martes, 30 de noviembre de 2010
No es lenguaje, aunque lo parezca
Me resulta bastante desagradable tanto ser objeto como ser sujeto, aunque puestos a elegir, prefiero objeto.
Dos orillas
Imaginemos que transcurre la vida cerca de un río con dos orillas. El río no es ancho, ni profundo, pero tampoco es estrecho ni con poco cauce. Es un río. Sin más.
En una orilla se es paciente. En esta orilla se sufre porque se es ignorado, utilizado como objeto, despreciado en muchos aspectos. Se tienen falsas esperanzas, los sueños nunca se cumplen, la vida parece no tener sentido. A veces sale un falso sol, que no ilumina ni calienta. Incluso te roba la energía, te absorbe. Te arrastras por los caminos esperando llegar a algún sitio, pero siempre se dan vueltas al mismo lugar. Flechas te apuntan, la suciedad te envuelve. La lástima te persigue, la lástima mas infame, aquella que aparece cuando realmente nos compadecemos pero que en el fondo lo que nuestro corazón piensa es en eliminar el objeto de esa lástima. Cuando se tiene la sensación de ser lo último. La gente, bien vestida, elegante e hipócrita se acerca a ti, te da unas monedas, unas migajas. Te visten pomposamente, te dan de comer y luego te exhiben como un muñeco, como una atracción de feria, como si fueras lo que en realidad eres, un payaso del que burlarse, un animal al que tirar unos pitracos, un objeto a su disposición. Pero siempre existe la posibilidad de coger un barquito, una lancha, apenas una cáscara de almendra en la inmensidad de ese río tan pequeño que separa las orillas y cambiar de bando. Sería horrible si no existiera esa posibilidad. Quizá sea un regalo de los Dioses que, a fin de cuentas, tampoco son tan malos aunque sí unos maestros de la ironía. Como si lo segundo fuera a veces mejor que lo primero.
Y cuando por fin cruzas el río, llegas a la otra orilla. Todo lo anterior ha desaparecido. Se pasa de la humillación a la exaltación, de la verguenza al orgullo, de la ignorancia a la idolatría. Y entonces aparece un sentimiento de inseguridad, de indecisión, de no saber si realmente se merece todas las atenciones que se reciben. Intentas corresponder, pero no sabes si esa correspondencia está realmente siendo bien entendida. No se sabe si, al cruzar el río, te ha envuelto una niebla que te ha convertido en aquello de lo que huyes y te hace sufrir, en una especie de dios venido a menos, en un ser despreciable que de tanto recibir dolor se ha convertido en una máquina destructora, en un fuego que arrasa, en riada que todo lo llena de barro. Y entonces comienza la pasión, la tortura interior. Esos mismos sentimientos que antes se manifestaban desde fuera nacen desde dentro. Intentas huír de los que te adulan, pero es imposible porque te encuentran siempre. Y entonces echas a correr, pero cuanto más corres más te persiguen. Cambias de estrategia y empiezas a esconderte, pero siempre están al acecho y te encuentra. Decides dejar de huir y volver a tu estatus de semi-dios. Pero algo en tu interior te dice que no lo estás haciendo bien. Y es en ese momento cuando no sabes qué hacer. Tu cabeza empieza a doler, cada vez más. Las pastillas no te calman, el sueño no te calma. Las noches se hacen interminables, los días, insoportables. Sientes cada vez más peso en tu espalda, tus piernas. Añoras ser objeto, pero de nuevo el mismo monosílabo que te atormentaba, esa sutil impresión, esa frase nunca dicha que te clavava un puñal en el alma hace que ese dolor que entraba en ti salga disparado en todas direcciones.
En una orilla se es paciente. En esta orilla se sufre porque se es ignorado, utilizado como objeto, despreciado en muchos aspectos. Se tienen falsas esperanzas, los sueños nunca se cumplen, la vida parece no tener sentido. A veces sale un falso sol, que no ilumina ni calienta. Incluso te roba la energía, te absorbe. Te arrastras por los caminos esperando llegar a algún sitio, pero siempre se dan vueltas al mismo lugar. Flechas te apuntan, la suciedad te envuelve. La lástima te persigue, la lástima mas infame, aquella que aparece cuando realmente nos compadecemos pero que en el fondo lo que nuestro corazón piensa es en eliminar el objeto de esa lástima. Cuando se tiene la sensación de ser lo último. La gente, bien vestida, elegante e hipócrita se acerca a ti, te da unas monedas, unas migajas. Te visten pomposamente, te dan de comer y luego te exhiben como un muñeco, como una atracción de feria, como si fueras lo que en realidad eres, un payaso del que burlarse, un animal al que tirar unos pitracos, un objeto a su disposición. Pero siempre existe la posibilidad de coger un barquito, una lancha, apenas una cáscara de almendra en la inmensidad de ese río tan pequeño que separa las orillas y cambiar de bando. Sería horrible si no existiera esa posibilidad. Quizá sea un regalo de los Dioses que, a fin de cuentas, tampoco son tan malos aunque sí unos maestros de la ironía. Como si lo segundo fuera a veces mejor que lo primero.
Y cuando por fin cruzas el río, llegas a la otra orilla. Todo lo anterior ha desaparecido. Se pasa de la humillación a la exaltación, de la verguenza al orgullo, de la ignorancia a la idolatría. Y entonces aparece un sentimiento de inseguridad, de indecisión, de no saber si realmente se merece todas las atenciones que se reciben. Intentas corresponder, pero no sabes si esa correspondencia está realmente siendo bien entendida. No se sabe si, al cruzar el río, te ha envuelto una niebla que te ha convertido en aquello de lo que huyes y te hace sufrir, en una especie de dios venido a menos, en un ser despreciable que de tanto recibir dolor se ha convertido en una máquina destructora, en un fuego que arrasa, en riada que todo lo llena de barro. Y entonces comienza la pasión, la tortura interior. Esos mismos sentimientos que antes se manifestaban desde fuera nacen desde dentro. Intentas huír de los que te adulan, pero es imposible porque te encuentran siempre. Y entonces echas a correr, pero cuanto más corres más te persiguen. Cambias de estrategia y empiezas a esconderte, pero siempre están al acecho y te encuentra. Decides dejar de huir y volver a tu estatus de semi-dios. Pero algo en tu interior te dice que no lo estás haciendo bien. Y es en ese momento cuando no sabes qué hacer. Tu cabeza empieza a doler, cada vez más. Las pastillas no te calman, el sueño no te calma. Las noches se hacen interminables, los días, insoportables. Sientes cada vez más peso en tu espalda, tus piernas. Añoras ser objeto, pero de nuevo el mismo monosílabo que te atormentaba, esa sutil impresión, esa frase nunca dicha que te clavava un puñal en el alma hace que ese dolor que entraba en ti salga disparado en todas direcciones.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Cosas que deberían ser pecado
Nadar en una piscina climatizada mientras fuera hace un frío que pela.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Noche de domingo
Fiesta de la democracia, humildad, homenaje, pensamos en vosotros, no os vamos a decepcionar, desde mañana nos ponemos a trabajar, esto abre un amplio debate para nosotros, debemos reflexionar sobre lo que hemos hecho...
De entre toda esta jerga falsa e hipócrita, me quedo con una palabra, escrutinio...
De entre toda esta jerga falsa e hipócrita, me quedo con una palabra, escrutinio...
Armas
Después de todo y salvando las distancias, que las hay y muchas, me he dado cuenta de que mi única arma es la palabra, con todas las ventajas e inconvenientes que ello acarrea.
Preguntas sin mala intención...
... y títulos sin ironía.
Me dicen que debo empezar a vivir mi vida. ¿Y eso cómo se hace?
Me dicen que debo empezar a vivir mi vida. ¿Y eso cómo se hace?
Un pensamiento
Después de hacerme fuerte, no tengo más remedio que reconocer mi debilidad. Me engaño a sabiendas de que vivo en una mentira, pero es lo que hay. Juegas con el ajedrez de los sentimientos ajenos, quiero pensar que desconociendo las piezas que manejan y la importancia que tienen. Sería demasiado cruel que lo hicieras a sabiendas, pero en cierto modo no me fío de ti.
Juegas a la lejanía y te acercas cuando te conviene, pero nunca llegas a tocarme. Sabes que soy una batalla ganada de antemano y no piensas luchar, porque además de inútil no tiene sentido.
Y yo sigo engañándome, pero no por mucho tiempo. A fin de cuentas, hay ciertas cosas que de antemano están proscritas.
Y soy más fuerte que tú.
Juegas a la lejanía y te acercas cuando te conviene, pero nunca llegas a tocarme. Sabes que soy una batalla ganada de antemano y no piensas luchar, porque además de inútil no tiene sentido.
Y yo sigo engañándome, pero no por mucho tiempo. A fin de cuentas, hay ciertas cosas que de antemano están proscritas.
