Estimado M.:
En primer lugar, quiero agradecerte tu Whatsapp. No todos los días recibe uno mensajes que le llegan tan directamente al corazón y que son un espaldarazo a seguir trabajando con mis alumnos. ¡Llevo dos días pensando cómo poderte responder para estar a la altura!
Es ciertamente triste que nos dejes, sobre todo a tus compañeros, que desde pequeño te han visto crecer en todos los sentidos. No los olvides. Dejas muy buenas personas que siempre te tendrán en su recuerdo. Mantenlos siempre en tu corazón y no pierdas el contacto con ellos. Siempre se alegrarán de tus éxitos, de saber de ti de vez en cuando y disfrutarán de tu compañía cuando vengas.
Vigila la gente que te rodea. Conocerás gente fantástica, que te ayudará. Y otra gente, disfrazada, que no, aunque parecerá que sí. Apóyate en la gente de verdad, en la que merece la pena. Es difícil encontrarla, pero algunos quedan todavía. Búscalos y consérvalos. Son el verdadero tesoro de la vida, lo que realmente te quedará cuando, ya muy viejecito, eches la vista atrás.
Pero, sobre todo, lucha por tus sueños. Lucha incansablemente hasta conseguirlos. Apóyate en tu familia, en tus amigos, en tus compañeros. Lucha hasta que desfallezcas y luego un poco más. Tanto si lo logras como si no, descansa tranquilo al finalizar cada día sabiendo que has dado lo máximo de ti en todo. Algún día las cosas no saldrán bien. No te rindas y sigue trabajando. El día que llegues a la meta experimentarás la sensación de la victoria, del deber cumplido y eso te hará sentirte orgulloso de ti mismo. Y mirarás alrededor contento y agradecido.
No quisiera extenderme mucho más. A pesar de todo lo que te digan, o de todo esto que has leído si has llegado hasta aquí, sé por experiencia que el ser humano aprende a base de estrellarse contra la pared. Somos así. Cuando eso te pase, sonríe y acuérdate de esta carta. Tan solo quiero agradecerte también estos años contigo. A veces digo, y cada día creo que es más cierto, que nosotros os enseñamos, pero los que aprendemos somos nosotros. Espero poder seguir aprendiendo de ti.
Un fuerte abrazo.
Juanfran.
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