miércoles, 21 de noviembre de 2012

Así, sin darte cuenta

Desde pequeños nos hacen tener miedo. Miedo de fantasmas que castigarán nuestros días con sus penas. Que nos harán nuestro paso por el mundo un suplicio.

Y nos sentimos inseguros. Nos vemos frágiles ante un futuro incierto. Pequeños.

Pero luego vamos creciendo y algunos fantasmas no parecen tan grandes como antes. Otros dan menos miedo. Y hay otros que se avienen a pactos, que son sobornables o que tampoco estorban tanto. Te das cuenta de que te han mentido para hacerte crecer mas feliz y al final te convierten en un esclavo de esos temores que nunca llegan, porque los has esquivado o porque te has unido a ellos y te has hecho más fuerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario