miércoles, 30 de noviembre de 2011
martes, 29 de noviembre de 2011
Pájaros de barro
Ya no subo la cuesta
que me lleva a tu casa,
ya no duerme mi perro
junto a tu candela
que me lleva a tu casa,
ya no duerme mi perro
junto a tu candela
domingo, 27 de noviembre de 2011
Expresiones cursis
'Tengo sueño en el haber' por 'He dormido suficiente'
o-o-o-o-o
'Tengo sueño en el debe' por 'Estoy muy cansado'
Reflexiones on the road
Hoy me ha adelantado un HDP. También un GRX.
o-o-o-o-o
La tranquilidad en la conducción no consiste en una carretera buena o en un buen coche. La verdadera tranquilidad te la da oír a Beethoven.
o-o-o-o-o
La tranquilidad en la conducción no consiste en una carretera buena o en un buen coche. La verdadera tranquilidad te la da oír a Beethoven.
Ya para otra vez
Votaré a aquél partido que delimite, en cada calle, una zona peatonal para aquella gente que sabe donde va.
PD: Hoy es el domingo de los turistas feos.
PD: Hoy es el domingo de los turistas feos.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Sutilezas telefónicas
"Vamos a ver si nos cogemos el 3"
Pasivamente: "El 3 será cogido"
PD: Que te narren cómo pierdes un autobús tiene su emoción, no crean.
Pasivamente: "El 3 será cogido"
PD: Que te narren cómo pierdes un autobús tiene su emoción, no crean.
La educación es una patata
Hay algo que me preocupa especialmente en este mundo. No son las guerras, o la prima de riesgo, o la crisis económica. Es algo mucho más sencillo. Las patatas.
Hoy he tenido que freír unas cuantas y, al ir por la materia prima, me he encontrado con dos bolsas perfectamente identificadas: las de freír y las de cocer. Como es natural, he elegido las de freír y he sacado unas cuantas de la bolsa. Pero como la curiosidad humana no tiene límites, he decidido sacar una de la bolsa para cocer y compararlas con las de la bolsa para freír. Y, por lo menos yo, diferencias apreciables no he encontrado.
Y ha sido en ese momento cuando se me ha venido a la mente una escuela de patatas, desde donde pequeñas van aprendiendo cosas hasta que, en un determinado momento y según las competencias desarrolladas, son evaluadas y clasificadas en patatas dignas de ser cocidas y en patatas propias para ser fritas. Una especie de dicotomía ciencias-letras en el ámbito tuberculoso.
He pensado en las asignaturas que tendrán. En si serán evaluadas en competencias o en conceptos / procedimientos / aptitudes. Si tendrán Religión o ATEDU. Si sus tutores llamarán a las plantas de donde vienen para darles las quejas por su bajo rendimiento en Matasmáticas. O si, en las evaluaciones iniciales, serán clasificadas en Francés o algún refuerzo, por ejemplo, Refuerzo de Freír, o Refuerzo de Cocer.
Tanto he pensado en ellas que casi se me queman. Pero no. Como han sido educadas para ser fritas apenas se han dorado un poco. Y, por cierto, me han salido buenísimas.
El sistema educativo patatero funciona. Deberíamos copiarlo.
Hoy he tenido que freír unas cuantas y, al ir por la materia prima, me he encontrado con dos bolsas perfectamente identificadas: las de freír y las de cocer. Como es natural, he elegido las de freír y he sacado unas cuantas de la bolsa. Pero como la curiosidad humana no tiene límites, he decidido sacar una de la bolsa para cocer y compararlas con las de la bolsa para freír. Y, por lo menos yo, diferencias apreciables no he encontrado.
Y ha sido en ese momento cuando se me ha venido a la mente una escuela de patatas, desde donde pequeñas van aprendiendo cosas hasta que, en un determinado momento y según las competencias desarrolladas, son evaluadas y clasificadas en patatas dignas de ser cocidas y en patatas propias para ser fritas. Una especie de dicotomía ciencias-letras en el ámbito tuberculoso.
He pensado en las asignaturas que tendrán. En si serán evaluadas en competencias o en conceptos / procedimientos / aptitudes. Si tendrán Religión o ATEDU. Si sus tutores llamarán a las plantas de donde vienen para darles las quejas por su bajo rendimiento en Matasmáticas. O si, en las evaluaciones iniciales, serán clasificadas en Francés o algún refuerzo, por ejemplo, Refuerzo de Freír, o Refuerzo de Cocer.
Tanto he pensado en ellas que casi se me queman. Pero no. Como han sido educadas para ser fritas apenas se han dorado un poco. Y, por cierto, me han salido buenísimas.
El sistema educativo patatero funciona. Deberíamos copiarlo.
Competencias básicas
Sábado mañana
No pido mucho, tan solo tranquilidad e independencia. Pero todo lo que he hecho hasta el momento no me ha dado la paz que busco.
No quisiera renunciar a ese sueño. Los demás no me importan, o me puedo apañar. A ese, no.
PD: Hoy el sol no me calienta, ni la ausencia de nubes me alegra.
No quisiera renunciar a ese sueño. Los demás no me importan, o me puedo apañar. A ese, no.
PD: Hoy el sol no me calienta, ni la ausencia de nubes me alegra.
La siesta
Andaba yo entre mis sueños de siesta cuando me despertó un pitido. En la tele aparecía un canal musical, que curiosamente ya no pone vídeos musicales, en el que una pandilla de gaznápiros y gaznápiras convivían en una casa. Por lo visto uno de los gaznápiros estaba liado con una de las gaznápiras y, en una bronca gaznapiril resulta que el gaznápiro se lió con dos señoritas que pasaban por allí. Tal hecho fue plasmado en una carta anónima, afortunadamente escrita en inglés, que fue entregada a la sufrida gaznápira en su tocador.
