sábado, 31 de diciembre de 2011

Una foto para despedir el año

Yo sel mas listo que latones cololados...

«Mi trabajo está cerca de aquí y he venido a dormir un rato durante la pausa»

Pornósticos

Dice mi orgásculo que el año que ahora penetra va a ser muy bueno.

Lo que no me dice si es de verdad o una cosa llamada ironía.

Seré conciso

No es por desanimar, pero esto de la noche vieja y del año nuevo me parece una gilipollez bastante importante.

De todas formas, si la van a celebrar, que lo pasen bien. De corazón.

PS: Y sin acritud.
PPS: Malegra no ser el único. Su reacción tiene una lógica imbatible: la alegría obligatoria es molestísima.

Gracias.

¡Feliz Ctrl-X nuevo!

Porque lo de próspero puede sonar a coña.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Popurrí de antes de fin de año

Ayer tenía frío, quizá por eso me han congelado el sueldo.

o-o-o-o-o

Día tontísimo. Dolor de cabeza. Triste. Destemplado. Enfadado. Y lo peor de todo, sin motivo alguno.

o-o-o-o-o

Siempre me salva la guitarra.

Correctores ortográficos

Logar:

logar(1).
(Del lat. locālis).
1. m. desus. lugar.


logar(2).
(Del lat. locāre).
1. tr. ant. alquilar (‖ dar en alquiler).
2. tr. ant. alquilar (‖ tomar de alguien algo mediante pago)


Gracias a la rae por este descubrimiento.

Supermercaderías

Al ir a preguntarle a un guardia de seguridad por la ubicación exacta de la nata para montar me he percatado de su dificultad para hablar. Tras reflexionar un poco sobre ello y reparar en sus extraños movimientos de lengua, puedo afirmar con un margen de error pequeño que se ha comido un polvorón, o quizá un mantecado, de estrangis.

O eso o estaba intentando ligar conmigo.

Dolor de cabeza

Si hoy no me hubiera levantado no hubiera pasado nada.

o-o-o-o-o

Ahora recuerdo por qué dejé de oír ciertos discos. Me gustaban, pero me acababan cabreando.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Sentido y sentidos

Cuanto más pienso las cosas, menos sentido les encuentro. ¿Tendrá algo que ver la gélida atmósfera que me rodea con este sentimiento de estar perdido, de no encontrar sentido, una razón que guíe los actos de eso que llamamos hombres? Quizá es que no haya sentido en lo cotidiano, tan solo ganas de enredar.

o-o-o-o-o

Esto de no fiarse de lo que los ojos te muestran, unido a lo anterior y a la santa virtud de pensar mal y acertarás (o quedarse corto en el mejor de los casos) mina la ya de por sí escasa fe que tengo en el mundo.

¡Ay si yo encontrara una orden de clausura que permitiera acceso a Internet!

miércoles, 28 de diciembre de 2011

La hermandad de la bufanda del Ideal

En cuanto asoma el frío se las ve, ufanas, en los cuellos de los hombres granaínos.

¡Esto sí que son felices fiestas!

Estados de ánimo

Hay tardes en las que me invade una melancolía que me hace bastante la pascua.

Si tuviera una tienda...

...pues no sabría que nombre ponerle.

Fíjate tú.

martes, 27 de diciembre de 2011

Burdeos

Allí estaba ella. De pié. Con su abrigo de color burdeos.

Mientras miraba por el objetivo de mi cámara, pensando en cómo obtener la fotografía de mi vida, mis oídos dieron un paseo por el ambiente de alrededor. Y se posaron en su voz.

Ya la había visto otras veces, con más voz y menos lágrimas en los ojos, quizá del frío que tenía en la calle o quizá del que albergaría en su interior. Apenas un hilo de voz en un mar de indiferencia, de gentes que pasean felices, orgullosas de sus hijos, sus parejas...

La observé por un momento. Intentaba sacar de ella una canción, quizá un villancico, pero tan pronto como se ponía el micrófono en la boca, lo tenía que alejar. Miró al suelo, giró la cara hacia la izquierda y se enjugó una lágrima que caía por su mejilla con su desnuda mano derecha. Y entonces lo volvió a intentar. Pero la suave música enlatada que salía de su amplificador seguía tapando su voz.

Decidí alejarme pero, justo cuando pasé por su lado, una señora le dejó en su platillo de plástico unas monedas. Por un instante quitó la vista del infinito al que miraba y, muy suavemente, le daba las gracias a su más reciente benefactora. Ella la miró y le sonrió. Y puede que, desde ese momento, comenzara a cantar un poquito más fuerte.

Incesto alimenticio

Ésta por mamá.

Está por mamá.

La hermandad de la cámara réflex

Me pareció bastante extraño bajar a hacer fotos de mi propia ciudad pero, extrañamente, encontré más gente con la cámara colgada al cuello y sin pinta de ser turistas.

Me alegra no ser el único, a pesar de lo que me dicen...

Me ha robado usted la entrada...



De aquí.

PS: Tengo que salir a hacer fotos.

Preguntas musicales

¿Cuánto hace que no me pongo en condiciones a oír un disco?

De hoy, bueno, de mañana, no pasa.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Navidad II

Días de Navidad

Si hay algo bueno de estas fiestas es la posibilidad de reencontrarte con viejos amigos y contar las batallitas ya sabidas o las nuevas por descubrir, en esta maravillosa profesión de hablar a la nada y respirar polvo de tiza.

Hoy me he acordado de uno de ellos y he pasado gran parte del día con él, así como con un amigo suyo que he hecho un poco mío y al que, según dice Manuel Q. me parezco. Pudiera ser, puesto que siempre he sostenido la teoría de la gente semejante en lugares distintos, lo que explicaría por qué en una capital tan chic encuentro gente tan sospechosamente parecida a la de mi pueblo adoptivo.

Tras preguntar por lo que se conoce y describir lo que se desconoce, hemos paseado, comido y bebido entre consejos, risas y reflexiones serias. Creo que ya soy capaz de renunciar a tratar de levantar acta cibernética de todo aquello que trato con mis amigos en este blog, porque creo que he aprendido la lección más importante: Lo que vale no son las palabras concretas, sino el poso que se queda cuando, de camino a casa, el frío apenas te importa. Esa sensación que queda en tu corazón, ese haber vivido plenamente unas horas de tu vida, horas que han sido irrepetibles y que hemos tenido la suerte de vivir.

Por ello, muchas gracias.

Cuento de Navidad II

Al cabo del rato fui capaz de levantarme. Como soy un caballero, aunque no tenga montura, cerré la cortina y fui a la cocina a buscar tu farmacia particular, tan bien servida como siempre. Tomé prestado algo para la cabeza y volví a la habitación donde tu cuerpo desnudo se adivinaba entre las sábanas. Me senté en los pies de la cama, vuelto para observarte con detalle.

Vinieron entonces a mi más imágenes de la noche anterior cuando, al sonar tu canción favorita, saliste de la pista a recogerme e instalarme en el centro de la misma, comiéndome con los ojos mientras aproximabas tus brazos sin llegar a tocarme. Me desconcertabas en la misma medida en que me volvías loco. Y con eso estábamos jugando.

En un momento de distracción me escabullí para tomarme algo. Hablé un rato con algunos de nuestros acompañantes, preguntando educada y desinteresadamente por su quehacer diario, por sus importantes hazañas en pro de la reparación de las cuitas ajenas. Resultaba bastante cómico gritar mientras no te oyen, pero la verdad es que no me importa, uno ya está acostumbrado.

El tiempo pasaba y mi límite estaba ya cercano. Te acercaste a mí exhausta, cansada, y me pediste que te acompañara a casa. "¿Por qué yo?" se preguntaba con ironía mi cabeza. Por la calle arriba te hiciste la bebida y amarraste mi brazo a tu cuello, fingiendo bastante mal por cierto, pues atinaste con las dos cerraduras a la primera. Me preguntaba si me invitarías a entrar.

Y así lo hiciste. Sin darme tiempo para responder cerraste la puerta y me llevaste al saloncito, cuidadosamente ordenado para la ocasión. Me serviste lo primero que se te ocurrió y acudiste a tu cuarto a ponerte cómoda. Me senté en el sofá como un niño bueno a esperarte. Nunca pensé que la comodidad fuera tan escueta.

De lo demás poco recuerdo. Supongo que debimos beber algo más y que, en algún momento, perdimos la verticalidad. Después de amarnos debí abrazarte. Y así amanecimos, hasta que me desperté.

No te lo tomes a mal, pero hubiera agradecido un "te quiero".

Cuento de Navidad

Me desperté abrazado a ella, con un terrible dolor de cabeza y con el regusto a alcohol del malo que te ponen en ese tipo de fiestas, a las que hay que ir aunque no se tenga gana.

Mi primera idea fue levantarme a tapar el rayo de sol que estaba a punto de rasgarme el ojo, pero entonces mi mente se puso a recordar. Recordé tu mirada cómplice un par de días antes, cuando me prometías algo que yo no estaba seguro de querer, pero que por mi tradicional comodidad tampoco rehusé. Recordé el mensaje con la cita, la hora y el sitio, que respondí con un lacónico pero efectivo "ok". Recuerdo no encontrar taxi camino de tu casa y llegar tarde. Curiosamente no te importó, creo que por primera vez desde que nos conocemos.

La cena transcurrió sin incidentes dignos de mención, cada uno en una esquina, sin hacernos caso pero sin perdernos de vista, vigilando cada uno de nuestros predecibles movimientos, sabiendo de antemano que tu pedirías vino y yo cerveza. Ni siquiera te importó que la camarera me merodeara más de lo que aconsejan las relaciones cliente-restaurador. Desde ese momento pensé en dejar de creerte. Y casi lo consigo.

