jueves, 2 de febrero de 2012

Infinitésimos

Las discusiones blogueras de días pasados me llevan a recordar el por qué estudié Matemáticas, por aquello de la exactitud y porque quería dedicarme a enseñarlas.

Pasado el tiempo, la exactitud me ha servido para poco y la pasión por enseñarlas se ha enfriado un poco por el desinterés de mis alumnos. Pero al menos las he de descubierto, agazapadas en la música.

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