Y soy más fuerte que tú.
sábado, 27 de noviembre de 2010
viernes, 26 de noviembre de 2010
Descompasado
Diríase que a veces las cosas pasan cuando no nos conviene. Y siempre son cosas buenas, lo que te hace que te duela aún más. Pero la vida es caprichosa y pone las cosas en un orden que parece aleatorio pero que, si al final de nuestra vida echamos la vista atrás, vemos que ha sido el orden justo y necesario, el que tenía que ser. Porque las cosas no ocurren porque sí, o al menos eso parece.
De lo anterior se deduce que lo que me viene atormentando desde hace tiempo ha tenido que ocurrir ahora, no antes ni después. No creo que me vuelva a ocurrir, aunque es altamente probable. Espero para entonces haber aprendido, cosa que por supuesto no voy a hacer, porque no sería yo.
Pero la misma pregunta flota en el aire. Y habrá que esperar para responderla. Jaque mate.
De lo anterior se deduce que lo que me viene atormentando desde hace tiempo ha tenido que ocurrir ahora, no antes ni después. No creo que me vuelva a ocurrir, aunque es altamente probable. Espero para entonces haber aprendido, cosa que por supuesto no voy a hacer, porque no sería yo.
Pero la misma pregunta flota en el aire. Y habrá que esperar para responderla. Jaque mate.
Tendría mala sombra
No dejaría de ser curioso que después de tantas lágrimas, tantas preocupaciones, tanto cariño, tantas noches sin dormir todo quedara en nada. Y, encima, por la parte que menos se espera. Porque no me extrañaría nada que pasara. En tal caso, a la horca con el responsable...
Presencias y ausencias
Me sorprenden determinadas ausencias. Y me inquietan determinadas presencias. Y cuando las juntas con una mente nada inocente como la mía cualquier cosa se puede pensar...
jueves, 25 de noviembre de 2010
Creencias
Ni te creo cuando me quieres ni te creo cuando me odias.
Y cuando quieres ser indiferente con mala intención despiertas mi raciocinio y por ahí te escapas.
Tengo que trabajar eso.
Y cuando quieres ser indiferente con mala intención despiertas mi raciocinio y por ahí te escapas.
Tengo que trabajar eso.
Dobleces
Me gustaría poder hablar sin medir mis palabras. También me gustaría que las palabras expresaran lo que pienso exactamente, pero no siempre lo consigo. Inventos como el álgebra son solo una vez en la vida, así que habrá que tirar para otro lado o empezar a utilizar ecuaciones para comunicarse, cosa que no parece mal plan.
No quiero malas interpretaciones, no quiero dobles sentidos. Digo lo que digo y lo digo de frente, sin mas. Intentando no ser complicado ni rebuscado y poniendo un poco de mi en cada palabra.
Pero siempre está el que le busca los tres pies al gato, y eso es algo que no quiero hacer, aunque a veces me obliguen.
Quiero normalidad, sindoblez, claridad.
Supongo que es pedir mucho.
No quiero malas interpretaciones, no quiero dobles sentidos. Digo lo que digo y lo digo de frente, sin mas. Intentando no ser complicado ni rebuscado y poniendo un poco de mi en cada palabra.
Pero siempre está el que le busca los tres pies al gato, y eso es algo que no quiero hacer, aunque a veces me obliguen.
Quiero normalidad, sindoblez, claridad.
Supongo que es pedir mucho.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Tarde de tutoría
To er mundo e básicamente güeno, aunque se demuestre lo contrario.
Se busca alguien que sepa hacer de comer. Se comprenderán otros defectos.
Se busca alguien que sepa hacer de comer. Se comprenderán otros defectos.
Sentimientos II
Se mantiene el sentimiento de desconfianza. Se acompaña de un sentimiento de inquietud, de tristeza, de fin. De agobio.
Y eso me come.
Y eso me come.
Comidas canallas II
La receta de hoy es "Tortelinis rellenos de requesón y berenjena con tomate"
En primer lugar, ponemos agua a calentar. Cuando esté caliente, echamos medio bote de tortelinis rellenos. Normalmente, se dan dos situaciones. El fuego está muy fuerte y se acaban abriendo y saliendo todo el interior al agua o bien está flojo y no se acaban de hacer nunca. Por supuesto, no se debe hacer caso del tiempo de cocción indicado. Cuando estén cocidos, da igual porque está científicamente demostrado que siempre quedan dos incorrectamente cocidos, se escurren.
Endemientras, nuevo adverbio recogido por la nueva ortografía española, hemos puesto o ponido a calentar en un cacharro en el microondas tomate frito. Por supuesto, hay que elegir un cacharro que se caliente pero que no caliente el interior, de forma que te quemes mientras lo eches pero que el tomate se quede frío.
Se pone el tomate como base y se echan los tortelinis. Por mucho que remuevas, nunca van a pringarse del todo de tomate.
A la hora de comerlos, es importante elegir siempre como primer tortellini uno de los se quedó crudo. Y, por supuesto, el ultimo tortelini a elegir debe ser el otro que se quedó crudo.
Acompañar con agua, preferentemente del grifo. Y, para rebañar, pan de hace dos días metido en bolsa de plástico y conservado en nevera.
En primer lugar, ponemos agua a calentar. Cuando esté caliente, echamos medio bote de tortelinis rellenos. Normalmente, se dan dos situaciones. El fuego está muy fuerte y se acaban abriendo y saliendo todo el interior al agua o bien está flojo y no se acaban de hacer nunca. Por supuesto, no se debe hacer caso del tiempo de cocción indicado. Cuando estén cocidos, da igual porque está científicamente demostrado que siempre quedan dos incorrectamente cocidos, se escurren.
Endemientras, nuevo adverbio recogido por la nueva ortografía española, hemos puesto o ponido a calentar en un cacharro en el microondas tomate frito. Por supuesto, hay que elegir un cacharro que se caliente pero que no caliente el interior, de forma que te quemes mientras lo eches pero que el tomate se quede frío.
Se pone el tomate como base y se echan los tortelinis. Por mucho que remuevas, nunca van a pringarse del todo de tomate.
A la hora de comerlos, es importante elegir siempre como primer tortellini uno de los se quedó crudo. Y, por supuesto, el ultimo tortelini a elegir debe ser el otro que se quedó crudo.
Acompañar con agua, preferentemente del grifo. Y, para rebañar, pan de hace dos días metido en bolsa de plástico y conservado en nevera.
martes, 23 de noviembre de 2010
Enseñanzas de mi tío Gerardo
"Cuando hay mucha gente en el mundo, normalmente se organiza una guerra"
Reflexiones Coeducativas
Una cosa es conciliar y otra dar trigo.
Desde luego, que autobuses tan raros por estos lejanos parajes...
Desde luego, que autobuses tan raros por estos lejanos parajes...
lunes, 22 de noviembre de 2010
Lágrimas
Como hombre llorón que soy, reivindico mi derecho a llorar.
Quiero poder llorar por mis amigos.
Quiero poder llorar por mi familia.
Quiero poder llorar por mis éxitos.
Quiero poder llorar por mis fracasos.
Quiero poder llorar al verte cada mañana.
Quiero poder llorar por tí.
En definitiva, quiero llorar.
Y lo voy a hacer.
Quiero poder llorar por mis amigos.
Quiero poder llorar por mi familia.
Quiero poder llorar por mis éxitos.
Quiero poder llorar por mis fracasos.
Quiero poder llorar al verte cada mañana.
Quiero poder llorar por tí.
En definitiva, quiero llorar.
Y lo voy a hacer.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Consejo a los conductores
Señores conductores que conducen con un faro fundido. No me pongan las largas, que ustedes no van a ver mejor y lo que hacen es deslumbrar a los demás.
Los mandamientos del gato
1. Todo gato siempre pondrá un pelo suyo en la ropa de sus dueños, esmerándose si la ropa es nueva.
2. Todo gato pondrá un pelo en toda posesión de su amo, independientemente de si tiene alcance a ella o no.
3. El gato se situará indefectiblemente donde más estorbe en cada momento.
4. El gato comerá en el suelo, aunque se le ponga un cuenco habilitado a tal efecto.
5. Si se tienen dos gatos y cada uno con su cuenco de comida, ninguno de ellos comerá en el suyo, sino que se irá al del otro.
6. Si el gato tiene que pasar por un sitio, elegirá siempre el más estrecho.
7. El gato siempre hará sus necesidades en el momento justamente posterior a haber limpiado su caja.
8. El gato descansará en el regazo de su dueño cuando lo desee. El gato, no el dueño, naturalmente. El principal cometido del dueño es servir de cojín mientras descansa el gato.
9. Todo gato tendrá un nombre que no servirá para nada pues lo llamarás y no te hará ni caso.
10. Todo gato comprobará diariamente que todo está en su sitio.
Todos estos mandamientos se resumen en uno. Servirás a tu gato como un esclavo y, con suerte, te dejará que lo acaricies.
2. Todo gato pondrá un pelo en toda posesión de su amo, independientemente de si tiene alcance a ella o no.
3. El gato se situará indefectiblemente donde más estorbe en cada momento.
4. El gato comerá en el suelo, aunque se le ponga un cuenco habilitado a tal efecto.
5. Si se tienen dos gatos y cada uno con su cuenco de comida, ninguno de ellos comerá en el suyo, sino que se irá al del otro.
6. Si el gato tiene que pasar por un sitio, elegirá siempre el más estrecho.
7. El gato siempre hará sus necesidades en el momento justamente posterior a haber limpiado su caja.
8. El gato descansará en el regazo de su dueño cuando lo desee. El gato, no el dueño, naturalmente. El principal cometido del dueño es servir de cojín mientras descansa el gato.
9. Todo gato tendrá un nombre que no servirá para nada pues lo llamarás y no te hará ni caso.
10. Todo gato comprobará diariamente que todo está en su sitio.
Todos estos mandamientos se resumen en uno. Servirás a tu gato como un esclavo y, con suerte, te dejará que lo acaricies.
sábado, 20 de noviembre de 2010
viernes, 19 de noviembre de 2010
Fin de semana
Viernes otra vez, cansado y zarandeado. Con granos en el pecho, pero con nuevo talonario de recetas. Y eso que nunca he perdido un papel.
La semana pasada, en un rapto consumista, me compré unos pantalones para estar en casa por 9 leros. Hoy han aparecido los que buscaba. Naturalmente, estaban donde los dejé. Lo malo es que mi cabeza no estaba donde la dejé. Ya es la tercera vez que me pasa. Al menos no con la misma prenda.
A fin de cuentas, ¿qué mas da? Al fin es viernes...
La semana pasada, en un rapto consumista, me compré unos pantalones para estar en casa por 9 leros. Hoy han aparecido los que buscaba. Naturalmente, estaban donde los dejé. Lo malo es que mi cabeza no estaba donde la dejé. Ya es la tercera vez que me pasa. Al menos no con la misma prenda.
A fin de cuentas, ¿qué mas da? Al fin es viernes...
jueves, 18 de noviembre de 2010
15 años
Hace casi quince años que te fuiste y es ahora cuando empiezo a olvidar pequeños detalles sobre ti. Apareciste un par de veces más, pero desapareciste entre millones de viajes y a miles de kilómetros. No sé donde estás, no se qué ha sido de tu vida y, para ser sincero, no lo quiero saber, aunque me muera de curiosidad. Disimulo regular y miento peor. Qué se le va a hacer.
Discutía ayer conmigo mismo sobre el 17 de noviembre o el 16 de octubre. Y creo recordar que es la segunda, pero es que no me acuerdo. Después de tanto tiempo y tantas cosas que me guardo resulta que ya no me acuerdo con certeza, con esa certeza meridiana de sábado por la mañana, de bocadillo de recreo, de paraguas bajo la lluvia una mañana de no recuerdo qué mes, de esa dichosa máquina que se tragó tu libreta que conseguí rescatar. Después de todo ello, no recuerdo si es un día o es otro. Esforzándome lo puedo recordar, pero no me molesta el esfuerzo, me molesta haber dudado, haber pensado, por un instante, que todo aquello que fue ha desaparecido definitivamente o, al menos, ha empezado a volverse brumoso. Lo que no han conseguido quince años lo va a conseguir una maldita fecha. Y es que no he dejado de pensar, ni un solo día de estos quince años, por qué las cosas han tenido que ser así, por qué elegiste un camino tan distinto a lo convencional, por qué te subiste a un autobus una mañana de junio.
Me he engañado, me he consolado, te he odiado, te he ignorado, y no ha servido de nada.
Y lo peor es que me puede pasar otra vez. Y entonces, sí que no me lo perdonaría.
Señor, por qué me has hecho así...
Discutía ayer conmigo mismo sobre el 17 de noviembre o el 16 de octubre. Y creo recordar que es la segunda, pero es que no me acuerdo. Después de tanto tiempo y tantas cosas que me guardo resulta que ya no me acuerdo con certeza, con esa certeza meridiana de sábado por la mañana, de bocadillo de recreo, de paraguas bajo la lluvia una mañana de no recuerdo qué mes, de esa dichosa máquina que se tragó tu libreta que conseguí rescatar. Después de todo ello, no recuerdo si es un día o es otro. Esforzándome lo puedo recordar, pero no me molesta el esfuerzo, me molesta haber dudado, haber pensado, por un instante, que todo aquello que fue ha desaparecido definitivamente o, al menos, ha empezado a volverse brumoso. Lo que no han conseguido quince años lo va a conseguir una maldita fecha. Y es que no he dejado de pensar, ni un solo día de estos quince años, por qué las cosas han tenido que ser así, por qué elegiste un camino tan distinto a lo convencional, por qué te subiste a un autobus una mañana de junio.
Me he engañado, me he consolado, te he odiado, te he ignorado, y no ha servido de nada.
Y lo peor es que me puede pasar otra vez. Y entonces, sí que no me lo perdonaría.
Señor, por qué me has hecho así...
Dos hechos, una sospecha y una pregunta
Primer hecho: He sido elegido, la verdad es que para nada interesante, pero he sido elegido. Obviamente, no me he votado. Hay que ser modestos.
Segundo hecho: El internet en el móvil es un gran invento para las tardes de reuniones. Los 1.2 euros se dan besados. Y cuando inventen los casos invisibles, esto ya va a ser la leche, para combinarlos con la radio por el internet.
Una sospecha: Invirtiendo preferencias. Será que soy muy raro o que la pastilla para el dolor de cabeza me ha cambiado el humor esta tarde.
Y una pregunta: ¿Es necesaria la lectura para una correcta obranza? A mí, nunca me ha hecho falta, pero bueno, doctores tiene el Sr Roca.
Segundo hecho: El internet en el móvil es un gran invento para las tardes de reuniones. Los 1.2 euros se dan besados. Y cuando inventen los casos invisibles, esto ya va a ser la leche, para combinarlos con la radio por el internet.
Una sospecha: Invirtiendo preferencias. Será que soy muy raro o que la pastilla para el dolor de cabeza me ha cambiado el humor esta tarde.
Y una pregunta: ¿Es necesaria la lectura para una correcta obranza? A mí, nunca me ha hecho falta, pero bueno, doctores tiene el Sr Roca.
Tonto
Lo reconozco. Me descubro ante el mundo. No estoy a la altura intelectual necesaria para comprender un anuncio de colonia.
Récords
Desde hoy soy cliente de cinco compañías telefónicas. Creo que me he superado.
PD: Me encanta el nokia internet radio.
PD: Me encanta el nokia internet radio.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Sin pena ni gloria
Otro día más. Tarde en casa, cosa que podría calificarse de milagro según como está el patio últimamente. Y he aprovechado para tocar la guitarra. Horror de cejilla, escalas que suenan a perro. Solo mis fieles acordes me han querido hacer feliz.
Con eso habrá que conformarse hoy.
Con eso habrá que conformarse hoy.
Papelitos
Un buen envoltorio puede contener un caramelo infame.
Un envoltorio poco atractivo induce a pensar que el fabricante se esmera en su producto.
Envoltorios. Sin más.
PD: Me abrumas. Casi prefiero que me desprecies. Por la responsabilidad y esas cosas...
Ya sabes como soy.
Un envoltorio poco atractivo induce a pensar que el fabricante se esmera en su producto.
Envoltorios. Sin más.
PD: Me abrumas. Casi prefiero que me desprecies. Por la responsabilidad y esas cosas...
Ya sabes como soy.
martes, 16 de noviembre de 2010
Situaciones de la vida cotidiana
A veces te mataría a abrazos. A veces te comería a besos.
Sabes que te quiero, pero realmente, no se muy bien por qué.
Y eso me destroza el corazón, me rompe el cerebro, me arrasa las entrañas.
Me dejas indefenso. Juegas conmigo y lo sabes. Quemas mi cuerpo, mi alma... y cuando no soy más que un cuerpo indefenso, vienes en mi rescate. Y yo me dejo rescatar, caigo en tus palabras y en tus gestos, y entonces, en vez de resurgir, caigo aún más en mi desgracia, ahondando mis heridas, casi tan grandes como mi cuerpo, colección de llagas purulentas e infectadas, putrefactas, como mi alma y mi vida desde que me acerqué a ti.
No sé como evitarlo...
Pero es que tampoco quiero.
Sabes que te quiero, pero realmente, no se muy bien por qué.
Y eso me destroza el corazón, me rompe el cerebro, me arrasa las entrañas.