Tras la tradicional confusión con el cambio, el variopinto y homogéneo grupo se deslizó hacia el lugar de moda. Con nuestra entrada en la boca, como perrillos llevando el collar con el que desean ser paseados, fuimos entrando uno a uno en el local. No había demasiada gente, pero a pesar de ello la música atronaba. Pasé mis primeros instantes meditando sobre en ello y en qué beber para no quedar demasiado mal ni tampoco pasar por un snob. Justo cuando iba a pedir, te acercaste y pediste justo lo que quería. Me acercaste la copa y te fuiste a la pista a bailar, sin dejar de mirarme con cada uno de tus lujuriosos movimientos de cadera. Decidí sentarme con un señor borracho con una conversación de lo más entretenida, tramando una estrategia para salir de allí. Aquello se empezaba a llenar de gente de forma peligrosa.

Algo debí hacer mal, porque el señor borracho se hartó de mi conversación y pidió amablemente un taxi. Pensé en acompañarlo, pero hubiera sido una crueldad por mi parte. En ese momento apareciste otra vez y me pediste que te acompañara fuera. Camino de la puerta sentí todas las miradas del local clavarse en mí mientras tu sonreías de forma burlona.

Tanto esperar...

...para que al final no pase nada.

Axioma XIX

A partir de ciertas edades algunos pecados deberían ser absueltos con una simple sonrisa burlona del confesor.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Preguntas irónico-retóricas o Ah de la vie de famille

¿Qué cadena es esa?

Buscando unas palabras, encontré otras palabras

Posiblemente el tiempo ha corrido más de lo debido y nos obligó a elegir un destino, cercano en el espacio pero distante en el alma. ¿Serán las cosas que pasan? Si quieres échame a mi la culpa, a fin de cuentas ser hombre presupone ser culpable. Pero siempre nos quedará el lugar común donde fuimos felices, aquel lugar común donde estuvimos los dos pero que tu te empeñaste en decorar. Tan pronto comprendas que esas cortinas son horribles y que prefiero mi espartano sofá, la llave volverá a abrir la misma cerradura que tu quisiste cambiar y de la que yo no quise copia.

Navidad

El frío vespertino no fue capaz de reunirlos en la misma sala. Como cada tarde, cada uno se refugiaba en su pequeño mundo, con sus pequeñas cosas, temiendo ir más allá y recordar un pasado quizá no más feliz, pero si más habitado.

Mensajes

¿De que sirve lo estándar aplicado a la felicidad? Quizá no es más que una forma de decirte que eres un don nadie sin pretensiones, pero digno de un segundo en la conciencia y de una línea en la factura.

El Niño del Polinomio - Christ ist erstanden

Querido Papá Noel

Sé que te lo pido con poco tiempo, pero es que me acabo de dar cuenta de que existe.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Nochebuena X

En nochebuena se pierde la noción del día de la semana. Es, simplemente, nochebuena.

PS: Ahora que lo pienso, eso de Nochebuena X no pega mucho... O quizá si, por aquello de Papá Noel entrando por las chimeneas. Por cierto, qué gran argumento para una Nochebuena... X.

El Niño del Polinomio - Ejercicio de Arpegios

Con esta pieza, tan típicamente navideña, el Niño del Polonomio os desea felices fiestas.

Nochebuena IX

Vuelvo mis pasos camino de casa. Veo a padres pasear a sus hijos en sus sillitas. Veo a padres que son paseados por sus hijos en sillas de ruedas. Pienso en la crueldad de la vida, en que no es lineal sino circular y en el amor que nos da el Niño que va a nacer en apenas unas horas.

Un soldado romano apunta con su lanza a su perro, que está tan quieto como su amo, ante el asombro de los viandantes. De repente, una voz ininteligible quiebra su calma, al igual que la de los negritos que alfombran las calles. Es la Policía Local que, diplomáticamente, hace la vista gorda cambiando el paso y la acera de su paseo. Quizá todos tienen derecho a su Navidad.

Pienso en fotos para días posteriores, para una mañana tan soleada como esta. Tan solo el eterno problema, el cable cabrón que estorba sin compasión.

Encamino mis pasos hacia mi casa. Cuanto más cerca estoy, las tiendas se cierran y la gente se difumina, dejando paso a los turistas impenitentes, a los viandantes forzosos y al frío, que aumenta su cuota individual a pesar del sol. Me sorprende ver bolsas de Los Italianos en pleno mes de diciembre, en pleno día de nochebuena. Tentado estoy de preguntar, pero cierta timidez me lo impide.

En la plaza se despiden cinco adolescentes. Sonrisas y caras coloradas no precisamente por el frío. Uno de ellos, avanzados unos pasos, lanza con fuerza una bolsa al aire para recogerla instantes después. Un momento antes, alcanza la categoría de "mono" y provoca el rubor de una joven rubia a la que no pongo cara.

Y, como la Navidad es mágica, por fin atraigo la atención de un amable repartidor de publicidad, que me ofrece tapas y cerveza a precio especial, a pesar de ir solo y despistado, protegido tras mis gafas de sol. Me doy por satisfecho con este inesperado regalo y vuelvo a casa feliz.

Abro la puerta. He llegado a casa. Es el momento de quitarme las gafas.

Nochebuena VIII

Es mañana de compras y paseo por los puestos. Veo regalos interesantes, artesanías que van desde lo cotidiano a lo sorprendente pasando por lo peregrino. Me apunto varios regalos sin destinatario concreto y me prometo que bajaré la semana que viene. Pienso en mi sobrino, en el regalo que he de hacerle. Lo consultaré con la almohada.

Una vez traspasado el improvisado zoco, me sumerjo en la carrera de la Virgen, distorsionada por la estufa de una señora que ofrece castañas. Los negritos alfombran la calle con sus genuinas imitaciones. Echo en falta el Belén del Corte Inglés, también la tradicional cola para entrar en el parking.

La gente pasea. Parejas jóvenes con bolsas que pasean agarradas de sus manos envueltas en guantes, demostrando un amor que poco importa a los demás viandantes. Familias con niños. Jubilados que forman corrillos de dos y hablan de sus cosas. Una joven, con un teléfono rosa, parece feliz en la conversación que mantiene. Nadie pasea solo, salvo un señor que me precede y yo, que me escondo detrás de mis gafas e intento recordar todo para luego contarlo.

Llego al río, y veo que en sus riberas no hay demasiado lugar para la esperanza. Hay gente que duerme en los bancos, que beben cerveza barata al sol. Están sin afeitar. Mientras la gente corre afanosamente relativamente cerca, para ellos parece que se les ha parado el tiempo, que ya está todo hecho, que ya han llegado a la meta. Que el mundo de la prisa es para ellos una estructura paralela.

Nochebuena VII

Como es tradicional, la mañana del día de noche buena es siempre momento de recuperar olvidos ajenos, pero esta vez no he acabado en un supermercado, sino en la frutería. Por ello, me he embutido en mi abrigo y he bajado, como rey mago, en busca de mi portal particular, lleno esta vez de frutos de la huerta.

Una vez cumplido el encargo, mis pies deciden que es hora de pasear, de empaparse de esta ciudad que únicamente disfruto en vacaciones. Bajo camino de las calles del centro, llenas de gente que pasea. Las tiendas están llenas y las bolsas pueblan las manos de los viandantes. La calle Mesones es, a lo lejos, una multitud de cabecitas oscuras, llenas de prisa, de teléfonos y de urgencias de última hora. Al final, entre el barullo de gente, la música se hace un hueco. La gente se arremolina alrededor de un cuarteto de cuerda, que llena de notas y aplausos la fría mañana de diciembre.

Un poco más adelante, al sol de Puerta Real, un gorila se mantiene en el aire. Llama la atención de los viandantes y de una lotera que me ofrece lotería del niño y exclama "¡Mira el goril-la, en presona!" El cómo se sujetará hace que las mentes de los niños que lo rodean echen humo.

Sigo avanzando. Otra mimo saluda a todos los niños, pide trabajo para ella y pan para su niño, sin borrar la amabilidad y la sonrisa de su cara. Los niños la saludan y los padres miran un poco hacia otro lado. Y, a lo lejos y vestida de blanco, Sierra Nevada me deslumbra, aun estando parapetado tras mis gafas de sol.

¡Feliz Navidad!

Nochebuena VI

viernes, 23 de diciembre de 2011

Declaración de principios

...pero aquel de la fuente
que nadie lo toque
que lo dejen tranquilo
y no lo provoquen...

jueves, 22 de diciembre de 2011

Despedidas

Siempre hay algo agridulce en las despedidas, incluso en aquellas que son de mentira o esas pausas que de vez en cuando se toma uno, que me hacen pensar en aquellas veces en las que de verdad tuve que partir.

La canción del día

Suerte

A pesar de que me han tocado varios premios consecutivos y simultáneos de la Lotería Nacional, aquí sigo, con mi blog. Porque uno no es de abandonar las cosas así como así...

martes, 20 de diciembre de 2011

Cena "End of Term"

Entrantes

- Saladitos del día anterior sutilmente manidos.

- Última loncha de queso de cabra "Between the Pines" con los bordes ligeramente resecos.

- Barritas de pan con pipas tenuemente revenidos.

Plato principal (o Main curse)

- Caballa en aceite de girasol.

Postre

- Antepenúltima pera helada.

- Yogur de soja y frutas exóticas a punto de caducidad.

Bebidas

Agua natural pasada por la nevera para que no esté tan fría.

