martes, 1 de mayo de 2012

Priority

Imaginen un aeropuerto. Una cola inmensa de personas que esperan pacientemente en la puerta de embarque que las dejen entrar. No pueden moverse, porque de ello depende el sitio que ocuparán en el avión. Algunas de ellas llevarán, sin duda, un buen rato allí puestas. Las acompañan únicos maletones de pequeño tamaño, con interiores tan comprimidos que seguro que cuando las abran en casa la ropa saldrá disparada como el gas de una botella de cava. Incluso una amable azafata está comprobando que quepan en los cubículos sobrecabeceros diseñados a tal fin.

En esto que llegan, tan tranquilas, tres personas. Apenas llevan nada en sus manos, pero una de ellas porta, en un desafiante gesto al "establishment" aéreo, dos bolsas de mano. Pasean sin prisa, sin apenas reparar en la gran cola que obstruye el paso a otras dependencias aeroportuarias. Buscan sitio con tranquilidad y se sientan, como si la cola no fuera con ellos.

De repente, una eficiente señorita anuncia la apertura del embarque y solicita a los usuarios que entren en la aeronave, en especial a los pasajeros prioritarios, que son los que han sacado su tarjeta de embarque y reservado asiento. La gente en la cola comienza a mirarse mutuamente, como buscando a los afortunados que entrarán en el paraíso volador antes que nadie. No se dan cuenta de que las tres personas que se sentaron con toda la pachorra del mundo a esperar en la sala de embarque se han colocado justo las primeras, adelantando 150 posiciones de golpe. Muestran sus tarjetas de embarque y documentación a la auxiliar de tierra, que las recibe con una sonrisa más sonriente de la que dedicará a los demás. Al entrar el último, mira de reojo a los demás viajeros, inclina un poco hacia arriba la cabeza, y le dice a los sufridores de la cola, sin apenas levantar la voz, "Priority" y lo acompaña con un "¡Ja!" desafiante.

Es entonces cuando la terna de viajeros comienza a andar por el finger, de camino a la aeronave, despacito, contoneando la cintura y disfrutando con cada paso.

La autoestima ya está por las nubes. En un rato, subiremos nosotros.

1 comentario:

  1. RESIGNATION
    Al igual que cuando en el semáforo que se acaba de poner rojo, se para a mi lado un Porsche 911 descapotable de color gris plateado, con un” caspullito” con melena rubia y asquerosamente joven y guapo, al que no le ha dado tiempo de ganar tanto dinero a no ser que se dedique al trafico de algo o en otros tiempos a el negocio del ladrillo y al que le acompaña la guaperas de turno .Para colmo tiene conectado como música : ” Money” de Pink Foyd.! Será hipócrita! Yo, pobre, con mi Seat Ibiza rojo pasión. Por acompañante, mi peluche reivindicativo de Lisa Simpson. No puedo mas que bajar la ventanilla y con mi conexión a mi IPod, sintonizo a todo volumen: “Pay me my money down” de Bruce Springsteen, coloco el pie en el acelerador, y consigo salir antes que él, aunque claro está, en un segundo me pasa como una fecha, hasta el próximo semáforo, donde volvemos a coincidir y se atreve a guiñarme un ojo! Hay que xoderse! Y es, en esos momentos, cuando pienso lo mismo que Vd. en el aeropuerto:! Pasará antes, aunque llegaremos al mismo sitio en el mismo tiempo y a él le habrá costado mucho más dinero! ¡Que se fastidie!!!!!!!!!!!!!!!

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