miércoles, 17 de noviembre de 2010

Sin pena ni gloria

Otro día más. Tarde en casa, cosa que podría calificarse de milagro según como está el patio últimamente. Y he aprovechado para tocar la guitarra. Horror de cejilla, escalas que suenan a perro. Solo mis fieles acordes me han querido hacer feliz.

Con eso habrá que conformarse hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario