Al final de todo, somos reyes de puertas para adentro.
Hay quien sabiendo idiomas e informática está perdido, en un sentido trágico.
No por quitarse las gafas se es más hombre ni poniéndoselas se ve mejor.
Me encanta la noche del viernes al sábado. Puedo dormir con la persiana bajada. La pena es el chim-pun de fondo. Supongo que nunca hay nada perfecto.
sábado, 13 de noviembre de 2010
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