lunes, 22 de agosto de 2011

Pinchar en hueso III

Sorprendente visita, por lo absolutamente inesperada, al gran almacén del triángulo verde. Estamos en busca del artículo distinto para reforzar la teoría de la discriminación modil.
Me sugieren que me aparque en la cafetería, pero ignoran mi faceta de bloguero impenitente.
Acabo de conocer el objeto del deseo, algo que guste y que no visto hasta el momento. Pero el feliz objeto ignora su suerte: será abandonado en el lugar del que salió, porque seguro que en G también hay, como buscando la excepción a lo que se quiere demostrar. Lo cual denota escasa confianza en la teoría a demostrar.
Un dependiente se ofrece a ayudarme en lo que busco, extrañado en mi forma de caminar, cabizbajo, con el móvil en la mano. Al decirle que blogueo me invita a cambiar de edificio, a la zona de cultura. Cuando le digo que leer es seguir el camino y escribir es explorar nuevos horizontes le veo avalanzarse hacia mi con intenciones pecaminosas y huyo casualmente hacia la sección de corseteria femenina.
Lo que me recuerda que debería buscar calzoncillos de marca.
Al menos he sido merecedor de un vistazo camisil en el escaparate: "Sí, está camisa la vi en G. antes de venirnos"
Contrateoría demostrada.

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