Ayer me dijeron que, cuando besamos, se produce un traspaso de feromonas, microbios u otros bichos que parten del sujeto besante e invaden el cuerpo del sujeto besado y, en función de esas feromonas, microbios u otros bichos, el sujeto besado evalúa al sujeto besador, en una especie de competencia amatoria que estaría por legislar (como las demás, dicho sea de paso) y decide si es o no una persona válida para sus intereses.
Pues eso.
lunes, 26 de marzo de 2012
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