Tengo un jersey, con dibujos geométricos sobre fondo gris que, en su época, era el jersey de los domingos pero que, poco a poco, se ha ido haciendo paso hacia la ropa de diario y, últimamente, ya está asignado a la denominada ropa de estar en casa o ropa de pobre.
En aquellos tiempos yo tenía más envergadura que ahora, que supongo será por la medicación, y lo llenaba en su totalidad. Hoy, más mermado en muchos aspectos, quepo en él de forma que puedo perderme en el mismo y no encontrarme. Así que el otro día, mientras fregaba la casa, recordé que una vez mi madre lavó por error un jersey de lana en la lavadora y encogió sobremanera. Y se me ocurrió hacer lo mismo con mi jersey, pero de forma menos accidental.
Y esta noche lo he puesto a lavar. Mientras redacto estas líneas estará el pobre venga a dar vueltas, mientras a mi la inquietud me invade, al igual que un ejército invade lo que le dicen que invada, que para eso están los ejércitos, para invadir...
En fin, que luego les cuento.
martes, 28 de enero de 2014
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