lunes, 22 de febrero de 2010
Consumismo religioso
Es curioso que en una sociedad tendente a la idea de que Dios no existe, y ni falta que hace, se recurra cada vez con más frecuencia a la religión para vender. Total , que vas al Mercadona a comprar y no paran de promocionarte el bacalao con la excusa de la cuaresma y de que hay que ser tradicional. ¿No es para flipar? O como esos diarios que atacan a todo aquello que huela a religión y a la más mínima te venden unas estampitas o unas chapitas o cualquier soplapollez o folletaduca relacionada con el patrón de culto local. ¿Tan importante es el dinero como para renunciar a unas "ideas o principios sólidamente sólidos"? Va a ser verdad eso que decía Groucho Marx...
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