto ajuste, pero con la emoción de comprarla y empezar a tocar no le pregunté al amable vendedor cómo instalar el armatoste en la guitarra. Comencé enroscando y desenroscando la tuerca, haciendo cienes y cienes de comprobaciones apretando y aflojando, pero la cosa no parecía ir muy bien. Así que me decidí a observar el endiablado funcionamiento de la misma y, tras pensar un poco con las neuronas que tenía disponibles en ese momento, conseguí situar la cejilla en el correcto lugar, en el primer traste. En un primer momento la puse pegada al separador de los trastes y luego la puse justo encima, haciendo las cuerdas un sonido similar. Por tanto, supuse, da igual dónde se coloque. En ese momento, experimenté una sensación desconocida en mí, que algunos dicen orgullo y otros llaman satisfacción, y decidí que se lo contaría a mi profe de guitarra cuando volviera a las clases con la aviesa intención, que todo hay que decirlo, de que me ponga un positivo.

Y, así, comencé a practicar sin más problemas. Ahora tan solo me falta poner en orden los arpegios de la mano derecha.


PD: Óbice, según la RAE, también significa embarazo. Jatetú.

domingo, 26 de agosto de 2012

Un poco de publi III



Más, aquí.

Verano XLIV

Postus interruptus.

Análisis político

No cabe duda de que vivimos tiempos revueltos. Tiempos en los que los valores tradicionales están siendo atacados, en los que se nos muestra una nueva forma de hacer las cosas, forma que hasta ahora creíamos equivocada, pero que gracias a la acción de determinados visionarios, y normalmente con apoyos violentos, parece que se nos quiere imponer como única alternativa posible para corregir nuestros males actuales.

Dicen que, a río revuelto, ganancia de pescadores. ¿Es la crisis una excusa para saquear supermercados? No debemos olvidar que los supermercados emplean a personas que cobran un sueldo por hacer su trabajo. Si todos asaltáramos supermercados ¿de qué vivirían estas personas? Pues supongo que tendrían que asaltar ellos también su propio supermercado. O supermercados de la competencia. El caso es que los beneficiarios de los saqueos de nuevo se quedarían sin nada, con lo que el problema seguiría sin resolverse, aparte de dejar las leyes hechas unos zorros, posiblemente más de lo que ya están.

Otra cuestión es la de la representatividad política. Existen diversos movimientos, nacionales y extranjeros, en los que se clama por obtener una representatividad verdadera, secuestrada por la clase política. Dichos movimientos quieren presumir de independencia y de ser apolíticos, pero basta arañar un poco para ver que la filiación de sus ideas es bien clara. Esto puede suponer un engaño infantil, pues lo es engañarse a uno mismo, pero lo que es más peligroso es el derecho con el que se arrogan la capacidad de emitir carnets de demócrata, negándoselo a aquellos que no piensan como ellos. No deja de tener gracia que políticos de uno y otro signo, amén de los "apolíticos" antes descritos tengan sendos "expedidores de pedigrí democrático" que, curiosamente, solo conceden a los afines o a los contrarios que buscan derrocar al enemigo del adversario.

Tampoco debemos olvidarnos de la clase política, de la clase dirigente. A pesar de pertenecer a partidos distintos, creo que todos están de acuerdo en una cosa: decirnos lo que tenemos que hacer, sin cuestionarnos el por qué, sin que se puedan valorar alternativas. Pero, sobre todo, lo más llamativo es que la casta no se puede tocar. Se ingresa y no se sale, como una secta o un club elitista. Y el ciudadano que los ha elegido ya no es quien, de buena fe, le ha otorgado su representatividad para dedicarse a sus asuntos mundanos, sino el vasallo que le paga para que el señor siga viviendo del cuento. Sin olvidar que cada partido cuenta con sus medios afines, que apoyan al propio y atacan al extraño, obligando a aquel que se quiere informar a creerse el cuarto de la mitad que cuentan y a tentarse la cartera, esperando la próxima subida de impuestos.

Y lo peor de todo es que ninguno de los dos grupos descritos anteriormente se preocupa por eso que se llama "ciudadano medio", ese subser sin más aspiraciones que poder ir el domingo a la playa, dar un paseo con sus hijos sin que lo atraquen o abrazar a su mujer al ir a dormir cada noche. Todos se dedican a dar ordenes y a amenazar con ser "antidemócrata" o "fascista".