Desde ese momento los acontecimientos se sucedieron rápidamente. La señorita engañada se metió en su cama a llorar, por cierto completamente vestida, zapatos incluidos, no sabemos si presa del berrinche, del despiste o de ambas cosas. El macho engañador no tardó en enterarse del problema subyacente, por lo que, en un primer momento, se acercó a hablar con la gaznápira despechada. Para mostrar sus credenciales se presentó en su cuarto, un canto al orden y limpieza dicho sea de paso, con el torso desnudo y, tras la profundidad de las palabras de él pude apreciar que su facilidad de lenguaje era inversamente proporcional a los músculos que adornaban su mulato cuerpo. Tras una serie de palabras en las que dos de cada tres estaban censuradas por pitidos que, dicho sea de paso, son más molestos que la palabra en sí, el macho herido en su orgullo regresa a su cuarto, que quedó segundo en el anteriormente citado concurso al orden y limpieza en las habitaciones, a buscar su chorbiagenda.
Una vez encontrada, procedió a llamar a la primera chorbi que recordaba, que se alegró enormemente al oír la voz del gaznápiro herido. La conversación, de una altura intelectual a la que no llegaría ni un cohete de la NASA, versó sobre las necesidades del interlocutor macho, que mostró su satisfacción en ámbitos como el gimnasio y la música, pero que sentía incompletos otros. Por ejemplo, que no fo... desde hacía tiempo.
Tras una interviú por separado a cada uno de ellos donde mostraban lo desoladamente mal que se sentían, dieron paso a publicidad y yo me fui a preparar la maleta.
Y así estoy hoy, afectadísimo.
Desde ese momento los acontecimientos se sucedieron rápidamente. La señorita engañada se metió en su cama a llorar, por cierto completamente vestida, zapatos incluidos, no sabemos si presa del berrinche, del despiste o de ambas cosas. El macho engañador no tardó en enterarse del problema subyacente, por lo que, en un primer momento, se acercó a hablar con la gaznápira despechada. Para mostrar sus credenciales se presentó en su cuarto, un canto al orden y limpieza dicho sea de paso, con el torso desnudo y, tras la profundidad de las palabras de él pude apreciar que su facilidad de lenguaje era inversamente proporcional a los músculos que adornaban su mulato cuerpo. Tras una serie de palabras en las que dos de cada tres estaban censuradas por pitidos que, dicho sea de paso, son más molestos que la palabra en sí, el macho herido en su orgullo regresa a su cuarto, que quedó segundo en el anteriormente citado concurso al orden y limpieza en las habitaciones, a buscar su chorbiagenda.
Una vez encontrada, procedió a llamar a la primera chorbi que recordaba, que se alegró enormemente al oír la voz del gaznápiro herido. La conversación, de una altura intelectual a la que no llegaría ni un cohete de la NASA, versó sobre las necesidades del interlocutor macho, que mostró su satisfacción en ámbitos como el gimnasio y la música, pero que sentía incompletos otros. Por ejemplo, que no fo... desde hacía tiempo.
Tras una interviú por separado a cada uno de ellos donde mostraban lo desoladamente mal que se sentían, dieron paso a publicidad y yo me fui a preparar la maleta.
Y así estoy hoy, afectadísimo.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Paréntesis
Hubo un tiempo, hace ya más años de los que quisiera, en el que mi mundo se veía reducido a una cama. Aquellos tiempos eran recibidos con alegría, pues dejaba de lado mis rutinas diarias para pasar a vivir en la dimensión horizontal por algunos días, con suerte una semana.
Recuerdo la bandeja naranja con sus patas y con su agujero para el vaso, cosa que me parecía lo más de lo más en aquellos años 80 en los que tan moderno nos parecía todo. Recuerdo las visitas, más o menos frecuentes. Recuerdo la luz que dejaban aquellas cortinas blancas en mi habitación por la mañana, la siesta de por la tarde y la fiebre de por la noche. Recuerdo las noches iguales a los días y los días iguales a las noches. Recuerdo los juegos para distraer el tiempo infinito que pasaba ante mi. Recuerdo en pensar cómo sería el mundo tras mi ausencia. Recuerdo aquel coche movido por mis manos, recorriendo aquella colcha verde.
Recuerdo los días finales, en los que echaría de menos mi cama, que soñaba como un barco en el agua. Como una alfombra en el cielo
Recuerdo la bandeja naranja con sus patas y con su agujero para el vaso, cosa que me parecía lo más de lo más en aquellos años 80 en los que tan moderno nos parecía todo. Recuerdo las visitas, más o menos frecuentes. Recuerdo la luz que dejaban aquellas cortinas blancas en mi habitación por la mañana, la siesta de por la tarde y la fiebre de por la noche. Recuerdo las noches iguales a los días y los días iguales a las noches. Recuerdo los juegos para distraer el tiempo infinito que pasaba ante mi. Recuerdo en pensar cómo sería el mundo tras mi ausencia. Recuerdo aquel coche movido por mis manos, recorriendo aquella colcha verde.
Recuerdo los días finales, en los que echaría de menos mi cama, que soñaba como un barco en el agua. Como una alfombra en el cielo
jueves, 24 de noviembre de 2011
Pero mientras...
Me siento seco y triste. Sin agua que me calme y sin sol que me conforte.
Aunque sé que ya lloverá y saldrá el sol.
Aunque sé que ya lloverá y saldrá el sol.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
martes, 22 de noviembre de 2011
La clave de la guitarra
La he descubierto hoy. El acorde en la mano derecha y el arpegio en la izquierda.
Como con las fracciones, a veces hay que complicarlas para poderlas sumar.
