En la soledad del cuarto de estar me encuentro. Las madres se fueron de viaje y aquí me encuentro yo, al cargo de dos gatos y de dos casas, una de ellas ruinosa, para más señas.
No se el por qué de tanto empeñarnos en diferenciarnos de nuestros padres si, al final, somos carne de su carne y a ella volvemos. De hecho, cada vez veo más claro en mi los gestos de mi padre, sus palabras y casi hasta sus funciones, sacrificándose por una causa mayor que, al fin y al cabo, era en parte la responsabilidad y en parte su propio egoísmo.
o-o-o-o-o
El frío me ha sorprendido al llegar, aunque ya sabía que estaba aquí. La sierra blanca me ha cegado en el viaje, cada vez más inconsciente y liberador. Hemos pasado del venir dormido al venir hambriento.
viernes, 5 de diciembre de 2014
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