miércoles, 17 de agosto de 2011

Cruz

Hace tiempo se acuñó en mi familia el concepto "cachondeo místico". Dicho concepto es aplicable a cualquier evento festivo convocado al calor de un hecho o acontecimiento religioso pero que luego, desde un punto de vista de experiencia religiosa o enriquecimiento personal desde el punto de la vista de la fe, no vale para nada. A lo largo del año se concatenan dichos acontecimientos de los que, particularmente, huyo como la pólvora.

Durante estos días se está celebrando uno, con afluencia al parecer masiva. Los asistentes se ven felices, parece que viven su fe, participan de la experiencia religiosa que supone el sentirse católico...

Pero, ¿realmente es así o están allí por el cachondeo místico? Durante el año no veo a muchos de ellos donde realmente está la fe, que es en los actos y en las oraciones. Todo tiene su parte menos atractiva, pero el camino es claro. Nadie te obliga a seguirlo, si lo has tomado es porque quieres. Y debes ser consecuente con ello.

¿En qué punto supera el coscorrón al bollo? Difícil es saberlo.

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