Como con las fracciones, a veces hay que complicarlas para poderlas sumar.
lunes, 21 de noviembre de 2011
Circunloquios
No hay nada como discutir con uno mismo para convencerse más y más y acabar contento por darse la razón.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Regresos
Hay sitios a los que no me gusta volver, porque los recuerdos que me traen deben quedarse perdidos en ellos, en el tiempo en el que fueron vividos, y no salir nunca de ahí. Pero al volver hoy a mi antiguo colegio, donde pasé los primeros doce años de estudiante, los recuerdos casi que han huido de mi. Ya no son tan vivos como hace tantos años, quizá porque ya me he hecho viejo y he aprendido que, a veces, las cosas no son tan importantes como creemos.
Al pasar la puerta verde de la cuesta me he encontrado con la misma pared de cipreses, perennemente verdes, y con los mismos coches, aunque más modernos, aparcados enfrente. La estatua de la Inmaculada sigue cubierta por la misma hiedra que entonces y es de suponer que en la casa siga viviendo la misma persona que en mi época, pero con distinto nombre y rostro.
Camino rápido, sin pensar, y entro en la que fue mi última clase. Ya desaparecieron las bancas inclinadas, que tan incómodas eran, y han sido sustituidas por las típicas sillas y mesas verdes de colegio público, tan prácticas como impersonales. No me he fijado en la pizarra, aunque sí en la inscripción de la entrada, que ya no pone COU A, sino aula 13. Me alegro de no haber vivido ese cambio.
Entro y miro el que fue mi sitio, junto a mi ventana. Junto a esa ventana que me permitió ver como, poco a poco, te ibas marchando sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo. Hasta que desapareciste de mi vida siguiendo el camino de la tuya. Tantos años me ha costado aceptarlo...
Una vez cumplida mi obligación salgo a toda prisa del lugar, pero me detengo en los rostros y nombres del tablón de anuncios. Nada hay familiar. Nada hay conocido. Tan solo son las caras que se pueden encontrar hoy en día en cualquier otro sitio.
Al final eso es lo que queda, tan solo un rostro anónimo.
Al pasar la puerta verde de la cuesta me he encontrado con la misma pared de cipreses, perennemente verdes, y con los mismos coches, aunque más modernos, aparcados enfrente. La estatua de la Inmaculada sigue cubierta por la misma hiedra que entonces y es de suponer que en la casa siga viviendo la misma persona que en mi época, pero con distinto nombre y rostro.
Camino rápido, sin pensar, y entro en la que fue mi última clase. Ya desaparecieron las bancas inclinadas, que tan incómodas eran, y han sido sustituidas por las típicas sillas y mesas verdes de colegio público, tan prácticas como impersonales. No me he fijado en la pizarra, aunque sí en la inscripción de la entrada, que ya no pone COU A, sino aula 13. Me alegro de no haber vivido ese cambio.
Entro y miro el que fue mi sitio, junto a mi ventana. Junto a esa ventana que me permitió ver como, poco a poco, te ibas marchando sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo. Hasta que desapareciste de mi vida siguiendo el camino de la tuya. Tantos años me ha costado aceptarlo...
Una vez cumplida mi obligación salgo a toda prisa del lugar, pero me detengo en los rostros y nombres del tablón de anuncios. Nada hay familiar. Nada hay conocido. Tan solo son las caras que se pueden encontrar hoy en día en cualquier otro sitio.
Al final eso es lo que queda, tan solo un rostro anónimo.
Fiesta de la democracia
Este año recibí una entrada vip para participar en la fiesta de la democracia, vulgarmente conocida como elecciones. Según dicha invitación debía presentarme a las 8 de la mañana en el colegio electoral, que además de ser colegio electoral es mi colegio de lo otro, lo que antes se llamaba educación y ahora vayase usted a saber qué puñetas es. Es curioso que una fiesta sea esa hora de la mañana y además en un colegio. Yo me esperaba algo nocturno, en algún paf de moda, pero no. La cuestión es que tenía que acercarme allí a esa temprana hora.
Tal y como aparecía en la invitación, en caso de no comparecer allí a la hora indicada para la constitución de la mesa me enfrentaría a pena de cárcel y sería visto por mis semejantes como un delincuente, cosa que realmente ya soy dada mi condición de funcionario docente, que es como un pecado que ni con el Perdón de Dios se redime.
Tras desmontar el habitual despliegue despertadoril de las grandes citas, me he vestido y he puesto rumbo a mi antiguo cole. Nada más llegar diviso un grupo de variopintos ciudadanos que podía fácilmente ser dividido en dos. Por un lado, un grupo de sufridos ciudadanos con papelitos similares al mío en la mano y con cara de sueño. Por otro lado, una colección de ciudadanos con identificación política muy despiertos y emocionados, tanto que casi he llegado a pensar en las elecciones como un orgasmo tetraanual. Infrecuente pero intenso.
Tras identificar a mis compañeros de mesa, concretamente a mi presidente, y presentarme con profusión para que no hubiera dudas de mi compromiso con al democracia, he indicado mi rango en el escalafón electoral y he quedado a la espera de la llegada de mis superiores que, dicho sea de paso, eran todos. Tras un breve periodo de incertidumbre, aparecieron los otros dos vocales, aunque en realidad faltarían tres mas. Anecdóticamente son madre e hijo, de lo que se deduce que la familia que vocaliza unida permanece unida. Entrañable.
Tras preguntar reiteradamente y ante la presencia policial que si me podía ir, he retornado a mi cama plegable de fin de semana, feliz por haber contribuido de forma tan notable a la democracia en España. Y mis ojos se han cerrado, como si todo hubiera sido un sueño.
