sábado, 20 de agosto de 2011

Cotidianeidad excepcional

No hay nada como viajar y acabar haciendo lo mismo que en tu casa. Pareciera que no, pero fregar platos a mil kilómetros de tu casa parece algo tan excepcional que hasta te esmeras más.
La vida del turista es dura, y la del turista low cost como yo lo es aún más. Es por ello por lo que te tienes que acercar a las grandes superficies a comprar cosas. Yo, que soy un friki de los supermercados disfruto como un enano, más que en un museo o paseando por un paseo marítimo.
Una de las cosas que más me encantan es la comparación de precios. Mayormente nunca la hago, no por vago sino porque no recuerdo los precios de lo que compro. Entonces me prometo muy seriamente a mi mismo que recordaré los precios para cuando llegue a mi casa. Cosa que, por supuesto's, jamás hago.
También comparo el tipo de género. Por ejemplo, en cierto supermercado la fruta suele estar horrible. Pues en su hermano de aquí está buenísima.
Más ejemplos. En el super que he visitado hoy había una grandísima variedad de profilacticos y la gente no parecía tan recatada a la hora de comprarla como el otro día vi. Y, sorprendentemente, hay una calle donde puedes comprar tabaco. Tienes la calle de la harina, la del arroz y la del Chester. Nunca lo había visto. Claro que nunca antes había estado aquí.
Por tanto mi sugerencia de hoy es que se cojan el coche y se vayan lejos en casa. Eso sí, hagan lo mismo que hacen siempre, tareas domésticas incluidas. Ya me contarán que bien se lo pasan.

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