3 De

Tengo que reconocer de que no estoy nervioso ante una posible llamada de Rajoy. Lo cual, creo, de que no merma mis posibilidades de ser un ministrable...

domingo, 18 de diciembre de 2011

Fines de semana

Hay veces que uno vence la pereza y revisita viejas amistades que el tiempo no heló, pero que la distancia pausó. Amistades que todos los días se recuerdan, porque tienen gran culpa de mi yo actual.

Aún recuerdo aquellos años de academia, cuando los sueños cabían en una carpeta verde y los temas pasaban de mis manos a mis neuronas pasando por mis ojos. Años de plomo, de esperanza por la esperanza. Años de agonía, que proyectaban un yo adolescente hacia un yo adulto, que se presentó una fría tarde de febrero, justo aquél domingo en el que me di cuenta que la cena no se haría sola. Tanto fue el cántaro a La Zubia que se acabó rompiendo, manando de sus trozos el agua del agradecimiento por lograr el ansiado sueño.

Pero los quehaceres diarios a veces nos alejan de nuestros afectos, que no de nuestros recuerdos. Por eso hemos retomado este sábado la costumbre de que tu me cuentes y que yo te oiga. Que me diagnostiques y que me regañes, aun a sabiendas de que no te haré caso, porque soy muy cabezón.

No pararé nunca de aprender de ti. Un privilegio que nunca sabré como agradecer.

Alea iacta est

Ahora solo queda echar la instancia.

Símiles

Dichosos aquellos que, estando de vuelta, no te deslumbran con las luces de su sabiduría.

Shhhh... no se lo digan a nadie

Pero hoy, después de 5 años con mi coche, me he dado cuenta de que tiene un dispositivo en el espejo interior para que no me deslumbren los lumbreras, valga la redundez, que se pegan detrás.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Yo también lo pienso

Siempre me he preguntado sobre el mundo de la moda ¿quién decide lo que se lleva una temporada…un corte, un color , un largo? ¿Lo decide un grupo de diseñadores democráticamente, un tirano poderoso, o la gente que simplemente por un rumor empieza a usar cierto tipo de ropa?...Pienso con horror que todo se decide en el mundo dentro de esas tres alternativas…hasta la filosofía.

Cosas del oficio

Aquí.

Cuentos



Visto aquí.

¡Oye...!

... ¿y qué fue del anticiclón de las Azores?

Recuerdo aquellos tiempos en los que el tiempo apenas duraba un rato, no como ahora que te vas a fregar después de ver la región que te interesa y, cuando vuelves con la menta poleo, el señor del tiempo sigue allí, como esperándote, contando sus rollos del canal visible y las alertas amarillas.

Apenas daban dos o tres temperaturas. Yo esperaba con ansia que salieran las de mi ciudad, por aquello del protagonismo provinciano, pero ahora con las teles autonómicas, locales y vecinales ya conocemos hasta la temperatura en el rellano del cuarto y la cosa ha perdido su gracia.

Pero siempre había un invariable, el anticiclón de las Azores. Siempre estaba ahí, como los leones del Congreso o la primavera del Corte Inglés. Pero de un tiempo a esta parte lo echo de menos. Bien es cierto que no veo nada la tele, y menos el tiempo, pero cuando lo hago nadie se acuerda de él. Eso si, venga alertas amarillas y naranjas. Caen cuatro gotas y ya es alerta amarilla y es como si se acabara el mundo...

Si alguien sabe algo, por favor que me lo diga. Tan solo me queda de él esta foto, en la que lucha a brazo partido con una incauta borrasca por la derecha mientras otra la espera a la izquierda pensando "Ven aquí que te voy a dar lo tuyo y lo de la isobara".

viernes, 16 de diciembre de 2011

Adivinanzas II

Normalmente estoy quieta. Me paseo con majestuosidad por encima de los demás, avanzando lentamente mientras las hormiguitas que están debajo mía corren en sus quehaceres.

Soy grande. Soy gris miedo. O blanca. Blanca drácula, porque hiere a la vista. A veces me pintan de colores y las hormiguitas se me quedan mirando, sobre todo las ociosas o aquellas que necesitan algo de mí. O aquellos que me observan, porque les doy paz.

A veces estoy preñada de agua, o simplemente de aire. Y dejo caer el fruto de mi vientre sobre las hormiguitas, que se tapan para no ahogarse, que corren a refugiarse en sus casas. Yo no tengo ese problema, nadie me puede mojar. Por eso no tengo casa.

El viento me mueve. Me gusta viajar por el mundo, viendo a las hormiguitas hacer sus cosas de hormiguita, mientras yo avanzo lentamente por el aire, sin mas destino que morir desangrada por el dolor de mi parto.

Hasta ser tan pequeña que apenas ya me harán caso las hormiguitas, porque ellas serán más grandes que yo.

Volcanes

Viajes II

Siempre se me ocurren miles de cosas cuando voy conduciendo. Miles de cosas que, por supuesto, salen de mi cabeza de la misma forma misteriosa en la que entraron. A veces hago alguna foto furtiva, mirando por si alguien me sancionara, con toda la razón del mundo, por supuesto, pero es que quisiera atesorar esos instantes.

¡Quién pudiera guardar esos momentos! Cuando alguna idea surge en mi cabeza y sale de ella sin que la pueda atrapar entre las yemas de mis dedos y el teclado de mi ordenador. Ni siquiera tengo un papel o un lápiz para garabatearla, para que quede cautiva, como aquellas mariposas atrapadas por el peso del rocía de la mañana.

Y es que hay cosas que no se pueden atrapar. Hay cosas que deben ser libres, que debemos dejar nacer y partir de nosotros hacia otros aires, hacia otras mentes. No se puede atrapar un pensamiento, al igual que no se puede guardar la luz de un atardecer de diciembre.

Interviús

- Y usted ¿qué opina de la huelga de Renfe?

- Pues yo, normalmente, opino mu mal porque en estas fiestas todo el mundo el que más y el que menos vamos de viaje y...

Grandes clásicos

Tu a Chicago y yo a Fines.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Malos ratos

Hay veces que a uno le ponen en un compromiso. Cuando haces la suma y ves que no llega. Y luego ves que la segunda suma tampoco da para mucho.

Cuando se vive al límite, porque no se puede o sabe vivir de otra forma, una brizna de viento te puede empujar al abismo. Entre lágrimas me veo obligado a soplarlo, a alejarlo de mí. Pero soy consciente de que, a pesar de la dureza de la caída, ésta servirá para fortalecer su frágil corazón para que, cuando sea realmente necesario, esté preparado.

Pero, de todas formas, no es fácil soplar. Aunque haya que hacerlo.

martes, 13 de diciembre de 2011

lunes, 12 de diciembre de 2011

Nadar y guardar la ropa

Rectificar manteniéndose en su postura.

Carta abierta

Estimado señor F. Pérez:

Por la presente le manifiesto la disponibilidad de mis servicios. Le ofrezco hacer el mismo ridículo por la mitad de precio.

Suyo affmo.

Juan Fco Romero.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Estudiando Inglés

"Most things in life are moments of pleasure and al lifetime of embarassment; photography is a moment of embarassment and a lifetime of pleasure"


Tony Benn. Politician.

Nihil Obstat

Ahora, a escanear.

Axioma XVIII

En el leer está el escribir.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Belenes

Concierto

Sumiller

Hoy me ha tocado hacer de sumiller: he tenido que elegir el vino de las Navidades. La verdad es que no sé por qué recae en mí tal honor pues, aparte de que no me gusta el vino, no tengo ni repajolera idea de ellos, por lo que la elección del caldo para la cena de Navidad se convierte en un auténtico desafío.

Lo primero de todo es elegir la denominación de origen. Este año automáticamente me han dicho que compre un Ribera del Duero, con lo cual se facilita mi trabajo enormemente y no tengo que hacer el habitual Pito Pito Gorgorito que tanto mosquea al comprador que habitualmente se acerca a mí y que hace que salga disparado de mi lado.

Una vez localizados los vinos, me paseo delante de ellos, despacio, como si supiera de qué va la cosa. Elijo el más caro y leo la etiqueta. Recuerdo que la primera vez que lo hice elegí uno que ponía "Contiene Sulfitos". Pensé "Vaya mierda de vino que tiene que ser" pero cuando comprobé que todos tenían sulfitos cambié mi opinión y le dejé de dar importancia a los sulfitos, que por otro lado, a saber lo que son y para lo que sirven...

El caso es que sigo mirando y remirando. Me dejo seducir por los nombres, busco algunos que me suenan y, si no los veo, entonces pongo cara de severidad y de saber de qué va el tema y cojo dos o tres más. Me retiro un poco las gafas de los ojos y leo por encima de ellas, como dándome importancia. Normalmente es en este momento cuando algún despistado comprador se te acerca y observa o pregunta algo y es cuando lo tengo más difícil para salir del paso, pero con la experiencia que tengo suelo salir victorioso ya que, afortunadamente, el pobre pardillo que me pregunta siempre sabe menos que yo del tema vinatero.

Y, por último y mientras mi acompañante espera mi veredicto, de dirijo hacia una botella cogida anteriormente y digo "¡Éste!" con cara de satisfacción y haciendo hincapié en la tilde. Normalmente lo acompaño con el mismo gesto de seguridad que empleo cuando sigo al GPS pero yo no tengo ni idea de dónde estoy y me preguntan si vamos bien, pero con un matiz de roble en boca.

Este año he elegido un vino que tiene que ser la leche. Vale algo menos de 4 euros pero tiene doce escudos heráldicos en la etiqueta, cosa que siempre viste mucho. Creo que se llama "Doce Insignias" o algo así. Y, en efecto, las he contado y allá que están las doce. Supongo que, cuando se acabe el vino, con la botella podremos hacer un reloj o algo porque, la verdad es que la etiqueta es un primor y me da pena tirarla, sinceramente.