A fin de cuentas, creo que el problema subyacente es la búsqueda de la imposición, tanto por un lado como por el otro. Nos quieren vender la Libertad, tierra prometida, El Dorado de nuestros días, pero a costa de la libertad, esa que todos los días usamos nada más saltar de la cama.

sábado, 25 de agosto de 2012

¿Y qué fue del monolito?

Pues aquí nos da recuerdos.

Especialmente interesantes son ésta y ésta otra.

viernes, 24 de agosto de 2012

jueves, 23 de agosto de 2012

Verano XLII

Seguramente habrán visto la noticia sobre la señora que ha arreglado el Ecce Homo en una iglesia allá por tierras aragonesas. La cosa es que se ha montado un revuelo bastante importante por ello y la pobre señora está hecha polvo por ello. Y lo peor es lo que se le puede venir encima.

No soy crítico de arte ni, como diría la canción, entiendo ni sé de letras, pero me da mucha pena esta historia. La pobre mujer ha hecho algo con su buena intención, restaurar la cara del Cristo de la iglesia de su pueblo. Posiblemente le sirviera de distracción, pues señalan que ha tenido una vida difícil y con la pintura se evadía de sus problemas.

El caso es que por fin en este país alguien hace algo, se preocupa por mejorar algo que está mal, es el obrero que trabaja dentro de la cuadrilla que solo mira. Y todo el mundo se le echa encima. Pues mi reconocimiento a esta señora, que por lo menos se ha molestado. Si fuera por otros, sólo se discutiría sobre si son galgos o podencos.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Verano XLI

Puedo comprender la crisis. Incluso tolerar las desastrosas leyes educativas. No me parece mal que los políticos roben con o sin medida, o degraden a sus ciudadanos ala condición de súbditos. Pero la falta de profesionalidad de las repartidoras de romero de la Catedral es intolerable. ¿Es que no se nota que soy de aquí?

Verano XL (Enooooormous)

Y con este calor, ¿quién duerme?

o-o-o-o-o

Al final vencí a la tentación. Aunque me arrepiento. No mucho, la verdad.

martes, 21 de agosto de 2012

Verano XXXIX

Intento no dar el futuro por supuesto, pero no lo consigo. No obstante, me abonaré al pesimismo en lo cercano y a la ignorancia en lo lejano.

o-o-o-o-o

Si dichoso es el dinero que a casa vuelve, el que se asomó discretamente a la puerta debe ser digno de adoración.

o-o-o-o-o

Nunca me acuerdo de cómo se escribe 39 en números romanos. Es el dulce encanto de la ambigüedad, que es la pequeña pesadilla de la no unicidad.

domingo, 19 de agosto de 2012

Verano XXXVIII

Ya se ven los días más cortos, presagio del fin.

o-o-o-o-o

La tentación me tienta, cosa que es lógica y normal. ¿Qué hacer? Sólo soy un alma perdida ante las pasiones y los deseos...

sábado, 18 de agosto de 2012

Verano XXXVII

Todo era azul. Absolutamente azul. El suelo, las paredes, las puertas. En diversos tonos, pero azul. Un azul que me recordaba tiempos pasados y tiempos que volverán, aunque esperemos que no se den mucha prisa en hacerlo.

o-o-o-o-o

Estaba de pie, atendiendo, hablando. Quería irme, pero no quería irme. La conversación era trivial, pero no quería que acabara. Ignorábamos la causa. Pero no éramos felices.

o-o-o-o-o

Se abrió la puerta y salió. Tuve que sujetarme el corazón. Se me caía de nuevo al suelo, entre tanto azul.

Verano XXXVI

Hay días en los que parece que el tiempo se parara. Más que pararse, que suponen un paréntesis. Días que no forman parte de la cadena, en los que pasan cosas que, por esperadas, no dejan de sorprendernos. Días en los que aceptamos nuestra nadería y nos hacemos preguntas que se evaporan con el calor hacia el cielo, y que nadie responde, como dando vueltas y más vueltas en el espacio hasta que, en otro día similar, lluevan sobre nuestras cabezas.

viernes, 17 de agosto de 2012

Verano XXXV

He echado de menos el calor. Bien es cierto que si no lo tuviera tampoco lo echaría de menos, pero es que el calor seco de mi tierra engancha, sobre todo porque por la noche suele refrescar, en un detalle muy considerado por su parte.

jueves, 16 de agosto de 2012

Verano XXXIV

Volver. Deshacer las maletas. Guardar las fotos, retocarlas.

