viernes, 31 de diciembre de 2010

Rituales de nochevieja IV

Si me llegan a decir, si nos llegan a decir, hace un año cómo iba a cambiar nuestra vida no me, no nos lo, creo, creemos.

Y es que en el fondo tampoco ha cambiado tanto como se pretende. Todo ha seguido más o menos en su sitio, pero nada ha permanecido. Lo que antes era provisional, se ha convertido en permanente. Para celebrarlo, me fui al Ikea y me compré una vajilla insulsa y una lámpara hipermoderna, que me permite ahorrar en electricidad lo que antes he gastado en bombillas, aparte de cien mil idioteces prescindibles. He seguido haciendo básicamente lo mismo, con más o menos acierto, y he seguido replanteándome mi vida personal y profesional con la misma mala leche de siempre, lo que pasa es que antes o lo hacía peor no no me hacía tanto caso, será la edad...

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