Tal y como aparecía en la invitación, en caso de no comparecer allí a la hora indicada para la constitución de la mesa me enfrentaría a pena de cárcel y sería visto por mis semejantes como un delincuente, cosa que realmente ya soy dada mi condición de funcionario docente, que es como un pecado que ni con el Perdón de Dios se redime.
Tras desmontar el habitual despliegue despertadoril de las grandes citas, me he vestido y he puesto rumbo a mi antiguo cole. Nada más llegar diviso un grupo de variopintos ciudadanos que podía fácilmente ser dividido en dos. Por un lado, un grupo de sufridos ciudadanos con papelitos similares al mío en la mano y con cara de sueño. Por otro lado, una colección de ciudadanos con identificación política muy despiertos y emocionados, tanto que casi he llegado a pensar en las elecciones como un orgasmo tetraanual. Infrecuente pero intenso.
Tras identificar a mis compañeros de mesa, concretamente a mi presidente, y presentarme con profusión para que no hubiera dudas de mi compromiso con al democracia, he indicado mi rango en el escalafón electoral y he quedado a la espera de la llegada de mis superiores que, dicho sea de paso, eran todos. Tras un breve periodo de incertidumbre, aparecieron los otros dos vocales, aunque en realidad faltarían tres mas. Anecdóticamente son madre e hijo, de lo que se deduce que la familia que vocaliza unida permanece unida. Entrañable.
Tras preguntar reiteradamente y ante la presencia policial que si me podía ir, he retornado a mi cama plegable de fin de semana, feliz por haber contribuido de forma tan notable a la democracia en España. Y mis ojos se han cerrado, como si todo hubiera sido un sueño.
Poesía electoral
Bien por democracia
o bien por un sendero
no hay quien me quite
el madrugón dominguero.
o bien por un sendero
no hay quien me quite
el madrugón dominguero.
sábado, 19 de noviembre de 2011
Para qué llamarse a engaño
Esto no va a ser fácil. Y ni siquiera se si merecerá la pena. Pero... hay que intentarlo.
viernes, 18 de noviembre de 2011
Sorpresas te da la vida...
Después de 6 años suscrito a cierta asociación de profesores de matemáticas y habiendo recibido de forma puntualmente trimestral su magna revista, no solamente encuentro hoy por primera vez no uno ni dos, sino tres artículos que realmente merezcan la pena ser leídos. A saber:
Orígenes y evolución del Teorema de Rolle, por C. S. Alemán, de la U Gaditana.
Revisando los conceptos de máximo y mínimo a través de un libro de L'Hôpital. M. T. González, de la U. Salmantina.
Otra cosa de L'Hôpital, concretamente de la regla de la cadena, de Campistrous, López y Rizo, de Us de allende los mares.
Orígenes y evolución del Teorema de Rolle, por C. S. Alemán, de la U Gaditana.
Revisando los conceptos de máximo y mínimo a través de un libro de L'Hôpital. M. T. González, de la U. Salmantina.
Otra cosa de L'Hôpital, concretamente de la regla de la cadena, de Campistrous, López y Rizo, de Us de allende los mares.
jueves, 17 de noviembre de 2011
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Redes
A veces uno compara y no le queda más que meterse debajo de una piedra asustado de su propia imbecilidad.
martes, 15 de noviembre de 2011
Al blog
...a veces es desesperante, porque nadie te toma en serio cuando te tiene que tomar en serio. Pero luego se ríe uno mucho, la verdad. Pero claro, solo me río yo. E por eso por lo que toda mi vida he estado solo porque, en el fondo, nadie me entiende.
Preguntas educativas
Cuándo se les meterá en la cabeza a nuestras queridas mentes pensantes educativas que lo que tienen que hacer es dejar a los profesionales hacer su trabajo y dejar de dar por culo con gilipolleces absurdas que no sirven para nada.
lunes, 14 de noviembre de 2011
Crítica de cine
Este fin de semana he tenido oportunidad de asistir al preestreno de la película "El Percusionista Acelerado", un interesante thriller psicológico sobre un joven aprendiz de músico.
El flim, o pinicula, como sutedes perfieran, nos narra la angustia vital de un joven que empieza a tocar la batería. No lo hace mal, incluso aprende rápido a combinar la caja y el bombo, pero tiene un terrible problema que intenta ocultar pero que poco a poco sus compañeros descubren: No sabe llevar el ritmo y se acelera. Al principio todo el mundo le pone buena cara y clave de sol, pero llega un momento en el que el director está hasta los trombones de oírle y le encarga una difícil misión, debe comprarse un metrónomo.
Un tanto deprimido, el músico empieza a abusar de las corcheas y semicorcheas y se sumerge en las bajas líneas del pentagrama. Pero una chica se apiada de él y lucha porque sus notas graves se conviertan en agudas. El chico al principio la ve como una oportunidad para usar la trompa, pero poco a poco se va enamorando de ella hasta que se da cuenta de cuánto la quiere y la necesita. Es entonces cuando él se declara y ella acepta, no sin antes hacer un acuerdo prematrimonial, que la cosa está mu malita últimamente. Y al final acaban casados, felices y comiendo alitas de pollo, cosa muy comprensible por los motivos antes explicitados y que no creo que sea necesario repetir.
Les recomiendo que vean la película, no es la típica comedia romántica al uso. Además, las cinco horas y media que dura se les pasarán voladas.
Lo que no voy a hacer es fastidiar el final y no les diré si al final se acaba comprando o no el metrónomo.