Me dejas indefenso. Juegas conmigo y lo sabes. Quemas mi cuerpo, mi alma... y cuando no soy más que un cuerpo indefenso, vienes en mi rescate. Y yo me dejo rescatar, caigo en tus palabras y en tus gestos, y entonces, en vez de resurgir, caigo aún más en mi desgracia, ahondando mis heridas, casi tan grandes como mi cuerpo, colección de llagas purulentas e infectadas, putrefactas, como mi alma y mi vida desde que me acerqué a ti.
No sé como evitarlo...
Pero es que tampoco quiero.
Un juego
Estaba un pedagogo en una consejería de educación y le propusieron el siguiente juego: adivinar, de una serie de objetos, cuál era un niño.
En un primer momento, le pusieron delante un niño, una farola y una lavadora. Con muchos apuros, el pedagogo señaló la lavadora.
Tras cierta sorpresa y confusión, los científicos encargados del caso propusieron poner delante del pedagogo una maceta, una farola y un niño. Al cambiar la maceta por la lavadora, pensó que el niño debería ser uno de los objetos que no habían cambiado. Y entonces señaló a la farola.
La sorpresa de los científicos fue en aumento, y decidieron cambiar la farola por un semáforo. Tras preguntar al pedagogo, éste respondió que el niño era el semáforo, pues a fin de cuentas una farola y un semáforo tienen cosas en común.
La cara de los científicos no hacía más que empeorar, así que decidieron cambiar la maceta y la farola por un ordenador y un paraguas respectivamente. En este caso, la respuesta del pedagogo fue rápida. Señaló al ordenador. "Es un niño, y además un niño TIC" respondió con cara de felicidad, mientras recitaba las indudables ventajas de los ordenadores en las aulas.
Absolutamente desconcertados, los científicos dedieron hacer una última prueba. Cambiaron el ordenador por un león. Y entonces el pedagogo señaló inequívocamente al león, que casi se come al niño, de no ser por el paraguas.
Definitivamente, los científicos dejaron al niño delante del pedagogo.
Pero, en ese momento, el pedagogo no supo donde señalar.
En un primer momento, le pusieron delante un niño, una farola y una lavadora. Con muchos apuros, el pedagogo señaló la lavadora.
Tras cierta sorpresa y confusión, los científicos encargados del caso propusieron poner delante del pedagogo una maceta, una farola y un niño. Al cambiar la maceta por la lavadora, pensó que el niño debería ser uno de los objetos que no habían cambiado. Y entonces señaló a la farola.
La sorpresa de los científicos fue en aumento, y decidieron cambiar la farola por un semáforo. Tras preguntar al pedagogo, éste respondió que el niño era el semáforo, pues a fin de cuentas una farola y un semáforo tienen cosas en común.
La cara de los científicos no hacía más que empeorar, así que decidieron cambiar la maceta y la farola por un ordenador y un paraguas respectivamente. En este caso, la respuesta del pedagogo fue rápida. Señaló al ordenador. "Es un niño, y además un niño TIC" respondió con cara de felicidad, mientras recitaba las indudables ventajas de los ordenadores en las aulas.
Absolutamente desconcertados, los científicos dedieron hacer una última prueba. Cambiaron el ordenador por un león. Y entonces el pedagogo señaló inequívocamente al león, que casi se come al niño, de no ser por el paraguas.
Definitivamente, los científicos dejaron al niño delante del pedagogo.
Pero, en ese momento, el pedagogo no supo donde señalar.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Nuestra lucha cotidiana
Esta canción provoca una extraña, desconcertante, pero agradablemente inquietadora sensación.
PD: Sigo sin saber qué pensar. Y ya me va dando igual.
PD2: Mentiraaaaaaaaa
PD: Sigo sin saber qué pensar. Y ya me va dando igual.
PD2: Mentiraaaaaaaaa
Involución bursátil
A cuento del cambio climático, del efecto invernadero y de otras verdades científicas que como buen miembro de una sociedad de un país avanzado del siglo XXI no me se ocurre poner en cuestión, cierta cadena de hipermercados ha dejado de dar bolsas gratuitas medianamente resistentes por otras que cobra a un céntimo y que, hablando en plata, no valen una m. Y yo, desde mi ignorancia, me pregunto, ¿por qué cobras por una cosa malísima de la muerte? ¿Compraríamos leche defectuosa? ¿Por qué la gente acepta tan de buena gana pagar por un artículo de ínfima calidad cuando antes te daban gratuitamente otro de regular calidad? Y lo más importante, ¿por qué no piensan en ese pequeño porcentaje de la humanidad que hacemos caso de lo que pregonan y SI utilizamos las bolsas del super como bolsas de basura?
Sobre el amor
Quiero barrer la subjetividad y abrazar la objetividad, la fría realidad, los fríos hechos. Pero me dicen que si barro la subjetividad barro las cosas malas y las buenas, como son el amor, la emoción...
¿El hecho de que dos personas se quieran es objetivo o subjetivo? ¿El hecho de que las personas se enamoren es objetivo o subjetivo? ¿Nuestros amigos son objetivos o subjetivos? ¿El odio es objetivo o subjetivo?
¿El hecho de que dos personas se quieran es objetivo o subjetivo? ¿El hecho de que las personas se enamoren es objetivo o subjetivo? ¿Nuestros amigos son objetivos o subjetivos? ¿El odio es objetivo o subjetivo?
Telefonía móvil
¿Sí? Hola Jose. Si, a ver, dime. ¿Dónde es la reserva? Ah, muy bien, ahí hemos estado con mi hijo, hace tiempo, que se está muy bien. Pero, ¿pensión completa? Sí, yo creo que si. Es lo mejor, porque no es dinero. ¿Oye? No, que no es dinero, total por doce euros. ¿Dónde comes tú por doce euros? Bah, que no es dinero. Entonces pensión completa, ¿no? Bueno, que a mí me da igual, que me adapto a la mayoría, pero que me da igual. Claro que lo mejor es pensión completa. Sí, porque ya venimos comidos y es mejor, porque luego ¿dónde comes? Que no, que no, que es un rollo, que mejor pensión completa, pero que yo me adapto, ¿eh? qué por mí no lo vayais a hacer... ¿Oye? Ah, sí que creía que no me oías. Bueno, que genial. ¿que cuántos somos? Pues no lo se, pero el jueves te lo confirmo. Pero, ¿no vamos 6? Ah, que P. no viene, bueno bueno. No lo sabía. Pero que lo mejor es lo de la pensión completa, que es lo más cómodo, porque el sábado podemos ir a tomar unas cervezas a un bar que hay en G, que me encanta, que a mi hijo le gusta mucho y que ponen un pescado de puta madre, pero, ¿dónde vas el domingo? Que ya te digo que lo mejor es lo de la pensión completa, pero que si no, yo me adapto. Y te lo confirmo el jueves, aunque lo mismo te llamo antes, pero que tengo un...
Y sigue así la cosa.
Y sigue así la cosa.
Comidas canallas
Salchichas de pollo y pavo de marca blanca y una ensalada de sobre.
Fríanse las salchichas en exceso, con aceite de no excesiva calidad.
Y de postre, chocolate de marca blanca
Si se completa con tostada fría de desayuno, el día resulta redondo.
Fríanse las salchichas en exceso, con aceite de no excesiva calidad.
Y de postre, chocolate de marca blanca
Si se completa con tostada fría de desayuno, el día resulta redondo.
Relaciones internacionales
Como micropaís que me considero, siempre he tenido una política exterior bastante lamentable. Ahora bien, desde que no me creo nada, la política exterior sigue siendo igual de lamentable, pero por lo menos no me llevo disgustos.
Al menos, no tantos.
Al menos, no tantos.
Errores afortunados
Cuando los errores involuntarios se convierten en inesperadas alegrías se tiene la sensación de haber vivido
domingo, 14 de noviembre de 2010
Palabras
No deja de ser curioso como las palabras toman sentidos según quien las interprete y como se interpreten. Lo que suele ser genial es que todos esos sentidos sean mentira.
Esto demuestra que las palabras, en si mismas, no son malas. ¿No hay nada que nos sirva para describir lo que pasa con objetividad? Si los matemáticos hemos podido librarnos de la subjetividad del lenguaje humano ¿puede la realidad librarse de la subjetividad el entorno cotidiano? Supongo que estamos condenados a ser subjetivos, a que distintas interpretaciones nos condicionen y a que la sombra de los malos entendidos planee por nuestras vidas. ¿Qué sería del mundo del corazón si no?
PD: Hounted. At least, I think so. Tampoco es nada del otro mundo, pero bueno, me hace ilusión. Ya sé que te va a dar igual...
Esto demuestra que las palabras, en si mismas, no son malas. ¿No hay nada que nos sirva para describir lo que pasa con objetividad? Si los matemáticos hemos podido librarnos de la subjetividad del lenguaje humano ¿puede la realidad librarse de la subjetividad el entorno cotidiano? Supongo que estamos condenados a ser subjetivos, a que distintas interpretaciones nos condicionen y a que la sombra de los malos entendidos planee por nuestras vidas. ¿Qué sería del mundo del corazón si no?
