Después del fin de semana viene el lunes. Verdaderamente, los caminos del Señor son inescrutables y te sorprenden a la más mínima de cambio. Pero lo que es flor de un día acaba marchitando más tarde o más temprano e, inevitablemente, hay historias que se quedan sin escribir, como proyectos que se difuminan, como el agua que corre formando remolinos.
lunes, 15 de julio de 2013
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