El flim, o pinicula, como sutedes perfieran, nos narra la angustia vital de un joven que empieza a tocar la batería. No lo hace mal, incluso aprende rápido a combinar la caja y el bombo, pero tiene un terrible problema que intenta ocultar pero que poco a poco sus compañeros descubren: No sabe llevar el ritmo y se acelera. Al principio todo el mundo le pone buena cara y clave de sol, pero llega un momento en el que el director está hasta los trombones de oírle y le encarga una difícil misión, debe comprarse un metrónomo.
Un tanto deprimido, el músico empieza a abusar de las corcheas y semicorcheas y se sumerge en las bajas líneas del pentagrama. Pero una chica se apiada de él y lucha porque sus notas graves se conviertan en agudas. El chico al principio la ve como una oportunidad para usar la trompa, pero poco a poco se va enamorando de ella hasta que se da cuenta de cuánto la quiere y la necesita. Es entonces cuando él se declara y ella acepta, no sin antes hacer un acuerdo prematrimonial, que la cosa está mu malita últimamente. Y al final acaban casados, felices y comiendo alitas de pollo, cosa muy comprensible por los motivos antes explicitados y que no creo que sea necesario repetir.
Les recomiendo que vean la película, no es la típica comedia romántica al uso. Además, las cinco horas y media que dura se les pasarán voladas.
Lo que no voy a hacer es fastidiar el final y no les diré si al final se acaba comprando o no el metrónomo.
Bomberadas
No se puede prender fuego y encogerse de hombros al verse en el espejo sujetando una cerilla con los dedos.
Momento II
Hay veces que a medio día se produce un silencio ensordecedor que hace que casi me estalle la cabeza.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Matrioska
Lo mejor para no llevar la funda de las gafas en las manos es coger una chaqueta, meter ahí la funda de las gafas y luego llevar la chaqueta en la mano.
viernes, 11 de noviembre de 2011
Interruptus
Acabo de comer, de tomarme la infusión y de ver un capítulo de Dexter. La emoción del final me deja algo soñoliento y eso, unido a los comienzos de la digestión, me hace emprender un viaje en busca de Morfeo. Saco el billete y ocupo el asiento de sofá y manta con brasero que me han vendido. Pero justo cuando voy a llegar a mi destino junto a mi dios griego favorito, una música epopéyica y lejana se acerca a mi balcón. Me informan de un mitin de cierto partido, con el menú de mitineros y la hora del evento en cuestión.
Pienso en un quizá de compromiso a lo facebook, aunque el horario me parte un poco la tarde. Media vuelta y de nuevo en busca de Morfeo. Pero, sin apenas tiempo de buscar su cara entre la gente de la calle de mis sueños, otro megáfono vehicular me informa de que me sume al cambio. Y digo yo, ¿tiene que ser ahora o puedo dormir una breve siesta? Lamentablemente este coche es algo más persistente y llega incluso a cruzarse con su rival político, afortunadamente sin consecuencias ni parte al seguro. La calma vuelve a apoderarse de mi cuarto de estar.
Pero justo cuando el desperece empieza a retirarse y casi adivino su cara cerca de mi, Morfeo me abandona de nuevo en pos de una oferta de telefonía que no podré rechazar. Cojo el teléfono, pero no contesto. Es una gilipollez, pero eso es como no tener ni siquiera derecho al pataleo.
Y yo me pregunto, ¿es que no se puede dormir la siesta en el país que la inventó?
Pienso en un quizá de compromiso a lo facebook, aunque el horario me parte un poco la tarde. Media vuelta y de nuevo en busca de Morfeo. Pero, sin apenas tiempo de buscar su cara entre la gente de la calle de mis sueños, otro megáfono vehicular me informa de que me sume al cambio. Y digo yo, ¿tiene que ser ahora o puedo dormir una breve siesta? Lamentablemente este coche es algo más persistente y llega incluso a cruzarse con su rival político, afortunadamente sin consecuencias ni parte al seguro. La calma vuelve a apoderarse de mi cuarto de estar.
Pero justo cuando el desperece empieza a retirarse y casi adivino su cara cerca de mi, Morfeo me abandona de nuevo en pos de una oferta de telefonía que no podré rechazar. Cojo el teléfono, pero no contesto. Es una gilipollez, pero eso es como no tener ni siquiera derecho al pataleo.
Y yo me pregunto, ¿es que no se puede dormir la siesta en el país que la inventó?
jueves, 10 de noviembre de 2011
Los pasos en el vacío
Eran las siete y llegaba tarde. Estuvieron a punto de multarla, pero soltó el móvil a tiempo y, disimulando con una pícara sonrisa y soltándose un poco el escote le dio algo de pena al policía, que hizo las vista gorda. Bueno, más bien posó sus ojos en sitios poco discretos.
Aparcó de milagro y salió en busca de su acompañante, que la esperaba a la entrada, con un chupa-chups en la mano y un cigarrillo en la otra. Un breve saludo y entraron en el edificio, donde apenas había gente. Eligieron bien la tarde, ya que nadie les molestaría en su recorrido.
Pasaban las salas y las explicaciones la iban absorbiendo. Casi se sentía entrar en cada una de las obras de arte que se sucedían colgadas en la pared, apreciando matices nuevos en los que antes no había reparado.
Pero entonces, la voz de su acompañante se apagó. Deseaba ella ser capaz por si misma de encontrar la llave que daba entrada a los pequeños mundos de cada cuadro. Tan solo la desconcentraban los pasos en el silencio de las salas y el sonido de su respiración tranquila aquella tarde de noviembre.
Aparcó de milagro y salió en busca de su acompañante, que la esperaba a la entrada, con un chupa-chups en la mano y un cigarrillo en la otra. Un breve saludo y entraron en el edificio, donde apenas había gente. Eligieron bien la tarde, ya que nadie les molestaría en su recorrido.