PD: Hounted. At least, I think so. Tampoco es nada del otro mundo, pero bueno, me hace ilusión. Ya sé que te va a dar igual...
Cuatro mil
Pienso en cómo sería mi vida sin ti. Supongo que no muy distinta, la verdad. Pero has sabido hacerte imprescindible. Al menos lo eres para mi. No se si para ti también lo soy. Casi me da miedo preguntar, pero me gustaría hacerlo algún día.
Es muy posible que nos falte perspectiva. Es muy posible que lo que nos ha pasado sea una locura, en realidad, no creo que lo sea, lo es. Pero lo hecho, hecho está. Lo peor de todo es que lo volvería a hacer una y mil veces mas. Supongo que la vida nos debía juntar más tarde o más temprano. Y lo que me angustia es que no se si nos separará. Vivimos en mundos distintos, tu te acercarás al mío con el paso del tiempo, lo que no se es si yo me mantendré donde estoy o me acabaré moviendo. Aunque sabiendo como soy, me mantendré fiel a mis convicciones.
Quizá sigamos odiándonos de por vida. Aunque en el fondo... realmente no sé lo que piensas. Sería de gran ayuda que lo dijeras. Pero prefiero que no lo hagas.
De todos modos, felices cuatro mil.
Es muy posible que nos falte perspectiva. Es muy posible que lo que nos ha pasado sea una locura, en realidad, no creo que lo sea, lo es. Pero lo hecho, hecho está. Lo peor de todo es que lo volvería a hacer una y mil veces mas. Supongo que la vida nos debía juntar más tarde o más temprano. Y lo que me angustia es que no se si nos separará. Vivimos en mundos distintos, tu te acercarás al mío con el paso del tiempo, lo que no se es si yo me mantendré donde estoy o me acabaré moviendo. Aunque sabiendo como soy, me mantendré fiel a mis convicciones.
Quizá sigamos odiándonos de por vida. Aunque en el fondo... realmente no sé lo que piensas. Sería de gran ayuda que lo dijeras. Pero prefiero que no lo hagas.
De todos modos, felices cuatro mil.
sábado, 13 de noviembre de 2010
Villanos variados II
Perdóname, Señor, porque he pecado...
En el fondo soy un ****** pecador. Y lo peor es que me gusta.
En el fondo soy un ****** pecador. Y lo peor es que me gusta.
Despertar
Entraba la primera luz de la mañana y un rayo de sol se ha posado en tu cara. Tu le has correspondido con la luz verde de tus ojos y la profundidad del negro de tu pelo. Te has movido ligeramente y has hecho que me despierte. Traviesamente, me has dado los buenos días con esa expresión, entre burlona y sincera, que sólo tú sabes poner.
Te has levantado lentamente de la cama y te has ido a la ducha. Saliste envuelta en un blanco albornoz, algo raído pero suave, y el vaho a tu alrededor te convertía en más angelical de lo que ya eres.
Me has hecho bajar por el pan recién hecho y, mientras preparabas las tostadas, hacíamos juntos el zumo de naranja de los sábados. Me has comentado que qué plan tenía para hoy.
¿Te parece poco vivir contigo?
Te has levantado lentamente de la cama y te has ido a la ducha. Saliste envuelta en un blanco albornoz, algo raído pero suave, y el vaho a tu alrededor te convertía en más angelical de lo que ya eres.
Me has hecho bajar por el pan recién hecho y, mientras preparabas las tostadas, hacíamos juntos el zumo de naranja de los sábados. Me has comentado que qué plan tenía para hoy.
¿Te parece poco vivir contigo?
Sobre curvas y otros animales
Vivir rodeado de curvas tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las ventajas suelen ser escasas aunque altamente satisfactorias, pero de efectos secundarios impredecibles. Y yo, a pesar de ser experto en jugar con fuego, no me atrevo a padecerlas. Soy un insensato prudente, a pesar de tener solamente 11 años de carnet de conducir.
Los inconvenientes son numerosos y, como las ventajas, altamente peligrosos. Tomar una curva a más velocidad de la debida puede ser mortal, puedes salirte de la carretera y acabar en una cuneta sin apenas darte cuenta. A menor velocidad tampoco son seguras, porque hay quien te puede adelantar a pesar de lo peligroso que resulta. Si nos metemos en otras consideraciones, no acabamos nunca.
Observaremos y contaremos. Prometido
Los inconvenientes son numerosos y, como las ventajas, altamente peligrosos. Tomar una curva a más velocidad de la debida puede ser mortal, puedes salirte de la carretera y acabar en una cuneta sin apenas darte cuenta. A menor velocidad tampoco son seguras, porque hay quien te puede adelantar a pesar de lo peligroso que resulta. Si nos metemos en otras consideraciones, no acabamos nunca.
Observaremos y contaremos. Prometido
Sobre conversaciones bizantinas
Realmente, no entiendo la necesidad del ser humano de discutir de forma bizantina, como nuestro cerebro expresa las mismas ideas con distintas palabras y como esas palabras se convierten en rectas paralelas, enemigas, irreconciliables, pero a fin de cuentas en la misma dirección, aunque quizá con sentidos distintos.
Supongo que el ser humano es así...
Supongo que el ser humano es así...
Reflexiones encadenadas II
Al final de todo, somos reyes de puertas para adentro.
Hay quien sabiendo idiomas e informática está perdido, en un sentido trágico.
No por quitarse las gafas se es más hombre ni poniéndoselas se ve mejor.
Me encanta la noche del viernes al sábado. Puedo dormir con la persiana bajada. La pena es el chim-pun de fondo. Supongo que nunca hay nada perfecto.
Hay quien sabiendo idiomas e informática está perdido, en un sentido trágico.
No por quitarse las gafas se es más hombre ni poniéndoselas se ve mejor.
Me encanta la noche del viernes al sábado. Puedo dormir con la persiana bajada. La pena es el chim-pun de fondo. Supongo que nunca hay nada perfecto.
viernes, 12 de noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
Un barco en el salón
Mientras la noche va avanzando y el viento sopla con fuerza, un barquito verde, con forma de sofá, me acoge con cariño. El suelo es el agua en la que flota e incluso hace que se ondule y me mezca, mientras espero la hora de perder el zapato y volver a ser cenicienta, si es que alguna vez lo dejo de ser. Y en apenas dos metros cuadrados se congrega todo mi mundo, resumido en un ordenador, un teléfono y unas enaguas viejas de un imposible color rojo. Tanta necesidad de comunicarme sin tener con quien. Dicen que a eso se le llama ironía.
En mis oídos se alternan los sonidos del viento y del silencio, solo rotos por algún coche despistado o por esos ruidos que a veces se oyen en las casas de vecinos, los grifos que se abren, las típicas discusiones de pareja, desmentidas en las reuniones de vecinos, donde todos aparentamos ser lo que no somos, aunque en el fondo sepamos que no engañamos a nadie.
Sigue mi barco surcando la noche, mientras mis ojos se cierran. Otra vez es jueves. Vuelvo a ser una semana más viejo y sigo sin aprender nada, al menos sin poner en práctica lo que aprendo.
Ya veo el puerto. Atracaré, una noche mas.
En mis oídos se alternan los sonidos del viento y del silencio, solo rotos por algún coche despistado o por esos ruidos que a veces se oyen en las casas de vecinos, los grifos que se abren, las típicas discusiones de pareja, desmentidas en las reuniones de vecinos, donde todos aparentamos ser lo que no somos, aunque en el fondo sepamos que no engañamos a nadie.
Sigue mi barco surcando la noche, mientras mis ojos se cierran. Otra vez es jueves. Vuelvo a ser una semana más viejo y sigo sin aprender nada, al menos sin poner en práctica lo que aprendo.
Ya veo el puerto. Atracaré, una noche mas.
¿Qué es vivir?
Mientras me acusan de tener muchas cosas en la cabeza, de estar hiper ocupado, de no tener tiempo para los demás me plantean que me relaje, que viva. Y yo me pregunto, ¿qué es vivir?
¿Acaso vivir no es explorar lo que nos rodea, al menos la parte que nos gusta una vez que tenemos resuelto el qué me da de comer?
¿Acaso vivir no es disfrutar todo aquello que nos gusta, aunque sea algo desconcertante para los demás?
¿Acaso vivir no es hacer lo que cada uno le de la real gana?
De todas formas, muchas veces me planteo lo que significa vivir. Y, sorprendentemente, no encuentro solución.
¿Acaso vivir no es explorar lo que nos rodea, al menos la parte que nos gusta una vez que tenemos resuelto el qué me da de comer?
¿Acaso vivir no es disfrutar todo aquello que nos gusta, aunque sea algo desconcertante para los demás?
