Salgo del garaje a 13º. Al rato, estoy a 7º. Sigue bajando la cosa y, al final se queda en 4º. La lucecita ámbar con forma de estrella se enciende, para gran emoción mía. Tengo mi propia alerta naranja.
Sigo avanzando y los bordes de la carretera se vuelven blancos. Hay estalactitas o estalagmitas que cuelgan de los quitanieves. Y, a lo tonto, estamos a -2º bajo cero (por si hay alguna duda y valga la reiteración) La estrella naranja se convierte en roja. Cuando el coche era más nuevo pitaba, pero con el tiempo ha tomado confianza y ya creo que no lo hace. Aparte llevo la música a toda pastilla, así que tampoco creo que lo oyera.
Pasa un rato y la temperatura asciende a unos tropicales 2º sobre cero. Pero aún queda el último puerto de montaña y la temperatura vuelve a ser la misma, pero con un signo menos delante. Con tanto frío, hasta los intervalos abiertos se cierran.
Llego a casa. Y me esperan mi hermana y mi abrigo blanco. Pero, curiosamente, aquí no hace tanto frío.
viernes, 3 de febrero de 2012
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Tenga Vd. cuidado con esos tránsitos raudos de temperatura. A ver si se le constipa el vículo a motor.
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