Y así ha concluido mi arduo trabajo de sumiller, hasta el año que viene. Por cierto, que yo me he cogido para mí doce cervezas. Por si acaso...

Nota mental

Tengo que dejar de hablar solo en los supermercados, que la gente me mira raro.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Fondo de neurona

De un tiempo a esta parte no tengo tranquilidad para escribir. Me falta algo. O me sobran cosas.

Daremos algo de tiempo a la cosa.

Pan. Come. Chocolate.

Hoy he tenido mi primer encuentro con un profesor de percusión, y la verdad es que no ha podido ser más positivo. En primer lugar, unas nociones sobre la cogida de la baqueta y la primera sorpresa, a pesar de ser iguales, no suenan igual. Una es más grave que otra. Todos los días se aprende algo nuevo.

Luego, corrección de las manos a la hora de percutir. Acompañar a la gravedad y, posteriormente, corregirla para volver la baqueta a su lugar original, a unos centímetros de la caja. Parece que la mano derecha se desenvuelve bien, pero la izquierda está algo más perezosa, así que habrá que darle caña.

Pero lo mejor de todo, y lo más didáctico, ha sido lo del comer, pan y chocolate. Para explicar la diferencia de tiempos entre blancas, negras y corcheas, nada mejor que usar palabras de una, dos y cuatro sílabas para marcar el tiempo. Y así hemos estado probando un rato, además de con algún que otro ejercicio de calentamiento.

En fin, que ha sido muy interesante. Y me ha dado ánimos, dice que lo hago bien. Claro. Le he engañado un poco. No ha sido mi primer encuentro. Yo ya tenía mi propio maestro.

Sintaxis (pero con plaza de garaje)

La frase "Ten cuidado que te pegas mucho al Audi" no tiene sentido cuando se aparca entre dos Audis. Y más aún cuando son el mismo modelo.

La palabra del día

Traspijamar: Extraviar un pijama.

Curiosidades musicales

Entre. Y tranquilo, que no es un virus.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Aburrimiento y youtube

Tarde de jueves festivo. Pegado al brasero y al ordenador, haciendo exámenes de trigonometría.

Que castigo tener que hacer exámenes y luego corregirlos. Si a mí lo que me gusta es dar clase...

La crisis del ladrillo

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La importancia del punto y aparte

Quizás si planificara a una semana vista me tomaría las cosas de otra forma. Es lo que tiene ser mal jugador, enseguida se te ven las cartas.

martes, 6 de diciembre de 2011

Lecturas mientras...

Bancos

Estoy sentado en una plaza. Concretamente en la esquina inferior izquierda. Acabo de ver uno de los acontecimientos más fantásticos que cualquier ser vivo pueda contemplar, el encendido de las luces navideñas.

Veo la gente de la plaza. Antes la vi por la calle, paseand ocupada con bolsas de regalos. Las navidades se acercan y hay que pensar en el regalo para el otro, a veces querido, a veces convenido.

Veo la misma gente que en otros sitios, tan ajena a mi como siempre. Soy una cámara que los mira, que los analiza, no siempre con éxito. Hoy tengo ayuda. Pero no dejo de ser un esqueje, que caducara en unas horas, cuando vuelva a mi árbol, a mi bosque.

domingo, 4 de diciembre de 2011

La judería II

Camino por la oscuridad de la noche en un viejo barrio judío. Estoy lejos de casa, si es que quizá alguna vez la tuve, después de un largo viaje, tras cruzar varias veces la línea del horizonte.

Hace frío. No hay nadie por la calle, salvo mis acompañantes y algunas parejas que se apostan en las esquinas, atendiendo a sus obligaciones, que no entienden de horas, fríos y gente.

Camino un tanto exhausto, recordando viejos pasos por las calles de adoquines y muros de piedra. Calles de guerra para tiempos de paz. Imágenes de mi recuerdo asaltan mi espíritu en la noche, a las que intento dar forma. Pero el cansancio me lo impide.

Al doblar una esquina es el viento el que nos saluda, helando nuestras narices y entrando por las perneras de los pantalones. Es el mismo viento que arrastra los pequeños guijarros del pasado, desprendidos del suelo tras muchos años a él pegados y que, con su ruido, ahogan nuestros pasos en la noche.

Y también los furtivos besos en las esquinas.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Llegada

Después de cruzar un número finito de veces el horizonte, ya hemos llegado.

Desamor telefónico

No te quiero ni para hacer consumo mínimo.

Si es que van provocando...

La noticia.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Cosas que se ven y uno que deduce

Los auxiliares de conversación son una especie aparte.

Cosas que se oyen y uno que deduce

La diferencia entre los pequeños y los grandes institutos es que en los primeros los profesores se llaman por el nombre y en los segundos por los apellidos.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El instante preciso

11 de noviembre. No recuerdo por qué no lo subí.

martes, 29 de noviembre de 2011

Pájaros de barro

Ya no subo la cuesta
que me lleva a tu casa,
ya no duerme mi perro
junto a tu candela

Paciencia

Después de un año, la guitarra esta empezando a sonar medio bien.

Si yo tuviera un ocupa...

Preferiría no saberlo.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Expresiones cursis

'Tengo sueño en el haber' por 'He dormido suficiente'

o-o-o-o-o

'Tengo sueño en el debe' por 'Estoy muy cansado'

Reflexiones on the road

Hoy me ha adelantado un HDP. También un GRX.

o-o-o-o-o

La tranquilidad en la conducción no consiste en una carretera buena o en un buen coche. La verdadera tranquilidad te la da oír a Beethoven.

Ya para otra vez

Votaré a aquél partido que delimite, en cada calle, una zona peatonal para aquella gente que sabe donde va.

PD: Hoy es el domingo de los turistas feos.

Domingo de Adviento

sábado, 26 de noviembre de 2011

Sutilezas telefónicas

"Vamos a ver si nos cogemos el 3"

Pasivamente: "El 3 será cogido"

PD: Que te narren cómo pierdes un autobús tiene su emoción, no crean.

La educación es una patata

Hay algo que me preocupa especialmente en este mundo. No son las guerras, o la prima de riesgo, o la crisis económica. Es algo mucho más sencillo. Las patatas.

Hoy he tenido que freír unas cuantas y, al ir por la materia prima, me he encontrado con dos bolsas perfectamente identificadas: las de freír y las de cocer. Como es natural, he elegido las de freír y he sacado unas cuantas de la bolsa. Pero como la curiosidad humana no tiene límites, he decidido sacar una de la bolsa para cocer y compararlas con las de la bolsa para freír. Y, por lo menos yo, diferencias apreciables no he encontrado.

Y ha sido en ese momento cuando se me ha venido a la mente una escuela de patatas, desde donde pequeñas van aprendiendo cosas hasta que, en un determinado momento y según las competencias desarrolladas, son evaluadas y clasificadas en patatas dignas de ser cocidas y en patatas propias para ser fritas. Una especie de dicotomía ciencias-letras en el ámbito tuberculoso.

He pensado en las asignaturas que tendrán. En si serán evaluadas en competencias o en conceptos / procedimientos / aptitudes. Si tendrán Religión o ATEDU. Si sus tutores llamarán a las plantas de donde vienen para darles las quejas por su bajo rendimiento en Matasmáticas. O si, en las evaluaciones iniciales, serán clasificadas en Francés o algún refuerzo, por ejemplo, Refuerzo de Freír, o Refuerzo de Cocer.

Tanto he pensado en ellas que casi se me queman. Pero no. Como han sido educadas para ser fritas apenas se han dorado un poco. Y, por cierto, me han salido buenísimas.

El sistema educativo patatero funciona. Deberíamos copiarlo.

Competencias básicas

A partir de las imágenes adjuntas, les propongo que me identifiquen cuál es la patata para cocer y cuál la patata para freír.



Sábado mañana

No pido mucho, tan solo tranquilidad e independencia. Pero todo lo que he hecho hasta el momento no me ha dado la paz que busco.

No quisiera renunciar a ese sueño. Los demás no me importan, o me puedo apañar. A ese, no.

PD: Hoy el sol no me calienta, ni la ausencia de nubes me alegra.

La siesta

Andaba yo entre mis sueños de siesta cuando me despertó un pitido. En la tele aparecía un canal musical, que curiosamente ya no pone vídeos musicales, en el que una pandilla de gaznápiros y gaznápiras convivían en una casa. Por lo visto uno de los gaznápiros estaba liado con una de las gaznápiras y, en una bronca gaznapiril resulta que el gaznápiro se lió con dos señoritas que pasaban por allí. Tal hecho fue plasmado en una carta anónima, afortunadamente escrita en inglés, que fue entregada a la sufrida gaznápira en su tocador.

Desde ese momento los acontecimientos se sucedieron rápidamente. La señorita engañada se metió en su cama a llorar, por cierto completamente vestida, zapatos incluidos, no sabemos si presa del berrinche, del despiste o de ambas cosas. El macho engañador no tardó en enterarse del problema subyacente, por lo que, en un primer momento, se acercó a hablar con la gaznápira despechada. Para mostrar sus credenciales se presentó en su cuarto, un canto al orden y limpieza dicho sea de paso, con el torso desnudo y, tras la profundidad de las palabras de él pude apreciar que su facilidad de lenguaje era inversamente proporcional a los músculos que adornaban su mulato cuerpo. Tras una serie de palabras en las que dos de cada tres estaban censuradas por pitidos que, dicho sea de paso, son más molestos que la palabra en sí, el macho herido en su orgullo regresa a su cuarto, que quedó segundo en el anteriormente citado concurso al orden y limpieza en las habitaciones, a buscar su chorbiagenda.

