miércoles, 22 de agosto de 2012
Verano XLI
Puedo comprender la crisis. Incluso tolerar las desastrosas leyes educativas. No me parece mal que los políticos roben con o sin medida, o degraden a sus ciudadanos ala condición de súbditos. Pero la falta de profesionalidad de las repartidoras de romero de la Catedral es intolerable. ¿Es que no se nota que soy de aquí?
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Hombre, por favor... ¿A dónde vamos a parar?
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