Hoy el viaje ha sido revuelto. No como tantas otras veces, en las que la música me acompaña suavemente mientras salgo de casa para llegar a mi casa y me dejo llevar por canciones que conozco tan bien como las historias que las acompañan.
Mi mente bulle, porque hay demasiadas cosas dentro de ella. Y, por primera vez en mucho tiempo, no son casi todas buenas. Siento mi tranquilidad robada, secuestrada por tantos problemas a mi alrededor, casi todos creados por mí mismo.
No sé cómo lo voy a arreglar. Pero lo tendré que hacer.
viernes, 23 de marzo de 2012
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