Una vez encontrada, procedió a llamar a la primera chorbi que recordaba, que se alegró enormemente al oír la voz del gaznápiro herido. La conversación, de una altura intelectual a la que no llegaría ni un cohete de la NASA, versó sobre las necesidades del interlocutor macho, que mostró su satisfacción en ámbitos como el gimnasio y la música, pero que sentía incompletos otros. Por ejemplo, que no fo... desde hacía tiempo.

Tras una interviú por separado a cada uno de ellos donde mostraban lo desoladamente mal que se sentían, dieron paso a publicidad y yo me fui a preparar la maleta.

Y así estoy hoy, afectadísimo.

Hágase tu voluntad

Siempre que yo quiera.

Formas de empezar un sábado

viernes, 25 de noviembre de 2011

Paréntesis

Hubo un tiempo, hace ya más años de los que quisiera, en el que mi mundo se veía reducido a una cama. Aquellos tiempos eran recibidos con alegría, pues dejaba de lado mis rutinas diarias para pasar a vivir en la dimensión horizontal por algunos días, con suerte una semana.

Recuerdo la bandeja naranja con sus patas y con su agujero para el vaso, cosa que me parecía lo más de lo más en aquellos años 80 en los que tan moderno nos parecía todo. Recuerdo las visitas, más o menos frecuentes. Recuerdo la luz que dejaban aquellas cortinas blancas en mi habitación por la mañana, la siesta de por la tarde y la fiebre de por la noche. Recuerdo las noches iguales a los días y los días iguales a las noches. Recuerdo los juegos para distraer el tiempo infinito que pasaba ante mi. Recuerdo en pensar cómo sería el mundo tras mi ausencia. Recuerdo aquel coche movido por mis manos, recorriendo aquella colcha verde.

Recuerdo los días finales, en los que echaría de menos mi cama, que soñaba como un barco en el agua. Como una alfombra en el cielo

Lo que siente un Rey Mago

Hoy, vuelta a casa (o lo que sea) siguiendo una estrella.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Pero mientras...

Me siento seco y triste. Sin agua que me calme y sin sol que me conforte.

Aunque sé que ya lloverá y saldrá el sol.

Pizarreichon digiteichon

Enhorabuena, ha tenido usted una redundancia.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tarde nublada

A pesar de todo, siempre hay esperanza. Aunque las nubes la oculten.

Te echo de menos.

Cosas que molan

El doodle de Google de hoy.
Aquí.

Axiomas XVII

Siempre me huye alguien. Siempre huyo de algo.

martes, 22 de noviembre de 2011

La clave de la guitarra

La he descubierto hoy. El acorde en la mano derecha y el arpegio en la izquierda.

Como con las fracciones, a veces hay que complicarlas para poderlas sumar.

No se me olvida

Te debo una entrada. Pero a su debido tiempo.

Correo

Formas de acabar un día...

... oyendo el final de este programa.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La eterna pregunta

Circunloquios

No hay nada como discutir con uno mismo para convencerse más y más y acabar contento por darse la razón.

Lección del día.

Lo breve, si imaginado, dos veces bueno.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Dos por uno

Lea y practique.

If, if. Between.

Regresos

Hay sitios a los que no me gusta volver, porque los recuerdos que me traen deben quedarse perdidos en ellos, en el tiempo en el que fueron vividos, y no salir nunca de ahí. Pero al volver hoy a mi antiguo colegio, donde pasé los primeros doce años de estudiante, los recuerdos casi que han huido de mi. Ya no son tan vivos como hace tantos años, quizá porque ya me he hecho viejo y he aprendido que, a veces, las cosas no son tan importantes como creemos.

Al pasar la puerta verde de la cuesta me he encontrado con la misma pared de cipreses, perennemente verdes, y con los mismos coches, aunque más modernos, aparcados enfrente. La estatua de la Inmaculada sigue cubierta por la misma hiedra que entonces y es de suponer que en la casa siga viviendo la misma persona que en mi época, pero con distinto nombre y rostro.

Camino rápido, sin pensar, y entro en la que fue mi última clase. Ya desaparecieron las bancas inclinadas, que tan incómodas eran, y han sido sustituidas por las típicas sillas y mesas verdes de colegio público, tan prácticas como impersonales. No me he fijado en la pizarra, aunque sí en la inscripción de la entrada, que ya no pone COU A, sino aula 13. Me alegro de no haber vivido ese cambio.

Entro y miro el que fue mi sitio, junto a mi ventana. Junto a esa ventana que me permitió ver como, poco a poco, te ibas marchando sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo. Hasta que desapareciste de mi vida siguiendo el camino de la tuya. Tantos años me ha costado aceptarlo...

Una vez cumplida mi obligación salgo a toda prisa del lugar, pero me detengo en los rostros y nombres del tablón de anuncios. Nada hay familiar. Nada hay conocido. Tan solo son las caras que se pueden encontrar hoy en día en cualquier otro sitio.

Al final eso es lo que queda, tan solo un rostro anónimo.

Aclaraciones

Constituir una mesa electoral no es ponerse a montar una mesa del Ikea.

Fiesta de la democracia

Este año recibí una entrada vip para participar en la fiesta de la democracia, vulgarmente conocida como elecciones. Según dicha invitación debía presentarme a las 8 de la mañana en el colegio electoral, que además de ser colegio electoral es mi colegio de lo otro, lo que antes se llamaba educación y ahora vayase usted a saber qué puñetas es. Es curioso que una fiesta sea esa hora de la mañana y además en un colegio. Yo me esperaba algo nocturno, en algún paf de moda, pero no. La cuestión es que tenía que acercarme allí a esa temprana hora.

Tal y como aparecía en la invitación, en caso de no comparecer allí a la hora indicada para la constitución de la mesa me enfrentaría a pena de cárcel y sería visto por mis semejantes como un delincuente, cosa que realmente ya soy dada mi condición de funcionario docente, que es como un pecado que ni con el Perdón de Dios se redime.

Tras desmontar el habitual despliegue despertadoril de las grandes citas, me he vestido y he puesto rumbo a mi antiguo cole. Nada más llegar diviso un grupo de variopintos ciudadanos que podía fácilmente ser dividido en dos. Por un lado, un grupo de sufridos ciudadanos con papelitos similares al mío en la mano y con cara de sueño. Por otro lado, una colección de ciudadanos con identificación política muy despiertos y emocionados, tanto que casi he llegado a pensar en las elecciones como un orgasmo tetraanual. Infrecuente pero intenso.

Tras identificar a mis compañeros de mesa, concretamente a mi presidente, y presentarme con profusión para que no hubiera dudas de mi compromiso con al democracia, he indicado mi rango en el escalafón electoral y he quedado a la espera de la llegada de mis superiores que, dicho sea de paso, eran todos. Tras un breve periodo de incertidumbre, aparecieron los otros dos vocales, aunque en realidad faltarían tres mas. Anecdóticamente son madre e hijo, de lo que se deduce que la familia que vocaliza unida permanece unida. Entrañable.

Tras preguntar reiteradamente y ante la presencia policial que si me podía ir, he retornado a mi cama plegable de fin de semana, feliz por haber contribuido de forma tan notable a la democracia en España. Y mis ojos se han cerrado, como si todo hubiera sido un sueño.

Poesía electoral

Bien por democracia
o bien por un sendero
no hay quien me quite
el madrugón dominguero.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Progreso...

... es cobrar por una bolsa rota cuando antes te regalaban una sin romper.

Para qué llamarse a engaño

Esto no va a ser fácil. Y ni siquiera se si merecerá la pena. Pero... hay que intentarlo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Planes de viernes noche

Me voy a dormir. Que ustedes lo reflexionen bien.

Y lo voten mejor.

Sorpresas te da la vida...

Después de 6 años suscrito a cierta asociación de profesores de matemáticas y habiendo recibido de forma puntualmente trimestral su magna revista, no solamente encuentro hoy por primera vez no uno ni dos, sino tres artículos que realmente merezcan la pena ser leídos. A saber:

Orígenes y evolución del Teorema de Rolle, por C. S. Alemán, de la U Gaditana.

Revisando los conceptos de máximo y mínimo a través de un libro de L'Hôpital. M. T. González, de la U. Salmantina.

Otra cosa de L'Hôpital, concretamente de la regla de la cadena, de Campistrous, López y Rizo, de Us de allende los mares.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Hipótesis II

Hay gente que, si se cultivara más, parecería un huerto.

Lecciones prácticas

Hacer un pan como una pizarra digital.

Hipótesis

A veces pienso que si te tuviera entre mis brazos mis problemas se acabarían.

¡Ay, Señor...!

Pulgas y calor.

Psiquiatrías

¿Por qué me dan miedo los globos?

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Redes

A veces uno compara y no le queda más que meterse debajo de una piedra asustado de su propia imbecilidad.

martes, 15 de noviembre de 2011

Ilusiones

Danos hoy nuestro sobre de todas las noches...

Al blog

...a veces es desesperante, porque nadie te toma en serio cuando te tiene que tomar en serio. Pero luego se ríe uno mucho, la verdad. Pero claro, solo me río yo. E por eso por lo que toda mi vida he estado solo porque, en el fondo, nadie me entiende.

Preguntas educativas

Cuándo se les meterá en la cabeza a nuestras queridas mentes pensantes educativas que lo que tienen que hacer es dejar a los profesionales hacer su trabajo y dejar de dar por culo con gilipolleces absurdas que no sirven para nada.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Crítica de cine

Este fin de semana he tenido oportunidad de asistir al preestreno de la película "El Percusionista Acelerado", un interesante thriller psicológico sobre un joven aprendiz de músico.

