jueves, 28 de febrero de 2013

Crónicas furgolísticas II

El segundo encuentro de hoy, tras la actuación musical, porque aquí no nos privamos de nada, ha sido el esperado choque entre un combinado, o surtido, de profesores y el equipo de alumnos ganadores del anterior partido.

El campo de juego, engalanado para la ocasión, tenía lleno el graderío, con espectadores deseosos de animar a sus estrellas favoritas, como Rosa, la profesora de Francés la indiscutible jugadora estrella del combinado profesoril, al igual que Hilario, un auténtico crack de la cantera, criado en equipos de la zona. Y sin olvidarnos del mejor fichaje del equipo en el mercado de invierno, Antonio, un killer del área y MVP del partido sin ningún género de dudas. Un equipo capaz de hacer frente a su temible rival, comandado por los hermanos de Boer.

El partido comenzó con titubeos. Sacaron los alumnos y durante unos minutos no sabían que hacer con la pelota. Se diría que tanteaban al rival, hasta que fueron trazando las jugadas de ataque, pero sin suerte en el remate. El combinado docente también tuvo sus oportunidades, sobre todo al contragolpe, pero tampoco estuvo acertado en el disparo en los tres palos. Así que, al final, pasó lo que tenía que pasar, que en una meleé, o mejor dicho, en una pelotera en el área, llegó el gol de los pupilos, para gran alegría de la grada.

El docto combinado no se amilanó, porque el equipo pupilar empezó a gustarse más de la cuenta y, en un claro ejemplo de aplicación de la táctica del autobús, contragolpe incluido, llegó el empate, que alegró más aún a la grada, sobre todo debido a que varios de los profesores-jugadores tenían exámenes por corregir. A partir de ese momento, el partido se volvió loco. Los alumnos marcaban y el equipo profesoril empataba. Comenzaron a funcionar las rotaciones. El partido parecía abierto, pero, al final, los alumnos sentenciaron y se fueron al segundo tiempo con una ventaja de dos goles.

Con un engañosamente contundente 4-2 comenzó el segundo tiempo. Y la diferencia pudo ser mayor, pues al poco de empezar y en una magistral jugada de los hermanos de Boer, el portero docente se quedó clavado en el suelo con una impúdica postura, nada coherente con la asignatura que imparte. Un bello gesto del equipo alumnífero. Pero les salió caro, porque el combinado docente consiguió, poco a poco, empatar en el trascurso de la segunda parte. Y es que ya se sabe que en el fútbol sale caro perdonar. Fue Rosa la que consiguió el deseado gol del empate, que de nuevo llevó a ambos equipos a la prórroga. Momento en el cual el público dio por finalizado el partido, poniendo rumbo a sus casas tras una apasionante y balompédica mañana que, sin duda, será recordada durante mucho tiempo.

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