domingo, 28 de agosto de 2011

Pesimismo

Mi guitarra está celosa. No se esperaba el descanso semanal que ha tenido y ahora me lo echa en cara.

Mis dedos están torpes. La semana pasada acertaban, pero ahora están perdidos, como borrachos, se resbalan por entre los trastes sin acertar cuál es el sitio correcto.

Las piezas que hace poco salían con fluidez se han desvanecido en el aire que rodea a mi guitarra.

Los aprendizajes no son lineales, desgraciadamente para el aprendiz, que debe tener paciencia.

No quiero ni pensar cómo me voy a organizar en unos días para tener asiduidad en el guitarreo.

1 comentario:

  1. creeme, que yo entiendo de dejar abandonada a la guitarra. Parece que no sabes, pero la tocas un par de veces y enseguida, como por arte de magia, los dedos empiezan otra vez a ser ágiles y la música vuelve a sonar. Date un poquito de tiempo para el reencuentro.

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