lunes, 26 de marzo de 2012

Endespués

Esta tarde, cuando paseaba camino de la percusión, me ha dado por analizar los carteles y eslóganes electorales. Ya sé que debería haberlo hecho antes para haber orientado correctamente el sentido de mi voto, pero he de reconocer que, últimamente, me he desorientado casi sin querer queriendo.

En algunos casos, en la noche electoral, sería menester retirar los carteles. Más que nada por piedad. Sobre todo cuando se aspira a un cambio y al final todo cambia para que todo siga siendo igual. Hay que reconocer que en esos momentos no se está para fiestas, pero eso es como el fútbol, mejor no dar ideas para los del equipo contrario al día siguiente.

Otros debemos reconocerlos como proféticos, especialmente el de IU. Ahí hay que reconocer el mérito del pensador del eslogan, así como reconocer el mío propio por haber escribido ahí hay correctamente, cosa que un alumno medio de la ESO no podría hacer si una ojeada rápida al Word Reference, en el supuesto caso de que supiera que demonios es eso del Word Reference.

En resumidas cuentas, que enhorabuena a todos que para eso han ganado. Y nosotros, pues a pagar, como Dios manda.

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