domingo, 26 de febrero de 2012

Turisteces

Día duro el de hoy. Primero, desayuno buffet. Bien es cierto que no había muchas cosas, pero en los bufetes nunca sé qué elegir. Me bloqueo. Por lo menos me he hecho entender y he podido tomar tostadas y café, que ya es algo. Eso sí, el café un aguachirri espectacular.

Nos hemos puesto en camino a nuestro primer destino, Westmister, donde hemos visto la catedral y la abadía. Nos hemos hecho también la típica foto delante de una cabina y hemos ido en busca del río Thames.

De ahí, a Trafalgar Square. En el bullicio de la plaza hemos comido un sandwich y un yogur de esos con muesli. Cuánta vida tiene esta ciudad.

Después, y para refugiarse en la dura hora para el turista que es el momento post-comida, hemos ido a la National Gallery. Tan cansados estábamos que casi la Venus del espejo nos deja el cheslon donde se recuesta, pero nos ha dado cosica y nos hemos ido.

Llegó el momento café y, como buenos turistas, nos metimos en un Starbucks. Pedí un capuchino y la señorita me pidió mi nombre. Me aclaró que no era para ligar, sino para llamarme cuando estuviera listo. Yo le dije en un correcto inglés de eoi que me llamaba Juan. Y ella me bautizó como Ewan. Luego pensé en haberle dicho mi nombre en inglés, pero me pasó como cuando veo fotos en el facebook, que me bloqueo y no reacciono a tiempo.

Posteriormente, paseo por Covent Garden y rumbo al palacio de SuMa, previo paso por los jardines de palacio, infestados de ardillas que ya no es que te pidan, sino que te exigen.

Por último, vuelta a Westmister a hacer fotos al Big Ben de noche y al hotel en el 148.

Salimos a cenar en un italiano, queremos subsistir al menos un poco, donde el verbo ignorar adquiere una nueva dimensión, hasta entonces desconocida por nosotros. No obstante, la comida muy rica.

Y ahora, un pis y a dormir, que esto de escribir con el móvil es la muerte a pellizcos.

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