domingo, 27 de enero de 2013

Lapso

Conversaciones de coche. Cuestiones que están ahí y que no sé cómo abordar. Tanto buscar el punto medio al final se acaba uno alejando de todas partes.

Un mes largo después, conversación agradable tras la tertulia sobre las TIC. Caras presentes y pasada. Y, a fin de cuentas, las cosas no son tan distintas a pesar de estar vividas en cuerpos distintos. Pareciera que todas las vidas son paralelas y pasan un bache, que se prolonga mucho o poco dependiendo del caso que se quiera hacer uno o de lo que uno se quiera autoexigir. La música como hilo conductor.

Paseo por el enemigo, que no rival. Un edificio tan distinto de lo conocido que me atrae pero atemoriza a la vez. Me pregunto como serán las cosas aquí. Y saco algunas ideas aplicables, que a ver que tal se trasladan.

Me voy al super. El coche me hace un extraño al arrancar, pero llego sano a mi destino. Compro cuatro cosas y me dejo seis mil cucas. Puto euro. Al volver a casa veo que las tardes, sobre las ocho, ya tienen azules de diversos tonos, clareándose hacia el oeste. Acaso una estrella en el cielo. Y empiezo a preguntarme, en esta noche incipiente,  qué hago aquí.

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