Hay días que son como etiquetas, que se señalan en el calendario con una chincheta de color preestablecido y que nos clasifican, según estemos dentro o fuera del círculo.
Normalmente, dado que siempre mentimos, los de dentro están encantados de estarlo y los de fuera encantados de no estar dentro. Pero ambos se miran y, en su fuero interno, se envidian.
Nadie se conforma con lo que tiene.
martes, 14 de febrero de 2012
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