jueves, 31 de marzo de 2011

Coyunturas

No sé el diagnóstico. Si lo supiera podría pensar en una solución. Quizá tenga una solución en mente, por lo que en parte podría conocer el diagnóstico. Quizá conozco el diagnóstico y no me atrevo a enfrentarme a él. Pero en el caso hipotético de que conociera el diagnóstico y tuviera la solución lo siguiente planteable es si lo aplicaría. Es de suponer que sí, porque para eso he hecho el esfuerzo. Aunque a veces una buena enfermedad siempre puede ser rentabilizada.

El caso es que me da que tengo la solución, la he aplicado pero no tengo ni idea del diagnóstico. Y claro, una solución para un diagnóstico desconocido puede tener efectos imprevisibles. Lo mismo sale bien que sale mal.

Eso sin dejar de lado los efectos secundarios y las alergias. Los efectos secundarios suelen tener efectos letales, por no hablar de las alergias, que son la leche. Te puedes ir para el otro barrio más pronto que nada. Precaución pues.

Mi diagnóstico, pues seguir enfermo. A ver si me curo solo. Lo que no mata engorda.

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