jueves, 9 de junio de 2011

Click

No sé que me impide hacer click. Es bastante fácil, basta con poner un nombre y hacer click, pero no me atrevo. De hecho, ya lo he intentado. Escribo el nombre, pincho, pero no me acabo de decidir a hacer click.

El caso es que aparezco, de otra forma, pero aparezco. Estoy ahí, aquella mañana de invierno. O primavera, supongo. Estábamos en el patio, y nos hicieron la foto. Y ahí estamos. Sonrientes y adolescentes. 1994. Casi ná.

Aún recuerdo las absurdeces de aquella época. No recuerdo por qué hice tantas cosas de las que luego no me arrepentí. Quizá tuvieron un sentido y ahora no lo tienen. No se qué haría si me encontrara por la calle esas cosas que con tanta determinación adolescente hice. Posiblemente me reconciliara con ellas. A fin de cuentas, me acabé saliendo con la mía. Y ya, ¿qué mas dan ciertas cosas?

El caso es que ahí está la foto. Y ahí estoy yo. Y ahí estás tu. Pienso en romper mi promesa, pero es que soy tan cabezón con las cosas que me prometo...

Y ahora que han vuelto las tornas, me pregunto cuál será tu reacción. Y, lo que me da mas miedo, cuál será la mía. Casi que mejor te la ahorro. Tanto la buena como la mala. Y tampoco sé si esas cosas me sabrán perdonar. Supongo que sí. A fin de cuentas, el que no sabe perdonar soy yo.

Vuelvo a escribir. Vuelvo a pinchar. Vuelvo a ver las fotos. Y sigo sin decidirme.
En resumidas cuentas, que me da miedo hacer click.

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