martes, 27 de mayo de 2014

Martes II

Que digo yo que por qué tengo que perder una tarde para que un par de señoras cobren una dieta.

Insalatta improvisatta

Cómo hemos cambiado

Martes

Hay mañanas en las que a todo le da por romperse.

domingo, 25 de mayo de 2014

25 M

La noche que murió el bipartidismo. O como de aquí a dos años a España no la gobierna ni la madre que la parió.

Tardes de mayo

Antiguas fotos con nuevas perspectivas

sábado, 24 de mayo de 2014

Tres

El Madrid gana la copa de Europa. Aquí, que no llueve nunca, se pone a diluviar. Y, el edredón que esta mañana quité, esta noche lo tengo que volver a poner.

Limpiando y tal

Dudo entre ser eremita o ermitaño.

viernes, 23 de mayo de 2014

Tentaciones inmobiliarias II

Hubo un tiempo, lejano o cercano según se mire, pero indeleble en mi memoria, en el que el sentido patriótico se apoderó de mi y en el que estuve en un tris de casarme con un banco, como todo buen españolito medio. El caso es que me pertreché de una amiga y nos pusimos a recorrer toda la oferta inmobiliaria de la comarca. Animado por mi condena voluntaria a la comarca donde desasno, intenté cambiar alquiler por hipoteca. Y no lo conseguí. La burbuja había estallado, pero los constructores no se habían enterado. ¡Y mira que les tiraba indirectas!

Bueno, pues pasó el tiempo y ahora las ofertas salen como las setas. Unas setas muy raras, pues estamos en verano, pero setas a fin de cuentas. Ya se me escapó una y ahora me hacen otra.

He de admitir que tengo muchas ganas de tener un conjunto de ladrillos, losetas y sanitarios que pueda llamar míos, aunque en realidad sean del banco. Paredes donde pueda colgar mis fotos a tamaño entre un poquito grande y ligeramente descomunal. Un rincón donde colocar la lámpara del Ikea y un recibidor donde poner la zapatera de 20 euros. Traerme todos los foeles del sótano de mi casa y, con ellos, conformar un modesto pero coqueto hogar donde pasar las insulsas tardes de 10 meses del año. Pero, claro. Al cabo de los años me tendría que deshacer de él, bien vía alquiler o venta. O también existe la nada desdeñable posibilidad de comérmelo, con patatas de guarnición.

Analizando las cosas en frío, he de decir que la situación personal ya no es la misma. La condena permanece, amenizada con el hecho de que levantarse para ir a trabajar es prepararse para la batalla diaria, y no precisamente por la materia prima, a la que la guerra se le supone. A ello únanle factores familiares y obtendrán un cóctel explosivo. Pero que hay que sobrellevar.

Y, aunque el alquiler sea dinero perdido, he descubierto que me aporta tranquilidad. ¿Que se me rompe la cisterna? Pues llamo a mi suegra y antes de que cuelgue el móvil ya tengo aquí al fontanero. ¿Que me hace falta un congelador-recibidor? Pues ya he estrenado dos. ¿Que la tele se me queda pequeña pero lo sufro en silencio? Pues otra más grande, y de tubo, que es como me gustan. Menos inteligencia y más culo. Tele a lo Botero.

Y como tranquilidad es lo que necesito, pues que paso total de complicarme.

O, al menos, eso creo.

Acuerdos y otras decisiones

A partir de ahora me relacionaré con el exterior mediante comunicados de prensa.

Además, si las circunstancias lo considerasen oportuno, tampoco descartaré como nexo comunicador la rueda de prensa, dado el elemento feedback que proporciona, pero con un máximo de dos preguntas por persona.

En M. a tal de cual de dos mil pascual.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Placeres de la vida

Las discusiones eternas en los claustros.

martes, 20 de mayo de 2014

Axioma

La lealtad es un arma curiosa. Más tarde o más temprano te acaban atizando con ella.

Cosas que pasarán

Llegará el momento en el que nuestros discentes, tras pegar el cambiazo, se quejen de que no obtienen la máxima calificación del docente.

Ah, que ya llegó.

lunes, 19 de mayo de 2014

S'acabó la crisis, ópera en dos actos

De como, en el primer acto, barajé la posibilidad de comprarme, a pesar de mi modesto sueldo a cargo de los PGE, un cepillo a pilas.

De como, en el segundo acto, un coco rubio de apenas 50 centímetros espurreó las tarjetas y documentación de su madre en la zona de pastillas de barbacoa.

40 de mayo

Y el edredón, sin estar enfado pero con una sonrisa socarrona, volvió a su sitio, encima de mi colcha de piqué.

domingo, 18 de mayo de 2014

La ventana

Ya está instalada. O, más bien, abierta. Mientras yo daba los últimos golpes con la azada los albañiles, con un primor contrario al esperado, fueron agrandando ese pequeña mirilla hasta convertirla en un rectángulo, perfectamente trazado, rompiendo la uniformidad de la pared, a medio pintar por el almez que hasta hace poco la tapaba.

A fin de cuentas y cayendo en tópicos y frases célebres, un pequeño picotazo para un albañil se convirtió en una gran ventana, una ventana que da luz a un anhelo, convenientemente ahogado por cuarenta años de noes primero e indiferencias después.

Reivindicaciones con razón. Hechos que ahora producen sentimientos de rabia, aunque a mi eso me resulte bastante curioso. El, los, que quiso vivir incómodo no debió morir infeliz. O al menos siempre fue inocente.

Aunque lo mejor de todo es que para poner fin a cuarenta años de desidia una familia se haya tenido que extinguir. Y, pensándolo un poco, eso dice mucho. Tanto de los vivos como de los muertos.

domingo, 11 de mayo de 2014

Post para hacer constar

Que, por primera vez en mi vida, he acabado un bote de espuma de afeitar.

sábado, 10 de mayo de 2014

Pues eso

Dame punk y dime tonto.

Sábado

Bajo a esquilarme. Esta vez me he dejado, en parte conscientemente, en parte por estar ocupado. Borrar 50 años de inacción huertística no es un reto fácil. Aunque se consigue si uno se lo propone.

Puntualidad británica. Me espera el joven peluquero leyendo el periódico y el sillón de presunto cuero vacío, lugar de mis confesiones más triviales.

Salgo. Los temas de hoy han sido el tráfico y el tiempo. Sustancia para empezar la mañana. Los habituales marginados, esta vez con niños, admiran mi nuevo look. Desaparecidas las motos en San Agustín, una nueva terraza se cierne sobre la plaza. No cabe un turista más. Terrazas sin turistas, turistas sin calles.

Gente normal que pide, aseada, peinada. Crisis que se resiste a irse, a pesar de todo. Alguien se lo debería decir.

Encargos relojeros. Me sorprende la feria del libro, nuevo. La del libro de ocasión da un poco de grima. Tampoco yo me he enterado de que la crisis haya pasado. Compro encargos que podrían interesar. Puestos que aceptan tarjetas. Anarquistas incluidos. Tampoco se enteran. Otra crisis que no ha servido de nada.

Y volví a casa como los Reyes Magos. Por otro camino, huyendo del calor y de la gente que te pide que te asocies a las más variopintas causas.
Me dicen que tengo muy abandonado el blog. Y es verdad. Porque para escribir hay que tener una paz, concentración y espíritu que no son fáciles de conjugar a la vez. Sobre todo cuando pasan tantas cosas, mezcla de malas e indiferentes. Cuando se pierde el camino y las referencias dejan de ser sólidas. Cuando te encuentras engañado en la soledad de tu día a día y no encuentras otra cosa que te haga seguir adelante que la rutina, la salvífica rutina, que con su gris manto cubre la melancolía de un tiempo que no volverá más y alfombra el camino de un futuro incierto.