Si hay algo que me guste en la vida es empezar nuevos caminos. Más exactamente, intentar explorar esos caminos que una vez tracé pero que por cosas y órdenes de importancia no pude hacer. El entrar a un mundo nuevo que un día vi brillar por una ventana.
Y ahí estoy, con el mundo de la bolsa. He hecho ya algunas operaciones, todas ellas de mentira y me he dado cuenta de que cuanto más sé, peor me salen. Pero, de alguna manera, estoy contento, pues sé que estoy en el camino, que será complicado, pero que algún día llegaré a estar donde quiero.
A las malas, lo habré intentado.
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