viernes, 7 de octubre de 2011

Festivos

Hoy para mi es fiesta, pero no para el resto de mortales que me rodean, lo que supone una ventaja que no hay que despreciar. Tener acceso a todo en un día de diario en el que uno no trabaja es un pequeño placer gratuito que nunca sabré apreciar y agradecer en su justa medida.

La mañana no se ha podido desarrollar tal y como pensaba, pues quería pasarme a dejar unos papeles pero, extrañamente, se me ha perdido el principal, con lo que tendré que externalizar la entrega de los mismos. Una oportunidad perdida. Qué se le va a hacer. Claro, que he compensado con creces esta tarea faltante. Hay que aprender a aprovechar las oportunidades.

Esta ciudad de mi infancia y juventud se difumina en mi mente y en mi corazón. Hasta casi tiene uno que pensar por dónde se va a tal sitio, cuando antes mi cabeza era un gps que localizaba y describía todo sin necesidad de estar presente. Los tiempos me van llevando por caminos que hay que dejarse llevar cuando uno no tiene el control total de su vida. Mío es el tiempo, no los lugares.

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