El flim, o pinicula, como sutedes perfieran, nos narra la angustia vital de un joven que empieza a tocar la batería. No lo hace mal, incluso aprende rápido a combinar la caja y el bombo, pero tiene un terrible problema que intenta ocultar pero que poco a poco sus compañeros descubren: No sabe llevar el ritmo y se acelera. Al principio todo el mundo le pone buena cara y clave de sol, pero llega un momento en el que el director está hasta los trombones de oírle y le encarga una difícil misión, debe comprarse un metrónomo.

Un tanto deprimido, el músico empieza a abusar de las corcheas y semicorcheas y se sumerge en las bajas líneas del pentagrama. Pero una chica se apiada de él y lucha porque sus notas graves se conviertan en agudas. El chico al principio la ve como una oportunidad para usar la trompa, pero poco a poco se va enamorando de ella hasta que se da cuenta de cuánto la quiere y la necesita. Es entonces cuando él se declara y ella acepta, no sin antes hacer un acuerdo prematrimonial, que la cosa está mu malita últimamente. Y al final acaban casados, felices y comiendo alitas de pollo, cosa muy comprensible por los motivos antes explicitados y que no creo que sea necesario repetir.

Les recomiendo que vean la película, no es la típica comedia romántica al uso. Además, las cinco horas y media que dura se les pasarán voladas.

Lo que no voy a hacer es fastidiar el final y no les diré si al final se acaba comprando o no el metrónomo.

Conjeturas

Tanto aparato electrónico no puede ser bueno.

Bomberadas

No se puede prender fuego y encogerse de hombros al verse en el espejo sujetando una cerilla con los dedos.

Darse cuenta de

Tanto correr para llegar y resulta que ya estaba allí.

Axioma XVI

Aquí.

What's the meaning of "Subirse al carro"?

¡Que viva el no plan de calidad gratuito!

Autoayuda

Odiarme es muy fácil, si sabes como.

Momento II

Hay veces que a medio día se produce un silencio ensordecedor que hace que casi me estalle la cabeza.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Tachando cosas de mi lista

Ya me puedo morir un poquito más tranquilo.

Heroicidades

Matrioska

Lo mejor para no llevar la funda de las gafas en las manos es coger una chaqueta, meter ahí la funda de las gafas y luego llevar la chaqueta en la mano.

Axiomas XV

El ser humano a veces se flipa un poco.

Axiomas XIV

Si no llevo música mientras ando hablo solo.

Ritmos

Tu-stac tu-sai

Regla n 2

Aprecio estar solo, aunque no siempre me guste.

Hipnosis

Ver correr una gallina.

Retrospectiva

A veces me miro en el espejo, vuelvo la mirada, y mi yo de ayer no me reconoce.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Luna nº 2

Regla nº 1

No puedes conocer lo que hay en mi cabeza.
El instante preciso está ahí. Solo tienes que cogerlo.

Interruptus

Acabo de comer, de tomarme la infusión y de ver un capítulo de Dexter. La emoción del final me deja algo soñoliento y eso, unido a los comienzos de la digestión, me hace emprender un viaje en busca de Morfeo. Saco el billete y ocupo el asiento de sofá y manta con brasero que me han vendido. Pero justo cuando voy a llegar a mi destino junto a mi dios griego favorito, una música epopéyica y lejana se acerca a mi balcón. Me informan de un mitin de cierto partido, con el menú de mitineros y la hora del evento en cuestión.

Pienso en un quizá de compromiso a lo facebook, aunque el horario me parte un poco la tarde. Media vuelta y de nuevo en busca de Morfeo. Pero, sin apenas tiempo de buscar su cara entre la gente de la calle de mis sueños, otro megáfono vehicular me informa de que me sume al cambio. Y digo yo, ¿tiene que ser ahora o puedo dormir una breve siesta? Lamentablemente este coche es algo más persistente y llega incluso a cruzarse con su rival político, afortunadamente sin consecuencias ni parte al seguro. La calma vuelve a apoderarse de mi cuarto de estar.

Pero justo cuando el desperece empieza a retirarse y casi adivino su cara cerca de mi, Morfeo me abandona de nuevo en pos de una oferta de telefonía que no podré rechazar. Cojo el teléfono, pero no contesto. Es una gilipollez, pero eso es como no tener ni siquiera derecho al pataleo.

Y yo me pregunto, ¿es que no se puede dormir la siesta en el país que la inventó?

jueves, 10 de noviembre de 2011

Los pasos en el vacío

Eran las siete y llegaba tarde. Estuvieron a punto de multarla, pero soltó el móvil a tiempo y, disimulando con una pícara sonrisa y soltándose un poco el escote le dio algo de pena al policía, que hizo las vista gorda. Bueno, más bien posó sus ojos en sitios poco discretos.

Aparcó de milagro y salió en busca de su acompañante, que la esperaba a la entrada, con un chupa-chups en la mano y un cigarrillo en la otra. Un breve saludo y entraron en el edificio, donde apenas había gente. Eligieron bien la tarde, ya que nadie les molestaría en su recorrido.

Pasaban las salas y las explicaciones la iban absorbiendo. Casi se sentía entrar en cada una de las obras de arte que se sucedían colgadas en la pared, apreciando matices nuevos en los que antes no había reparado.

Pero entonces, la voz de su acompañante se apagó. Deseaba ella ser capaz por si misma de encontrar la llave que daba entrada a los pequeños mundos de cada cuadro. Tan solo la desconcentraban los pasos en el silencio de las salas y el sonido de su respiración tranquila aquella tarde de noviembre.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

martes, 8 de noviembre de 2011

Crecer

Crecer es dejar atrás lo que te liga a tu infancia, pero guardar su recuerdo en el corazón.

Crecer es no aferrarse a las cosas, es dejarlas libres, que entren y salgan de tu vida. Si te pertenecen no se irán nunca.

Crecer es sentir dolor y luego ver cómo se cicatriza la herida, formando la costra que te protegerá de las heridas futuras.

Crecer es aceptar que no eres el centro y querer sin límite a aquellos que te han desplazado hacia el exterior.

Crecer es ser capaz de cambiar de planes en el último minuto y sin mayor problema.

Crecer es aceptar las cosas tal y como son. La lluvia de hoy hará germinar las plantas de mañana.

Poetry on the run

Sobrecitos en mi móvil
que me alegran la vida.
Sobrecitos en tu móvil
que salen del alma mía.

Frustraciones estudiantiles

¿Por qué en los libros de inglés no dejan hueco suficiente para escribir?

Discriminación sexual, o la importancia de un acento

Las notarias reducen su actividad a la mitad por la caída de las hipotecas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Momento

‎"Una ilusión que me hace feliz, merece una verdad que me lance al suelo..." (Wieland)

Impotencia

No sé cómo expresar la empanada mental que tengo en la cabeza en palabras medianamente ininteligibles.

Circunstancias

A veces, escribir es duro.

A veces, leer es cruel.

Tié coones

Cinco millones de parados y el problema de la noche es el color de dos corbatas.

Citas célebres

El que está acostumbrado a corregir debe admitir, con la mayor de las humildades, que lo corrijan.

Comienzos

Axiomas XIII

Incumplo sistemáticamente mis promesas.

sábado, 5 de noviembre de 2011

El patio de mi casa

Haciendo caso a mi profe de guitarra, me he comprado un libro llamado "La guitarra paso a paso". Después de haber estado ensayando una escala, que más que una escala me ha parecido una venganza china, me ha picado la curiosidad y lo he abierto. La primera obra es "El Patio de mi Casa" y me he puesto como loco a sacar lo que allí en solfeo aparecía.

Al empezar a tocar aquello más que el patio de mi casa parecía el huerto de mi tía, porque la similitud de lo que yo estaba tocando con la archiconocida cancioncilla tendía a cero. Sin desanimarme, me he ido a otra pieza que ya conocía pues tenía su tablatura y he comprobado que mis rudimentos del solfeo son firmes: me equivoco en tres de cada cuatro notas, pero me doy cuenta del error en un tiempo razonablemente corto. Al ver que todo cuadraba he decidido dejar de preocuparme y que preguntaría a mi profesor en la próxima clase.

Pero navegando por el ciberespacio, me he encontrado con este blog que me ha sacado del apuro. Estaba tocando la segunda voz de la guitarra. Así que, por lo menos, he resuelto la duda y lo difícil no se me daba tan mal.

Bien está lo que bien acaba.
Con la de tiempo que pierdo al día introduciendo contraseñas podría hacer tantas cosas que, al ocurrírseme todas, no salen porque taponan mi mente.

Ironías fotográficas

Casi me quedo en silla de ruedas por no colarme en la foto de unos señores en silla de ruedas.

Ojos que miran

Las escaleras son una gran fuente de observación, especialmente las de cierta gran superficie falsamente anglosajona. Para la persona solitaria que sale a matar el aburrimiento de un sábado por la mañana constituyen, sin duda, una gran evasión.

Me monto en la primera baja, sorteando a una señora repartidora de perfumes que, ni siquiera aquí, me considera digno de ser su potencial cliente. Me antecede una señora mayor con su bolso, que se parará en la primera planta y que seguro viene, como yo, a distraerse. Se aleja de mi y, cuando ya estoy en el segundo tramo, reparo en dos jóvenas elegantes y distinguidas retocándose mutuamente. Detrás, un joven algo mayor que yo, se mira al espejo mientras se despeina a conciencia. En ese momento me doy cuenta de que tengo frío en la cabeza y en que debería comprarme un gorro, lo cual no deja de ser curioso porque estoy bajo techo.