¿Acaso vivir no es hacer lo que cada uno le de la real gana?
De todas formas, muchas veces me planteo lo que significa vivir. Y, sorprendentemente, no encuentro solución.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Credulidad
No es que no me crea lo que veo, es que no me creo ya nada. Lo que antes parecía agua cristalina se ha ido enturbiando cada vez mas, y ya no se si es barro o directamente negrura y sombra.
Si a cada palabra que recibo le tengo que buscar las vueltas me puedo volver directamente loco, aún mas de lo que estoy que ya es bastante. Si no puedo, ni pueden, asumir mis actos, mis palabras, mis sentimientos como algo espontáneo sino como la consecuencia de un camino trazado, de un plan ya trazado de antemano y con un objetivo oscuro, entonces es que algo he hecho mal, con el agravante de que no se puede empezar de nuevo.
¿Se puede arreglar lo conscientemente hecho mal o lo inconscientemente estropeado?
En una pregunta, ¿tiene solución lo que es muy difícil de cambiar?
Si a cada palabra que recibo le tengo que buscar las vueltas me puedo volver directamente loco, aún mas de lo que estoy que ya es bastante. Si no puedo, ni pueden, asumir mis actos, mis palabras, mis sentimientos como algo espontáneo sino como la consecuencia de un camino trazado, de un plan ya trazado de antemano y con un objetivo oscuro, entonces es que algo he hecho mal, con el agravante de que no se puede empezar de nuevo.
¿Se puede arreglar lo conscientemente hecho mal o lo inconscientemente estropeado?
En una pregunta, ¿tiene solución lo que es muy difícil de cambiar?
Citas célebres II
Me parece increíble que, permaneciendo todo igual, sea todo tan distinto. Quizá que sea porque no todo sigue igual, al menos tan igual como creo.
No soy una ONG
Después de mucho pensar y 31 años de experiencia en la materia, me doy cuenta de que en este mundo lo que funciona es la mala leche. Ser un hijoputa, a parte de beneficioso para la salud propia, puede comportar importantes beneficios tanto a nivel físico, cutis saludable, incremento de la bilirrubina como a nivel psíquico y de trato con los semejantes, se parezcan o no, que nos rodean. Un bufido a tiempo puede ser tan beneficioso como correr 10 minutos o una hora de gimnasio.
Por tanto, hemos de bufar, pero con moderación y sabiendo rectificar cuando se deba.
Por tanto, hemos de bufar, pero con moderación y sabiendo rectificar cuando se deba.
martes, 9 de noviembre de 2010
Curvas
Curvas. Redondas, largas, muy largas. Cortas. Traicioneras. Las que ves venir y las que aparecen de improviso. Las señaladas y las no señaladas. Limitaciones de velocidad que no cumplimos y que hacen que nos estrellemos.
Curvas. Circulares, en ángulo. Atravesadas. Con peralte, sin peralte. De salida tangencial. Desgastadas. Inventadas y falsas, como las de una rotonda.
Curvas. Sangrientas a veces. Enemigas de las rectas, pero imprescindibles porque las enlazan.
Curvas. El secreto está en tomarlas bien.
Curvas. De carretera, naturalmente...
Curvas. Circulares, en ángulo. Atravesadas. Con peralte, sin peralte. De salida tangencial. Desgastadas. Inventadas y falsas, como las de una rotonda.
Curvas. Sangrientas a veces. Enemigas de las rectas, pero imprescindibles porque las enlazan.
Curvas. El secreto está en tomarlas bien.
Curvas. De carretera, naturalmente...
Piratas
Con dos libros por banda
viento en popa a todo trapo
no corta la sierra sino vuela
un c5 blanquecin...
Y sentados en una mesa observamos la vida pasar. Gente que pasea por la acera, embutida en unos abrigos de cortesía, porque realmente no hace frío. Jóvenes que lo son y que lo demuestran. Amigos que pasean sin rumbo concreto. Gente sola, que camina sola y que se encuentran con otros en los semáforos. La ciudad, en una palabra. Donde todo el mundo vive acompañado y sin embargo todos nos sentimos tan solos.
viento en popa a todo trapo
no corta la sierra sino vuela
un c5 blanquecin...
Y sentados en una mesa observamos la vida pasar. Gente que pasea por la acera, embutida en unos abrigos de cortesía, porque realmente no hace frío. Jóvenes que lo son y que lo demuestran. Amigos que pasean sin rumbo concreto. Gente sola, que camina sola y que se encuentran con otros en los semáforos. La ciudad, en una palabra. Donde todo el mundo vive acompañado y sin embargo todos nos sentimos tan solos.
lunes, 8 de noviembre de 2010
La primera en al frente
Ni media hora de gracia. Menos mal que todo se ha resuelto. No se pueden dar margaritas a los cerdos. A veces, ni bellotas.
Por lo demás, normalidad de lunes. Agua, cuerda, grasa subcutánea y mercadona.
Y cada día estoy más bueno, aunque está mal que yo lo diga. Pero la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Por lo demás, normalidad de lunes. Agua, cuerda, grasa subcutánea y mercadona.
Y cada día estoy más bueno, aunque está mal que yo lo diga. Pero la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
domingo, 7 de noviembre de 2010
Mañana de sábado
Bajo a quitarme peso de mi cabeza. La crisis me oferta un esmero que no deseo, porque tengo algo de prisa, pero a fin de cuentas me tranquilizo pensando en que, en el fondo, tampoco tengo tanta.
Y para pasear siempre hay tiempo. Salgo rapado, recojo un módem y la chica me pregunta si realmente soy yo el del carnet, y experimento el segundo deja-vu de la semana. He batido mi record. La feria del libro me espera. Casetas con libros viejos, de segunda o infinita mano esperan otra oportunidad. Y otros nuevos, recién salidos del horno y que no pueden luchar contra los best-sellers, esperan ganar la confianza de unos ojos que los elijan. Qué diferencia con otras ferias del libro, ya cerradas y acotadas... ¿son estos señores héroes de la cultura, o simplemente aceptan las reglas del juego?
Elijo la utopía moresca, que no musulmana y vuelvo a comprar el principito, al menos por segunda vez, con la firme promesa de leerlo. Y se me ocurre la retrasmisión de un libro, como si fuera un derbi. También me paro en un manual de guitarra el enésimo del que me hago.
Paseando por la calle me doy cuenta de que sigo sin ser atractivo para los que ofrecen restaurantes económicos. Debo tener pinta de ser de aquí. De verdad que la próxima vez intento ir sin música incorporada, pero es que tengo que distraer mi mente con música. Miro las caras, todas distintas. Alguna me mira a mi y hace ademán de saludarme, pero no se atreve. Me he desarraigado de donde era sin llegar a echar raíces donde estoy. He conseguido cuadrar el círculo. Me felicito a mi mismo por
ello recogiendo el consabido encargo del sábado. Y mira por donde que no he tenido que esperar.
No, si al final la crisis no va a ser tan mala...
Y para pasear siempre hay tiempo. Salgo rapado, recojo un módem y la chica me pregunta si realmente soy yo el del carnet, y experimento el segundo deja-vu de la semana. He batido mi record. La feria del libro me espera. Casetas con libros viejos, de segunda o infinita mano esperan otra oportunidad. Y otros nuevos, recién salidos del horno y que no pueden luchar contra los best-sellers, esperan ganar la confianza de unos ojos que los elijan. Qué diferencia con otras ferias del libro, ya cerradas y acotadas... ¿son estos señores héroes de la cultura, o simplemente aceptan las reglas del juego?
Elijo la utopía moresca, que no musulmana y vuelvo a comprar el principito, al menos por segunda vez, con la firme promesa de leerlo. Y se me ocurre la retrasmisión de un libro, como si fuera un derbi. También me paro en un manual de guitarra el enésimo del que me hago.
Paseando por la calle me doy cuenta de que sigo sin ser atractivo para los que ofrecen restaurantes económicos. Debo tener pinta de ser de aquí. De verdad que la próxima vez intento ir sin música incorporada, pero es que tengo que distraer mi mente con música. Miro las caras, todas distintas. Alguna me mira a mi y hace ademán de saludarme, pero no se atreve. Me he desarraigado de donde era sin llegar a echar raíces donde estoy. He conseguido cuadrar el círculo. Me felicito a mi mismo por
ello recogiendo el consabido encargo del sábado. Y mira por donde que no he tenido que esperar.
No, si al final la crisis no va a ser tan mala...
Aviso
Estimados programadores de virus. Si son ustedes tan amables, la próxima vez que se aburran y deseen crear un virus, procedan a coger dos piedras y machacársela.
Les quedaré muy agradecido.
Sin otro particular...
Les quedaré muy agradecido.