Pasaban las salas y las explicaciones la iban absorbiendo. Casi se sentía entrar en cada una de las obras de arte que se sucedían colgadas en la pared, apreciando matices nuevos en los que antes no había reparado.
Pero entonces, la voz de su acompañante se apagó. Deseaba ella ser capaz por si misma de encontrar la llave que daba entrada a los pequeños mundos de cada cuadro. Tan solo la desconcentraban los pasos en el silencio de las salas y el sonido de su respiración tranquila aquella tarde de noviembre.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
martes, 8 de noviembre de 2011
Crecer
Crecer es dejar atrás lo que te liga a tu infancia, pero guardar su recuerdo en el corazón.
Crecer es no aferrarse a las cosas, es dejarlas libres, que entren y salgan de tu vida. Si te pertenecen no se irán nunca.
Crecer es sentir dolor y luego ver cómo se cicatriza la herida, formando la costra que te protegerá de las heridas futuras.
Crecer es aceptar que no eres el centro y querer sin límite a aquellos que te han desplazado hacia el exterior.
Crecer es ser capaz de cambiar de planes en el último minuto y sin mayor problema.
Crecer es aceptar las cosas tal y como son. La lluvia de hoy hará germinar las plantas de mañana.
Crecer es no aferrarse a las cosas, es dejarlas libres, que entren y salgan de tu vida. Si te pertenecen no se irán nunca.
Crecer es sentir dolor y luego ver cómo se cicatriza la herida, formando la costra que te protegerá de las heridas futuras.
Crecer es aceptar que no eres el centro y querer sin límite a aquellos que te han desplazado hacia el exterior.
Crecer es ser capaz de cambiar de planes en el último minuto y sin mayor problema.
Crecer es aceptar las cosas tal y como son. La lluvia de hoy hará germinar las plantas de mañana.
Poetry on the run
Sobrecitos en mi móvil
que me alegran la vida.
Sobrecitos en tu móvil
que salen del alma mía.
que me alegran la vida.
Sobrecitos en tu móvil
que salen del alma mía.
Frustraciones estudiantiles
¿Por qué en los libros de inglés no dejan hueco suficiente para escribir?
lunes, 7 de noviembre de 2011
Impotencia
No sé cómo expresar la empanada mental que tengo en la cabeza en palabras medianamente ininteligibles.
Citas célebres
El que está acostumbrado a corregir debe admitir, con la mayor de las humildades, que lo corrijan.
domingo, 6 de noviembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
El patio de mi casa
Haciendo caso a mi profe de guitarra, me he comprado un libro llamado "La guitarra paso a paso". Después de haber estado ensayando una escala, que más que una escala me ha parecido una venganza china, me ha picado la curiosidad y lo he abierto. La primera obra es "El Patio de mi Casa" y me he puesto como loco a sacar lo que allí en solfeo aparecía.
Al empezar a tocar aquello más que el patio de mi casa parecía el huerto de mi tía, porque la similitud de lo que yo estaba tocando con la archiconocida cancioncilla tendía a cero. Sin desanimarme, me he ido a otra pieza que ya conocía pues tenía su tablatura y he comprobado que mis rudimentos del solfeo son firmes: me equivoco en tres de cada cuatro notas, pero me doy cuenta del error en un tiempo razonablemente corto. Al ver que todo cuadraba he decidido dejar de preocuparme y que preguntaría a mi profesor en la próxima clase.
Pero navegando por el ciberespacio, me he encontrado con este blog que me ha sacado del apuro. Estaba tocando la segunda voz de la guitarra. Así que, por lo menos, he resuelto la duda y lo difícil no se me daba tan mal.
Bien está lo que bien acaba.
Al empezar a tocar aquello más que el patio de mi casa parecía el huerto de mi tía, porque la similitud de lo que yo estaba tocando con la archiconocida cancioncilla tendía a cero. Sin desanimarme, me he ido a otra pieza que ya conocía pues tenía su tablatura y he comprobado que mis rudimentos del solfeo son firmes: me equivoco en tres de cada cuatro notas, pero me doy cuenta del error en un tiempo razonablemente corto. Al ver que todo cuadraba he decidido dejar de preocuparme y que preguntaría a mi profesor en la próxima clase.
Pero navegando por el ciberespacio, me he encontrado con este blog que me ha sacado del apuro. Estaba tocando la segunda voz de la guitarra. Así que, por lo menos, he resuelto la duda y lo difícil no se me daba tan mal.
Bien está lo que bien acaba.
Ironías fotográficas
Casi me quedo en silla de ruedas por no colarme en la foto de unos señores en silla de ruedas.
Ojos que miran
Las escaleras son una gran fuente de observación, especialmente las de cierta gran superficie falsamente anglosajona. Para la persona solitaria que sale a matar el aburrimiento de un sábado por la mañana constituyen, sin duda, una gran evasión.
Me monto en la primera baja, sorteando a una señora repartidora de perfumes que, ni siquiera aquí, me considera digno de ser su potencial cliente. Me antecede una señora mayor con su bolso, que se parará en la primera planta y que seguro viene, como yo, a distraerse. Se aleja de mi y, cuando ya estoy en el segundo tramo, reparo en dos jóvenas elegantes y distinguidas retocándose mutuamente. Detrás, un joven algo mayor que yo, se mira al espejo mientras se despeina a conciencia. En ese momento me doy cuenta de que tengo frío en la cabeza y en que debería comprarme un gorro, lo cual no deja de ser curioso porque estoy bajo techo.
Llego a mi destino, curioseo sin mucho afán y sigo deambulando, sin fijarme mucho en nada en concreto. Busco caras conocidas, sin encontrarlas. Decido bajar al supermercado y veo a un joven con su blackberry y su padre, que a pesar de ser bastante menos útil que el aparato, por lo menos es practico y paga la ropa del muchacho. En la consigna un señor me observa y se cuela con poco disimulo y, justamente en la caja, me encuentro con Pablo, al que saludo afectuosamente.