Llego a mi destino, curioseo sin mucho afán y sigo deambulando, sin fijarme mucho en nada en concreto. Busco caras conocidas, sin encontrarlas. Decido bajar al supermercado y veo a un joven con su blackberry y su padre, que a pesar de ser bastante menos útil que el aparato, por lo menos es practico y paga la ropa del muchacho. En la consigna un señor me observa y se cuela con poco disimulo y, justamente en la caja, me encuentro con Pablo, al que saludo afectuosamente.

Es tarde. Tengo que regresar a casa. Vaya paseo que le he dado al paraguas.

Conjetura nº 2

Creo que alguna vez lo he dicho, pero ha clones nuestros en todas partes. Me explico.

Usted vive en la localidad A. Conoce a la gente de ese sitio, sabe de su vida y milagros. Esta gente, a su vez, le conoce a usted. Hasta aquí todo normal.

Ahora suponga que le trasmutamos espacio-temporalmente de la localidad A a la localidad B. Usted no conoce a nadie y empieza a pasearse por dicha localidad. Pues seguro que, mirando las caras, se le sobresalta el corazón cuando cree ver a alguien igual a su vecino. Se acerca a saludarlo y... resulta que no, que no es la persona que usted busca.

Pues eso me pasa a mi algunas veces. Menos mal que uno es vergonzoso y no se acerca, que si no, pasaría por loco.

Bueno, por aún más loco.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Fiesta nacional...

...del adelantamiento bien pegadito al adelantado.
Qué gente tan rara que se ve en las ciudades...

La tarde

He visto la calle hecha río y, en apenas unos minutos, la calle seca de nuevo. He sentido el agua en mis pies, pero no me ha importado. He visto un coche que no se ha movido.

He visto un trozo irregular de arcoiris cerca de lo que puede ser mi pueblo. He visto el reflejo del sol en la carretera, que me ha deslumbrado y que me ha hecho agarrar fuertemente el volante.

He sentido el cansancio de los viernes, el peso de la carretera y el viento en la rambla.

He visto montañas con sombrero blanco, montañas con rizos y hasta montañas con canas. He visto las primeras nieves del invierno y el frío exterior en el termómetro del coche.

He visto anochecer más temprano y he intentado evitarlo poniendo las largas, pensando quizá que el sol retrocedería en su camino. He visto gotas caer en mi parabrisas y he visto, de nuevo, mi calle iluminada por las farolas blancas del invierno.

Ahora, mientras me visto de invierno en la república de mi infancia, siento de nuevo la lluvia en el tejado, con el mismo sonido sordo de siempre.

Axiomas XII

Cuando el trabajo entra por la puerta, la inspiración sale por la ventana.

Alegrías de la profesión

Corregir exámenes. No es que me disguste, tampoco me entusiasma, pero con tantas cosas por hacer sabiamente administradas a cuentagotas, para que me haga ilusiones, casi no le dejan a uno.

Gerontofinde

Y olé.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Nada como la implacable eficiencia germana

Aquí.

Campañas

Dicen que, en unos minutos, comienza la campaña electoral. No se si notaremos la diferencia...

Proporcionalidad inversa

Las posibilidades para el fin de semana son tan desalentadoras como cercanas.

Axiomas XI

Las cosas nuevas me sirven para añorar las antiguas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ser racional

Ser racional es mi patrimonio.

Ser racional es mi losa.

Ser racional es mi salvación.

Al revés

El tiempo avanza y no sé muy bien como detenerlo. Hay cosas que se me hacen cada vez más difíciles y el tiempo pasado no ayuda, pareciera como si el tiempo me hiciera desaprender. Justamente al contrario de lo normal.

No se por qué, pero siempre me quedo con lo peor de las cosas sin ni siquiera disfrutarlas. Las caras oscuras me fascinan, me atrapan y no me dejan escapar. Es una curiosa tendencia a la autodestrucción bien entendida.

Curiosidades

No deja de tener su gracia que te enteres de páginas porno a partir de un curso de formación para el profesorado.

martes, 1 de noviembre de 2011

Consejos por si, andando por el bosque, se encuentra uno una cabra montés

Primero: No se flipe. Es difícil, pero inténtelo.

Segundo: Procure hablar bajo, pero no de forma que haga el tonto con sus acompañantes de sendero.

Tercero: Procure tener la cámara a mano. Si no, sáquesela (la cámara, se entiende) si hacer ruido.

Cuarto: Ande despacio. Con movimientos cortos y sin arrastrar los pies. Muéstrese firme, pero amable. Sin dar demasiada confianza. Recuerde que con tanto senderista, el encuentro cabra-hombre ha perdido mucho encanto.

Con un poco de suerte, podrá hacer fotos como esta:

Noticias que parecen mentira y sin embargo son ciertas como la vida misma XX

La noticia de hoy es muy buena y como últimamente la cosa está mu malita, he decidido hacer un hueco y contarla aquí.

Según leo en la prensa local, las colonias de buitres han aumentado espectacularmente su tamaño en los últimos tiempos. Y ello se debe al aumento del número de senderistas que pueblan los montes de España. Las palabras del presidente del ABE (Asociación de Buitres de España) no pueden ser más entusiastas: "Estamos contentísimos. Antes no había manera de echarse nada a la boca, pero ahora nos sobra la comida. La verdad es que al principio veíamos con algo de reticencia que vinieran los senderistas, pero ahora nos hemos dado cuenta de lo equivocados que estábamos."

La alegría de los buitres tiene una razón clara: "La dificultad de acceso de nuestros montes unida a la patosez de algunos senderistas. El caso es que se ponen a sacar fotos donde se pueden caer y, con la emoción del momento, se resbalan y se la pegan. O bien se ponen a comer donde más peligro hay y allá que se resbalan. Y luego ya nos encargamos nosotros del resto" Es precisamente en este punto donde más contentos se ponen los buitres. "Antes, como llevaban ropas de camuflaje era más difícil localizarlos. Pero como ahora van todos vestidos del Decathlón pues es más fácil, porque como son colores chillones tan solo basta con fijarse un poco y dejarse caer"

Pero, como toda noticia, también hay su parte mala. Según los veterinarios y biólogos que siguen las distintas colonias de buitres se han detectado un importante incremento de buitres con colesterol. Atendiendo a las palabras del conservador jefe de un parque natural "Hay algunos que tienen las arterias hechas polvo de tanta grasa. Es una cosa tremenda. Les recomendamos verduritas y algún conejillo los domingos, pero como no dejan de aparecer senderistas, pues claro, se van a lo fácil y no nos hacen ni caso. Así que lo que vamos a hacer es poner a dieta a los senderistas, para que los buitres coman sano, porque es que algunos no se pueden ni levantar"

Alfabeto II

Alfabeto

lunes, 31 de octubre de 2011

Matemáticadas

Que una aplicación sea sobreyectiva es como tener el título de la eso.

domingo, 30 de octubre de 2011

El parque



Ya cae la tarde, más aún por el cambio de hora. Las están en el parque, mientras los hijos juegan al fútbol. Llevan los tanteos de cuando éramos pequeños, mientras la pelota golpea una y otra vez las paredes de la casa.

Mientras, ellas hablan de sus cosas. Comentan la vida del pueblo, con sus ventajas y sus incovenientes. Me asomo y las veo sentadas en el banco, detrás de una arbusto, con un bebé cada una en sus brazos. Las niñas las miran, cerca de ellas, mientras meriendan.

Pronto caerá el sol, y el ritmo del pueblo desaparecerá hasta mañana. Las chimeneas empezarán a echar humo. El silencio se hace en casa. Estamos cansados.

Mientras, alguien escribe encima de un microondas. Los vicios, que son muy malos...

Paparazzi

Ambiciones. Campanario. Si yo les contara lo que he visto...

Viajes

Se acumulan las anécdotas, las vivencias. Apenas hay tiempo para darles forma. Al final del día tan sólo queda cansancio y las imágenes del día. Así, hasta el día siguiente. Reposaré todo lo que tengo en mente y le daré forma más tarde.

Kilómetros

Avanza la carretera, avanza el coche camino de nuestro destino. Las líneas de la carretera son infinitas. Se doblan. Se suceden. Se alternan. Pero siempre están ahí.

viernes, 28 de octubre de 2011

Yo de mayor quiero ser Trending Topic

Adolescencias con sueldo. Las mejores de todas.

Dichos pop-ulares

...
para petacas, las de Ubrique.
y pa tíos con cojones, el cura de Velefique.

Descubrimientos que hace uno

Postear arrebujaíto en las sábanas es una sensación única y un gran placer.

Poesía invernal

Va a ser menester
ponerse el pijamica
cuando por la noche
me meto en la camica.

jueves, 27 de octubre de 2011

Miscelánea

Tanta prisa para acabar a las doce en la cama.

o-o-o-o-o

Qué mañanita con el router.

o-o-o-o-o

No se cómo se me dará el escribir a longitud acotada y a tema fijo, pero por probar no se pierde nada. Todo sea por ser rico y famoso.

Asociaciones

Club de amigos del crucero.

o-o-o-o-o

AMPA Los Soprano.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Prisas

Me falta la tranquilidad de pararme a pensar cinco minutos y poder engarzar un par de frases, aunque estén mal escritas. A ver si con este ratico con la mantita y en el sofá me vienen las musas a visitar.

Cadena

Hay hombres que me recuerdan lo poco hombre que soy.

Los miércoles me matan.

Axiomas X

Con las prisas se le va a uno la calma para escribir.

martes, 25 de octubre de 2011

Ventanas

Cada blog es una ventana a nuestro interior. Mostramos lo que queremos y, a veces, lo que no queremos. Tan solo hay que mirar bien.