Sin otro particular...
sábado, 6 de noviembre de 2010
Cateto
De vuelta en la beato-capital, me zambullo sin flotador de patito en el maría márquez, ávido por adquirir algún bien que me permita sobrevivir unas horas mas en mi insulsa existencia. Pero, tras coquetear con unos auriculares, comúnmente llamados cascos, decido volver a casa con 90 leros más en el bolsillo, pensando en una futura visita en la que volveré a hacer lo mismo. Me sedujeron los discos duros, pero la falta de pericia a la hora de conectarlo a mi prehistórica tele me disuaden. No obstante, necesito uno. O contención ante la palabra download.
Al salir, gente me rodea. Parejas jóvenes que se mueven en coches jóvenes y que van vestidos y vestidas de forma colorida y colorido. A lo Radio Futura, caí enamorado de la moda juvenil, de los tipos, de las tipas, de los maniquís... Gente con el pelo engominado hacia arriba, con tupé, con pelillos de punta, barbilla, jerseis ajustados sin camisa debajo, perillas muy finas, patillas muy cortas... y me miro a través de mi espejo interior, tan cutre, tan de pueblo, tan falto de estilo... que la depresión me invade y vuelvo a casa con la promesa de no salir, ante tanta modernidad inasumida, esperando volver a mi escondite el domingo por la tarde.
Pero, ¿y lo agusto que vivo, ajeno a todas estas tendencias?
PD: El consumismo no es la solución, pero ayuda un poco.
Al salir, gente me rodea. Parejas jóvenes que se mueven en coches jóvenes y que van vestidos y vestidas de forma colorida y colorido. A lo Radio Futura, caí enamorado de la moda juvenil, de los tipos, de las tipas, de los maniquís... Gente con el pelo engominado hacia arriba, con tupé, con pelillos de punta, barbilla, jerseis ajustados sin camisa debajo, perillas muy finas, patillas muy cortas... y me miro a través de mi espejo interior, tan cutre, tan de pueblo, tan falto de estilo... que la depresión me invade y vuelvo a casa con la promesa de no salir, ante tanta modernidad inasumida, esperando volver a mi escondite el domingo por la tarde.
Pero, ¿y lo agusto que vivo, ajeno a todas estas tendencias?
PD: El consumismo no es la solución, pero ayuda un poco.
jueves, 4 de noviembre de 2010
Casi
La noche en la que casi te amo no te sentí muy cerca porque siempre lo has estado. Y cuando te acurrucabas cerca de mi corazón en realidad era tu alma la que me abrazaba.
La noche en la que casi te amo me hablaste de las mismas tonterías de siempre, hiciste lo mismo de siempre. Y me dormí abrigado por tu aura.
La noche en la que casi te amo soñaste en tu amor verdadero, el que se te escapó de entre las manos como el agua de tu fuente.
La noche en la que casi te amo te pusiste nerviosa. Nerviosa tú, que eres la calma y la paz hecha carne.
La noche en la que casi te amo yo me dormí antes, pensando en mi pequeño y limitado mundo, incapaz de ver el universo que creas a mi alrededor.
La noche en la que casi te amo pasó rápida, normal, indiferente, tan igual como siempre pero tan distinta a las anteriores.
Y fue entonces cuando comprendí que nunca te podré amar, porque somos dos seres distintos, alejados, inconexos. Y no vale la pena amarnos. Porque ya nos queremos. Y con eso, como si fuera poco, nos es suficiente.
La noche en la que casi te amo me hablaste de las mismas tonterías de siempre, hiciste lo mismo de siempre. Y me dormí abrigado por tu aura.
La noche en la que casi te amo soñaste en tu amor verdadero, el que se te escapó de entre las manos como el agua de tu fuente.
La noche en la que casi te amo te pusiste nerviosa. Nerviosa tú, que eres la calma y la paz hecha carne.
La noche en la que casi te amo yo me dormí antes, pensando en mi pequeño y limitado mundo, incapaz de ver el universo que creas a mi alrededor.
La noche en la que casi te amo pasó rápida, normal, indiferente, tan igual como siempre pero tan distinta a las anteriores.
Y fue entonces cuando comprendí que nunca te podré amar, porque somos dos seres distintos, alejados, inconexos. Y no vale la pena amarnos. Porque ya nos queremos. Y con eso, como si fuera poco, nos es suficiente.
Believe
No diría yo que me lo creo, pero es que no me lo creo. No me creo nada, ni aunque me lo diga yo. Digan lo que me digan, aunque especialmente si me lo dicen y sobre todo quien me lo dice. Me siento orgulloso de haber llegado al conocimiento de la no creencia a mi corta edad, pues no soy más que un niñato con calzoncillos de marca, pocas cosas en la cabeza y demasiadas en el corazón.
No me creo nada de nada. Hubo una etapa en la que me las creía, pero la cortina se venció por su peso y vi la pintura de la pared. No me gustaba el color, que por cierto no era ninguno. Pero siempre lo sospeché. No hay nada como la certeza de la verdad en la falsedad y de la falsedad en la verdad, que por supuesto no es nada.
La nadería por la nadería.
Por tanto, sobra todo. Incluso, a veces, hasta uno mismo.
No me creo nada de nada. Hubo una etapa en la que me las creía, pero la cortina se venció por su peso y vi la pintura de la pared. No me gustaba el color, que por cierto no era ninguno. Pero siempre lo sospeché. No hay nada como la certeza de la verdad en la falsedad y de la falsedad en la verdad, que por supuesto no es nada.
La nadería por la nadería.
Por tanto, sobra todo. Incluso, a veces, hasta uno mismo.
Esquiva
Te he querido hacer una foto, y no te has dejado.
Y te he soltado un "Te quiero" que todavía retumba en el eco vacío del universo.
Y te he soltado un "Te quiero" que todavía retumba en el eco vacío del universo.
Situaciones límite a mi...
A aquellos que siempre me habéis despreciado os doy las gracias, porque me habéis hecho más fuerte.
A aquellos que me habéis humillado os doy las gracias, porque habéis hecho que me aprecie más.
A aquellos que me habéis ignorado os doy las gracias, porque me habéis hecho buscar a los que me han querido.
A todos vosotros, gracias. Os diría que os den, pero en el fondo ni siquiera os lo merecéis.
A aquellos que me habéis humillado os doy las gracias, porque habéis hecho que me aprecie más.
A aquellos que me habéis ignorado os doy las gracias, porque me habéis hecho buscar a los que me han querido.
A todos vosotros, gracias. Os diría que os den, pero en el fondo ni siquiera os lo merecéis.
Teoremas
¿Qué es Rouché Frobenuius?
Me preguntas mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul
¿Qué es Rouché Frobenuius?
¿Y tú me lo preguntas?
¡Rouché-Frobenius eres tú!
Me preguntas mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul
¿Qué es Rouché Frobenuius?
¿Y tú me lo preguntas?
¡Rouché-Frobenius eres tú!
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Licenciado en conversaciones bizantinas
Definimos conversación bizantina cuando, metafóricamente, se tira la piedra y se esconde la mano. Para ello, se necesita de un motivador avispado con ganas de meter gresca, un tema polémico, dos posturas enfrentadas y varias personas dispuestas a decir una cosa y su contraria en breve periodo de tiempo.
Para ello, se debe proponer el tema con algún argumento que sepamos va a herir sensibilidades, diciendo una chorrada, a ser posible muy gorda. En ese momento las posturas encontradas entrarán en ignición y empezarán a discutir. Bastará entonces con sentarse a disfrutar del espectáculo. Se recomienda bebida fría... y ejercitar las dotes de observación.
Oferta de lanzamiento. Por un euro más, con el primer fascículo, les entregamos un tuperware.
Para ello, se debe proponer el tema con algún argumento que sepamos va a herir sensibilidades, diciendo una chorrada, a ser posible muy gorda. En ese momento las posturas encontradas entrarán en ignición y empezarán a discutir. Bastará entonces con sentarse a disfrutar del espectáculo. Se recomienda bebida fría... y ejercitar las dotes de observación.
Oferta de lanzamiento. Por un euro más, con el primer fascículo, les entregamos un tuperware.
Mandamiento apócrifo tardío al hilo de unas fiestas ya pasadas
Tomarás las copas en vaso de cristal.
martes, 2 de noviembre de 2010
Allí arriba
Esta noche te he visto en el cielo y te he hecho mía. Seguro que no lo eres, pero la mentira me hace feliz. No se si eres planeta, estrella o tienes de nombre un EAN 13, pero no me importa. Desde hoy eres mía. Quizá mañana no te reconozca, pero me mirarás y lo sabré. Son cosas nuestras.
Me pregunto si eres feliz por allí arriba, tan solita. Si no tienes a nadie que te haga compañía, si es que realmente la necesitas. Quizá estás tan ocupada siendo de tanta gente que apenas te queda tiempo para ti. Debe ser duro, pero eres fuerte. A pesar de estar tan lejos muchos te llevamos dentro, nos consuelas, nos vuelves ligeros. Nos haces mas humanos, aunque no se como te tomarás esto último. Teóricamente es un piropo, por si dudas.
