lunes, 11 de octubre de 2010

Furtivo

Paseo furtivamente por las calles de la beato-capital. Me gusta pasear mientras los demás trabajan. Es un privilegio del que se disfruta muy pocas veces al año. Visita a mi asesora, pasear por las calles, comprar el periódico, fruta... A veces me pregunto si alguien me acusará de no estar en mi sitio, pero nadie me dice nunca nada, afortunadamente.

Unos manteros perseguidos por la policía. Unos con la manta al hombro, y otros con la manta por delante.

La gente pasea despreocupada en las mañanas soleadas, especialmente tras un par de días de lluvia. Algún tierno infante casi estropea la mañana y el humor, pero miro hacia otro lado.

Me doy cuenta que mi sentido del humor es resistente a casi todo. Solo a veces tú me lo pones difícil. Prometería que voy a olvidarte, pero sé que no puedo.

Mis pensamientos siguen ahí, pero se mitigan con el calor de la mañana. Pienso en cosas que nunca me atrevería a hacer, recuerdo calles olvidadas, saludo a mi frutero. Saco dinero del banco.

Vivo.

Afortunadamente, hoy nadie me ha conocido.

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