El instante antes, el día eterno

Esperábamos en el pasillo cuando salió de la sala. Delgada, con el pelo largo pero recogido con una pinza, caminaba preguntándonos si la esperábamos a ella, en una especie de pregunta retórica envuelta en color pelirrojo.

Entramos y nos situamos donde estábamos justo hace tres semanas. Y nos volvimos a presentar, a pesar de que nos conocemos de tiempo. Miré sus ojos marrones, su jersey fino de color rosa y su vaqueros de marca con un corte bastante novedoso. Y me fijé en sus manos, temblorosas.

Pensé que al menos su acento es bueno, aunque habla rápido y algo temerosamente, como si no estuviera segura. Y me reflejé en un pasado no tan lejano, cuando era yo el que tenía miedo, justo un segundo antes de comenzar la segunda parte de mi vida, cuando empecé de verdad mi camino en solitario. En aquél preciso día que no me cansaría de vivir.
Qué dura es la vida de soltero. Si consiguiera engañar a alguien... claro que quizá sería más trabajo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Crema de champiñones

Otra receta de sopas.

Picamos finito una cebolla. Ponemos aceite en una olla y pochamos (me encanta esa palabra) la cebolla.

Por otro lado, lavamos y picamos a trozos los champis. Cuando la cebolla esté bien pochadita los echamos en la olla y los freímos hasta que estén blanditos. Después, añadimos agua hasta cubrirlos y sal al gusto. Y se deja a fuego medio unos 15 minutos. Para espesar un poco se puede añadir algo de harina. Y, cuando esté casi a punto, un quesito.

Una vez bien cocida la cosa, se bate bien batido con la batidora (evidenmont) y se sirve. Y si se ha sido previsor, pues quedará para otra cena.

Más rápido de hacer de lo que pensaba. Y he descubierto que me encanta pelar champiñones.

El colmo de un percusionista

Que digan de él que no da ni golpe.

El mar

Era media tarde y estaba recién comido. Salí de aquella sala que olía a sudor y me saludó la brisa de un mar ligeramente alborotado, de un mar de octubre, cuando los temporales se empiezan a asomar detrás de las rocas y el agua no solamente está en el suelo, sino que se trasfigura desde el cielo de color oscuro.

Allí estaba el, tan grande, tan azul. Rompiendo olas en la arena sucia de la playa. Yo estaba enfrente, observándolo con la habitual dedicación con la que lo hago. Un barco anclado en la bahía rompía la monotonía, mientras buscaba el punto exacto en el que el verde cercano cambia a azul lejano.

El ruido del mar era inexplicablemente ensordecedor, pues las olas no eran muy grandes. Una y otra vez se repetía el mismo sonido, con distintos matices y duraciones. Me hubiera tumbado en el suelo y quedado allí, con aquel sonido una y otra vez acariciando mis tímpanos. En ese momento lo necesitaba. Me daba la calma que buscaba.

Algunas gotas querían estropear el día. Y entonces recordé cuánto me gustaba bañarme mientras llovía. Una sensación tan placentera como extraña.

Empieza uno la semana...

...agarrando la manga larga.

PS: Y probando la calefacción.

domingo, 23 de octubre de 2011

Sopa de zanahoria

Por aquello de que llega el invierno, al menos en lo que a fecha se refiere, va a ser menester pasar de la verdura en bolsa a la verdura en sopa. Hoy he hecho el primer intento y con gran éxito. A continuación, la receta, que es más simple que el mecanismo de un chupete.

Como es natural siendo una sopa de zanahorias, necesitaremos las susodichas, una patata para que espese, agua, aceite y sal.

Cortamos las zanahorias en trozos, al igual que la patata. Ponemos en una olla con agua, aceite y sal y a cocer. Cuando la cosa esté más o menos cocida, metemos la batidora con entusiasmo hasta que quede un puré. Corregimos la sal y damos otra tocata de fuego para que esté bien calentita y nos haga buen cuerpo para la noche. Y ya está.

Más sencillo, imposible.

Y quién no

El ojo inquisidor

sábado, 22 de octubre de 2011

Me sorprende cómo estás entrando en mi vida...

...concretamente en mi cocina.

No es por aguar la fiesta, pero

1. Los que tengan penas de sangre, juzgados y cumpliendo condena.

2. Las armas, entregadas.

3. Las víctimas, honradas y vencedoras.

4. Pedir perdón.

5. Constatación de que no se haya pagado un precio político.

Entonces me lo empezaré a creer. Mientas, lo siento mucho, pero no.

Consejos

A veces debería estarme quieto con los consejos, que acabo liando más que aclarando.

viernes, 21 de octubre de 2011

SAC

No soy yo muy partidario de llamar a los servicios de atención al cliente, pero hoy me he visto en la necesidad. Así que con una dosis extra de paciencia marco el número y me sale una voz que me da la bienvenida. Me dice que le explique el motivo de mi llamada, como si fuera un confesor o algo. Le digo que me pase con bajas. Y entonces me empieza a preguntar miles de cosas. Que si me diga qué quiere dar de baja, que si siga el número, que si diga no se qué... en fin. Que al rato me pasa con una señorita a la que, para preservar su intimidad y por facilidad narrativa, llamaremos Zaratustra. Y Zaratustra habló así: que no me podía atender porque tenía una incidencia en su ordenador. Pareciera que las incidencias computéricas me persiguieran. Total, que amablemente se disculpa y me emplaza a que llame de nuevo para que me atienda otro compañero con el ordenador menos roto. Le doy las gracias y llamo de nuevo.

La misma retahila de cosas de nuevo. Tras dos minutos, me pasan de nuevo con la misma teleoperadora de antes, que ya me saluda con familiaridad y me dice que vuelva a llamar, que tiene el ordenador roto. Pienso en que sentido tiene que me pasen con una persona que no me puede atender, pero ella se adelante y me pregunta si yo sabría como arreglárselo. El ordenador, se entiende. Yo digo que lo más cercano a un ordenador que conozco es una Underwood. Se ríe y dice que si le doy mi teléfono, que le gusta mi voz y que esta noche sale antes. Me siento halagado, pero le digo que ya estoy casado con mi profesión. De todas formas insiste en que me llamará cuando lo tenga todo en su sitio de nuevo. El ordenador, claro, qué si no.

Espero un rato y tras las pertinentes comprobaciones maquineras me pasan, gracias a Dios, con un operador al que le funciona el aparato. Al menos el cibernético. Me pregunta por el motivo de mi llamada, cosa de lo que apenas me acuerdo. El caso es que se lo digo, le expongo mis motivos, por eso ahora agradezco las preguntas que acababan con la frase "razona tu respuesta", y me dice que por ser tan buen cliente y tener una voz tan sexy me deja el producto gratis durante un año. La verdad es que al menos lo primero es cierto, pues les he dejado un cerro de duros durante mucho tiempo.

Yo pongo voz de no estar muy ilusionado mientras doy botes en el salón de casa acordándome de cierta canción de Queen. Y empieza a gestionar la oferta. Oigo como teclea mientras va diciendo lo que escribe en mi ficha de cliente y me pide disculpas un mol de veces por la tardanza en la verificación de la oferta. Yo le digo otro mol de veces que no se preocupe. Parece un partido de tenis, la verdad. Gracias a la rapidez de los sistemas y a que la oferta tarda 15 minutos en gestionarse, aprovechamos para consultarnos recetas de cocina, nos preguntamos por la familia y comentamos la actualidad internacional. Y nos despedimos deseándonos un feliz fin de semana. El me dice que mañana va a quedar con su chamaca y que lo mismo moja. Yo no le cuento mi plan de fin de semana para no darle envidia, porque tampoco es plan.

Si yo les contara...

La sopa está servida

Hoy, mientras hacía la compra, ha surgido de entre las estantería refrigeradas la solución a mis problemas de alimentación nocturnos. Así que he corrido a coger un paquetito y depositarlo con cariño en mi carro, mirándolo de cuando en cuando como quien se sabe poseedor de un pequeño tesoro.

Esta noche, mientras daba mi paseo, pensaba en la gran sopa que me comería. Así que he llegado a casa, me he duchado y me he puesto a ello. He leído las instrucciones: 1. Poner un litro de agua y verter el contenido del sobre; 2. Calentar durante 20 minutos; 3. Sacar una cuchara y a la sopa.

Obedientemente he procedido, pero restringiendo la cantidad de agua y la cantidad de verdura a echar, porque tampoco se va a cenar uno litro de sopa. He puesto el agua a calentar y he echado las verduras y me he puesto a preparar la súper velada de viernes noche que no les voy a contar para no darles envidia, que como saben es muy mala.

El caso es que el tiempo pasaba, aquello hervía y yo me las prometía muy felices. Pero mi gozo se ha ido directamente al fondo del pozo. Al echar la sopa en el bol pareciera como si el caldo y las verduras se hubieran peleado mortalmente. Las verduras estaban correctamente cocidas. El caldo había adquirido un color verde tipo menta poleo o té verde. Pero la cosa no casaba.

He procedido a ingerir el preparado, recordando entonces la importancia de la sal. Cada cucharada era una llamada perdida a la tierra del sabor. Así que, cuando se me acabó el saldo de tanto llamar, he acabado con la verdura y he tirado el caldo por el sumidero, prosiguiendo con la cena y su discurso habitual, con cara triste y pensando en qué hacer con el 70% restante de verduras que espera en la nevera con ilusión.

Menos mal que he comprado unos champiñones y unas zanahorias, a ver qué hago con ellas.

Sueños

Dos palabras valen más que una imagen



Visto aquí.