martes, 25 de enero de 2011

Crítica culinaria

Esta noche he acudido disfrazado de técnico informático transalpino al restaurante "Le Perez Pegné" donde me han obsequiado con unos maravillosos crêpes. Realmente, creo que el acento circunflejo está mal puesto pero siempre me ha hecho ilusión usarlo.

La masa de los crêpes estaba muy suave y parece ser que es receta secreta y milenaria de este afamado restaurante. Se nota el cariño con el que está hecha. El relleno es jamón cocido natural traído del mismo Nueva York y queso en lonchas semicurado. Hubiera preferido queso de cabra, del que soy adicto, pero el restaurante no ofrecía esa posibilidad.

Al probarlos notará un sabor refrescante, y es que están rellenos de un espárrago blanco en su punto, que le da un toque bastante inesperado y que el paladar agradece.

Para acompañar, he pedido un clásico: un lambrusco cosecha del lunes pasado de las afamadas bodegas "Mercadoné", muy refrescante y gasificado.

De postre, una muy lograda tarta de queso de molde especial, a la que le hubiera faltado una mermelada de fresa, para contrastar y lograr un explotido de sabor en la boca, un auténtico orgasmo para las papilas gustativas.

Sin duda, acertarán si eligen pasar un rato en este restaurante.

Para chuparse los dedos.

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