Y todo ha sido un sueño, como cuando se conduce. Lo exterior parece irreal, algo que pasa, que se evita desde la seguridad del interior que nos es más propio, por ser más conocido.

Los nombres se agolpan en la cabeza y se borrarán. Quizá no hoy, pero sí mañana, cuando otras cosas pidan sitio y en nuestra cabeza sólo se quede lo que alguna caprichosa neurona decida. Si es que queda algo. O si es que quedaran neuronas.

Mañana amanecerá bajo el mismo techo, bajo el techo del verano. Y volverá a pasar el día. Y todo seguirá siendo un sueño, porque no siempre se tiene la certeza de haber vivido lo pasado.

martes, 14 de agosto de 2012

lunes, 13 de agosto de 2012

Encuentre las 7 diferencias...

Con su puerto deportivo más cercano. ¡Acuáticos premios para el ganador/a/e!

El tranvía de Soller

Ideal para que les humillen. Por un nada modico precio. Si es que hay veces que a los turistas habría que darnos dos yoyas. Sobre todo teniendo un coche pasando calor en un desierto parking de estación de metro.

Verano XXXIII

Desde que tuiteo, blogueo menos. Vaya una cosa por la otra. O bien que condenso más las gilipolleces.

o-o-o-o-o

No sé si han visto alguna vez las revistas de los famosos, con esas casas tan estupendas y esas vidas tan felices y sonrientes. Yo, en lo primero que pienso es en cómo limpiar semejante despliegue y luego en lo incómodo que tiene que ser vivir ahí. Así que he llegado a una conclusión: los famosos tienen dos casas, la de hacer las fotos y la de vivir, que digo yo que será más cómoda y sin legión de limpiadores.
Se lo digo yo, que me crié en una casa con dos tipos de toallas, las de exposición y las de secarse. O cambiar el agua de sitio, que de todo había.

viernes, 10 de agosto de 2012

Clases de catalán de urgencia

Perruqueria: haber querido tener un perro.

Verano XXXII

Aquí estoy, tumbado en cama ajena, mírando al cielo, luchando contra el calor que se cuela por entre las rendijas de la persiana bajada, recibiendo en mi cuerpo semidesnudo las caricias del ventilador, que son como aquellas viejas canciones que salen de la radio y que hace tiempo quedaron ocultas en el lugar de los recuerdos casi borrados.

miércoles, 8 de agosto de 2012

martes, 7 de agosto de 2012

Verano XXXI

No es de vips ir corriendo.

Historias del cercanías

Eran cuatro. La típica familia de padre y madre con hija e hijo. La sección femenina estaba en uno de esos asientos que se oponen a otros, en los que si no hay nadie puedes poner los pies y si hay alguien siempre juegas a no cruzar la mirada con quien tienes enfrente, por si acaso te hablara. Los hombres, sentados en paralelo a la vía. El niño pequeño, sobre 5 años, jugaba con los billetes mientras el padre hacía que lo supervisaba. Madre e hija jugueteaban con sendos aifons. De repente, la cara del niño se tornó en una expresión preocupada pero burlona. Los billetes se habían caído a la basura.

El padre empezó a regañar a su hijo, rebuscó un poco y dio por imposible la tarea. Se preguntaba cómo sacarían los billetes para poder sacarse a ellos mismos del cercanías. La madre dejó su teléfono por unos instantes a supervisar la situación. Ojeó desde las alturas la basura y decidió iluminarla con su móvil. Y allí estaban, tal y como cayeron del compartimento superior en el que el hijo jugaba con ellos.

Y, justo cuando llegaron a Sol, se bajaron del tren.

domingo, 5 de agosto de 2012

Verano XXX

Vuelve uno aturdido de tanto viaje, de tanto hacer kilómetros para volver al punto de partida, que no queda más remedio que admitir que primero se ha de viajar y luego de escribir.

Más nubes

Nubes

viernes, 3 de agosto de 2012

El castillo del conde Drácula

Jeroglífico

¿Qué refrán es? ¡Participe en nuestro concurso y podrá deganar fantrústicos obsequios!

jueves, 2 de agosto de 2012