Es tarde. Tengo que regresar a casa. Vaya paseo que le he dado al paraguas.
Me monto en la primera baja, sorteando a una señora repartidora de perfumes que, ni siquiera aquí, me considera digno de ser su potencial cliente. Me antecede una señora mayor con su bolso, que se parará en la primera planta y que seguro viene, como yo, a distraerse. Se aleja de mi y, cuando ya estoy en el segundo tramo, reparo en dos jóvenas elegantes y distinguidas retocándose mutuamente. Detrás, un joven algo mayor que yo, se mira al espejo mientras se despeina a conciencia. En ese momento me doy cuenta de que tengo frío en la cabeza y en que debería comprarme un gorro, lo cual no deja de ser curioso porque estoy bajo techo.
Llego a mi destino, curioseo sin mucho afán y sigo deambulando, sin fijarme mucho en nada en concreto. Busco caras conocidas, sin encontrarlas. Decido bajar al supermercado y veo a un joven con su blackberry y su padre, que a pesar de ser bastante menos útil que el aparato, por lo menos es practico y paga la ropa del muchacho. En la consigna un señor me observa y se cuela con poco disimulo y, justamente en la caja, me encuentro con Pablo, al que saludo afectuosamente.
Es tarde. Tengo que regresar a casa. Vaya paseo que le he dado al paraguas.
Conjetura nº 2
Creo que alguna vez lo he dicho, pero ha clones nuestros en todas partes. Me explico.
Usted vive en la localidad A. Conoce a la gente de ese sitio, sabe de su vida y milagros. Esta gente, a su vez, le conoce a usted. Hasta aquí todo normal.
Ahora suponga que le trasmutamos espacio-temporalmente de la localidad A a la localidad B. Usted no conoce a nadie y empieza a pasearse por dicha localidad. Pues seguro que, mirando las caras, se le sobresalta el corazón cuando cree ver a alguien igual a su vecino. Se acerca a saludarlo y... resulta que no, que no es la persona que usted busca.
Pues eso me pasa a mi algunas veces. Menos mal que uno es vergonzoso y no se acerca, que si no, pasaría por loco.
Bueno, por aún más loco.
Usted vive en la localidad A. Conoce a la gente de ese sitio, sabe de su vida y milagros. Esta gente, a su vez, le conoce a usted. Hasta aquí todo normal.
Ahora suponga que le trasmutamos espacio-temporalmente de la localidad A a la localidad B. Usted no conoce a nadie y empieza a pasearse por dicha localidad. Pues seguro que, mirando las caras, se le sobresalta el corazón cuando cree ver a alguien igual a su vecino. Se acerca a saludarlo y... resulta que no, que no es la persona que usted busca.
Pues eso me pasa a mi algunas veces. Menos mal que uno es vergonzoso y no se acerca, que si no, pasaría por loco.
Bueno, por aún más loco.
viernes, 4 de noviembre de 2011
La tarde
He visto la calle hecha río y, en apenas unos minutos, la calle seca de nuevo. He sentido el agua en mis pies, pero no me ha importado. He visto un coche que no se ha movido.
He visto un trozo irregular de arcoiris cerca de lo que puede ser mi pueblo. He visto el reflejo del sol en la carretera, que me ha deslumbrado y que me ha hecho agarrar fuertemente el volante.
He sentido el cansancio de los viernes, el peso de la carretera y el viento en la rambla.
He visto montañas con sombrero blanco, montañas con rizos y hasta montañas con canas. He visto las primeras nieves del invierno y el frío exterior en el termómetro del coche.
He visto anochecer más temprano y he intentado evitarlo poniendo las largas, pensando quizá que el sol retrocedería en su camino. He visto gotas caer en mi parabrisas y he visto, de nuevo, mi calle iluminada por las farolas blancas del invierno.
Ahora, mientras me visto de invierno en la república de mi infancia, siento de nuevo la lluvia en el tejado, con el mismo sonido sordo de siempre.
He visto un trozo irregular de arcoiris cerca de lo que puede ser mi pueblo. He visto el reflejo del sol en la carretera, que me ha deslumbrado y que me ha hecho agarrar fuertemente el volante.
He sentido el cansancio de los viernes, el peso de la carretera y el viento en la rambla.
He visto montañas con sombrero blanco, montañas con rizos y hasta montañas con canas. He visto las primeras nieves del invierno y el frío exterior en el termómetro del coche.
He visto anochecer más temprano y he intentado evitarlo poniendo las largas, pensando quizá que el sol retrocedería en su camino. He visto gotas caer en mi parabrisas y he visto, de nuevo, mi calle iluminada por las farolas blancas del invierno.
Ahora, mientras me visto de invierno en la república de mi infancia, siento de nuevo la lluvia en el tejado, con el mismo sonido sordo de siempre.
Alegrías de la profesión
Corregir exámenes. No es que me disguste, tampoco me entusiasma, pero con tantas cosas por hacer sabiamente administradas a cuentagotas, para que me haga ilusiones, casi no le dejan a uno.
jueves, 3 de noviembre de 2011
Campañas
Dicen que, en unos minutos, comienza la campaña electoral. No se si notaremos la diferencia...
Proporcionalidad inversa
Las posibilidades para el fin de semana son tan desalentadoras como cercanas.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Al revés
El tiempo avanza y no sé muy bien como detenerlo. Hay cosas que se me hacen cada vez más difíciles y el tiempo pasado no ayuda, pareciera como si el tiempo me hiciera desaprender. Justamente al contrario de lo normal.
