lunes, 10 de julio de 2017

¡El metro! ¡El metro!


  Iba yo ayer, feliz, camino de la estación de autobuses, en esa faceta de taxista que a veces me acompaña cuando, al cruzar el paso de peatones, oí el ruido de una campana. Me pareció un poco tímida para ser la del juicio final, fueraparte de que en domingo están cerrados los juzgados. Así que giré mi cabeza y lo vi, majestuoso, acercarse y pasar delante de mi, con ese aire de suficiencia que se dan los entes importantes.

Paró y lo contemplé. Brillaba en lo alto el cartel de "Sin servicio". Y, tras guiñarme un led, reanudó su marcha lenta, camino de tierras lejanas. Albolote, mismamén.

Y así fue como nos conocimos el metro y yo. 

Aunque algunas mentes malvadas y aviesas le quieran llamar tranvía.

2 comentarios:

  1. Ni quito ni pongo metro, pero a ese apechusque en Murcia lo llaman tranvía, y no sé si porque se soterre un poco tenga que convertirse en ferrocarril metropolitano de Granada.

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  2. Yo solamente me acuerdo de aquella yanqui que preguntó donde paraba el underground y le dieron una pala para que fuera cavando

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