Tintineas con dulzura, nos iluminas a pesar de ser tan pequeña, nos guías a pesar de estar quieta. Y lo haces sin pedir nada a cambio, casi exigiendo que no te demos las gracias.
Estaríamos perdidos sin ti. Lo sabes, y pudiendo ser arisca y orgullosa no lo eres, estás ahí para cuando te necesitamos, incluso cuando otros más cercanos y envidiosos nos ofrecen su falso brillo y su mentiroso calor. Justo cuando se envilece y apaga, apareces tu, tan siempre en tu sitio, tan limpia, tan humilde... tan tu.
Hoy te he hecho mía. Simplemente, quería que lo supieras.
Me pregunto si eres feliz por allí arriba, tan solita. Si no tienes a nadie que te haga compañía, si es que realmente la necesitas. Quizá estás tan ocupada siendo de tanta gente que apenas te queda tiempo para ti. Debe ser duro, pero eres fuerte. A pesar de estar tan lejos muchos te llevamos dentro, nos consuelas, nos vuelves ligeros. Nos haces mas humanos, aunque no se como te tomarás esto último. Teóricamente es un piropo, por si dudas.
Tintineas con dulzura, nos iluminas a pesar de ser tan pequeña, nos guías a pesar de estar quieta. Y lo haces sin pedir nada a cambio, casi exigiendo que no te demos las gracias.
Estaríamos perdidos sin ti. Lo sabes, y pudiendo ser arisca y orgullosa no lo eres, estás ahí para cuando te necesitamos, incluso cuando otros más cercanos y envidiosos nos ofrecen su falso brillo y su mentiroso calor. Justo cuando se envilece y apaga, apareces tu, tan siempre en tu sitio, tan limpia, tan humilde... tan tu.
Hoy te he hecho mía. Simplemente, quería que lo supieras.
El día de la marmota
Un suave zumbido me introduce en la pesadilla. Durante 5 minutos intento negar lo evidente, pero la realidad es muy tozuda y la jodía siempre se sale con la suya. Me pongo en marcha a base de cafeína y la misma música de todos los días. Mientras el desamor, la mentira y demás parientes martillean mis dormidos oídos llego al centro de mi reducido universo, donde criaturas indefensas, más bien superheroes creados a base de biofrutas son aparcados por sus progenitores para no se realmente qué.
Mientras garabateo polinomios, me doy cuenta de que a nadie le interesan, ni siquiera a mi mismo. Y lo que más me preocupa y sorprende es que ni me sorprende ni me preocupa.
Mi zorrera me espera tras el estruendo del cambio de clase, esperando la ocurrencia un millón novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve. ¿En qué categoría la clasificaré? Es favorita la de "ahora te lo miro y te doy lo mismo que me has dicho". Tampoco desdeñaría la de "ahora te lo doy, pero es que..." seguido de la más santiaguesca ocurrencia, no por apostólica sino por peregrina. Reconozco que mi capacidad de sorpresa tiende a cero, pero también es cierto que si parto un queso en dos y me lo voy comiendo tengo queso hasta que me muera, con lo cual el comer no se demuestra partiendo.
Breve receso en la mañana. Si consigo zafarme de la última ocurrencia o cita fallida me espera un mínimo momento de placer, en el que seguro que a alguien se le ocurre alguna magnífica idea. Como soy imbécil, la recibo con entusiasmo y el proponedor se hace a un lado, mientras se pregunta como se enciende el ordeñador y si realmente se llama así. Además, siempre hay tiempo hacia la crítica constructiva, entendiendo constructiva como sobadora oval.
Otra reata de criaturas me sigue demostrando que me equivoco, mientras me pregunto por qué no me da un infarto. Quizá si no comiera tan sano... Definitivamente, debería empezar a fumar. Independientemente de que fuera antes o después.
Vuelvo a mi refugio. Me espera merluza y media y una ensalada. Por supuesto, me olvido de la sal. Pieza de fruta. Intento dormir. No puedo. Me esperan montañas de fotocopias de escriba con los mismos errores en los mismos sitios. Sólo cambian los nombres. Reforestaríamos el Sahara y sobrarían árboles. A tomar por culo el cambio climático.
Mi guitarra, entre otras cosas, duerme el sueño de los justos. Siempre lo menos importante es lo más urgente.
De nuevo un sobre. Visualizo un pez bajándose las escamas.
Sin apenas tiempo me voy a cultivar Shakespearitos. Vuelvo a mis orígenes, pero por un ratín solamente. Cuando más relajado estoy, me atizan con que existe un estres bueno, como el colesterol bueno. Y ya no se si reir o llorar.
Regreso, ducha, cena, llamada. Y un pensamiento.
Mañana será otro día. Supongo que igual. O no...
Mientras garabateo polinomios, me doy cuenta de que a nadie le interesan, ni siquiera a mi mismo. Y lo que más me preocupa y sorprende es que ni me sorprende ni me preocupa.
Mi zorrera me espera tras el estruendo del cambio de clase, esperando la ocurrencia un millón novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve. ¿En qué categoría la clasificaré? Es favorita la de "ahora te lo miro y te doy lo mismo que me has dicho". Tampoco desdeñaría la de "ahora te lo doy, pero es que..." seguido de la más santiaguesca ocurrencia, no por apostólica sino por peregrina. Reconozco que mi capacidad de sorpresa tiende a cero, pero también es cierto que si parto un queso en dos y me lo voy comiendo tengo queso hasta que me muera, con lo cual el comer no se demuestra partiendo.
Breve receso en la mañana. Si consigo zafarme de la última ocurrencia o cita fallida me espera un mínimo momento de placer, en el que seguro que a alguien se le ocurre alguna magnífica idea. Como soy imbécil, la recibo con entusiasmo y el proponedor se hace a un lado, mientras se pregunta como se enciende el ordeñador y si realmente se llama así. Además, siempre hay tiempo hacia la crítica constructiva, entendiendo constructiva como sobadora oval.
Otra reata de criaturas me sigue demostrando que me equivoco, mientras me pregunto por qué no me da un infarto. Quizá si no comiera tan sano... Definitivamente, debería empezar a fumar. Independientemente de que fuera antes o después.
Vuelvo a mi refugio. Me espera merluza y media y una ensalada. Por supuesto, me olvido de la sal. Pieza de fruta. Intento dormir. No puedo. Me esperan montañas de fotocopias de escriba con los mismos errores en los mismos sitios. Sólo cambian los nombres. Reforestaríamos el Sahara y sobrarían árboles. A tomar por culo el cambio climático.
Mi guitarra, entre otras cosas, duerme el sueño de los justos. Siempre lo menos importante es lo más urgente.
De nuevo un sobre. Visualizo un pez bajándose las escamas.
Sin apenas tiempo me voy a cultivar Shakespearitos. Vuelvo a mis orígenes, pero por un ratín solamente. Cuando más relajado estoy, me atizan con que existe un estres bueno, como el colesterol bueno. Y ya no se si reir o llorar.
Regreso, ducha, cena, llamada. Y un pensamiento.
Mañana será otro día. Supongo que igual. O no...
lunes, 1 de noviembre de 2010
Volviendo
Fin de semana entre dos aguas, con frío, viento, sol y círculos. Más tranquilidad de la que pensaba.
Paseo por la sierra, buscando restos de antiguos pobladores. Dejaron su sello y ahora nos toca a nosotros usar nuestra imaginación. A fin de cuentas, volvemos todos a lo mismo. Tantos años de evolución y seguimos igual.
Descanso relativo. Creo que estoy encontrando una solución, pero me he encontrado con otro problema. Te agradecen cosas que no lo merecen y cosas muy extrañas, tanto que jamás se me habría ocurrido ser agradecido por algo tan extraño. Pero ha sucedido. Bueno, no deja de ser curioso.
Y me sorprende la rapidez, claro que si la rapidez se disfraza de simultaneidad es menos rapidez.
Y, además, está sorda.
Definitivamente, no tengo remedio. Si es que cuando se es mayor...
Paseo por la sierra, buscando restos de antiguos pobladores. Dejaron su sello y ahora nos toca a nosotros usar nuestra imaginación. A fin de cuentas, volvemos todos a lo mismo. Tantos años de evolución y seguimos igual.
Descanso relativo. Creo que estoy encontrando una solución, pero me he encontrado con otro problema. Te agradecen cosas que no lo merecen y cosas muy extrañas, tanto que jamás se me habría ocurrido ser agradecido por algo tan extraño. Pero ha sucedido. Bueno, no deja de ser curioso.
Y me sorprende la rapidez, claro que si la rapidez se disfraza de simultaneidad es menos rapidez.
Y, además, está sorda.
Definitivamente, no tengo remedio. Si es que cuando se es mayor...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)