No se por qué, pero siempre me quedo con lo peor de las cosas sin ni siquiera disfrutarlas. Las caras oscuras me fascinan, me atrapan y no me dejan escapar. Es una curiosa tendencia a la autodestrucción bien entendida.
No se por qué, pero siempre me quedo con lo peor de las cosas sin ni siquiera disfrutarlas. Las caras oscuras me fascinan, me atrapan y no me dejan escapar. Es una curiosa tendencia a la autodestrucción bien entendida.
Curiosidades
No deja de tener su gracia que te enteres de páginas porno a partir de un curso de formación para el profesorado.
martes, 1 de noviembre de 2011
Consejos por si, andando por el bosque, se encuentra uno una cabra montés
Primero: No se flipe. Es difícil, pero inténtelo.
Segundo: Procure hablar bajo, pero no de forma que haga el tonto con sus acompañantes de sendero.
Tercero: Procure tener la cámara a mano. Si no, sáquesela (la cámara, se entiende) si hacer ruido.
Cuarto: Ande despacio. Con movimientos cortos y sin arrastrar los pies. Muéstrese firme, pero amable. Sin dar demasiada confianza. Recuerde que con tanto senderista, el encuentro cabra-hombre ha perdido mucho encanto.
Con un poco de suerte, podrá hacer fotos como esta:
Segundo: Procure hablar bajo, pero no de forma que haga el tonto con sus acompañantes de sendero.
Tercero: Procure tener la cámara a mano. Si no, sáquesela (la cámara, se entiende) si hacer ruido.
Cuarto: Ande despacio. Con movimientos cortos y sin arrastrar los pies. Muéstrese firme, pero amable. Sin dar demasiada confianza. Recuerde que con tanto senderista, el encuentro cabra-hombre ha perdido mucho encanto.
Con un poco de suerte, podrá hacer fotos como esta:
Noticias que parecen mentira y sin embargo son ciertas como la vida misma XX
La noticia de hoy es muy buena y como últimamente la cosa está mu malita, he decidido hacer un hueco y contarla aquí.
Según leo en la prensa local, las colonias de buitres han aumentado espectacularmente su tamaño en los últimos tiempos. Y ello se debe al aumento del número de senderistas que pueblan los montes de España. Las palabras del presidente del ABE (Asociación de Buitres de España) no pueden ser más entusiastas: "Estamos contentísimos. Antes no había manera de echarse nada a la boca, pero ahora nos sobra la comida. La verdad es que al principio veíamos con algo de reticencia que vinieran los senderistas, pero ahora nos hemos dado cuenta de lo equivocados que estábamos."
La alegría de los buitres tiene una razón clara: "La dificultad de acceso de nuestros montes unida a la patosez de algunos senderistas. El caso es que se ponen a sacar fotos donde se pueden caer y, con la emoción del momento, se resbalan y se la pegan. O bien se ponen a comer donde más peligro hay y allá que se resbalan. Y luego ya nos encargamos nosotros del resto" Es precisamente en este punto donde más contentos se ponen los buitres. "Antes, como llevaban ropas de camuflaje era más difícil localizarlos. Pero como ahora van todos vestidos del Decathlón pues es más fácil, porque como son colores chillones tan solo basta con fijarse un poco y dejarse caer"
Pero, como toda noticia, también hay su parte mala. Según los veterinarios y biólogos que siguen las distintas colonias de buitres se han detectado un importante incremento de buitres con colesterol. Atendiendo a las palabras del conservador jefe de un parque natural "Hay algunos que tienen las arterias hechas polvo de tanta grasa. Es una cosa tremenda. Les recomendamos verduritas y algún conejillo los domingos, pero como no dejan de aparecer senderistas, pues claro, se van a lo fácil y no nos hacen ni caso. Así que lo que vamos a hacer es poner a dieta a los senderistas, para que los buitres coman sano, porque es que algunos no se pueden ni levantar"
Según leo en la prensa local, las colonias de buitres han aumentado espectacularmente su tamaño en los últimos tiempos. Y ello se debe al aumento del número de senderistas que pueblan los montes de España. Las palabras del presidente del ABE (Asociación de Buitres de España) no pueden ser más entusiastas: "Estamos contentísimos. Antes no había manera de echarse nada a la boca, pero ahora nos sobra la comida. La verdad es que al principio veíamos con algo de reticencia que vinieran los senderistas, pero ahora nos hemos dado cuenta de lo equivocados que estábamos."
La alegría de los buitres tiene una razón clara: "La dificultad de acceso de nuestros montes unida a la patosez de algunos senderistas. El caso es que se ponen a sacar fotos donde se pueden caer y, con la emoción del momento, se resbalan y se la pegan. O bien se ponen a comer donde más peligro hay y allá que se resbalan. Y luego ya nos encargamos nosotros del resto" Es precisamente en este punto donde más contentos se ponen los buitres. "Antes, como llevaban ropas de camuflaje era más difícil localizarlos. Pero como ahora van todos vestidos del Decathlón pues es más fácil, porque como son colores chillones tan solo basta con fijarse un poco y dejarse caer"
Pero, como toda noticia, también hay su parte mala. Según los veterinarios y biólogos que siguen las distintas colonias de buitres se han detectado un importante incremento de buitres con colesterol. Atendiendo a las palabras del conservador jefe de un parque natural "Hay algunos que tienen las arterias hechas polvo de tanta grasa. Es una cosa tremenda. Les recomendamos verduritas y algún conejillo los domingos, pero como no dejan de aparecer senderistas, pues claro, se van a lo fácil y no nos hacen ni caso. Así que lo que vamos a hacer es poner a dieta a los senderistas, para que los buitres coman sano, porque es que algunos no se pueden ni levantar"
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