Si hay algo que tiene Internet y que hasta el momento nada había ofrecido, sobre todo en lo referido a la inmediatez y universalidad, es la posibilidad de compartir, de mostrar al mundo lo bueno que tenemos y lo que somos capaces de hacer, y así podemos descubrir que hay gente, quizá en otra parte del mundo, que tiene nuestros mismos miedos, nuestras mismas esperanzas, que ha pensado lo mismo que nosotros y que ha sido lo suficientemente valiente para decir al mundo que sí, que ellos también se sienten solos, que quieren compartir algo con los demás y que así quieren aliviar su pena.
Y quizá, de esta manera, se sientan un poquito más reconfortados. Menos hoja seca en este océano azul de agua incierta.
miércoles, 29 de agosto de 2012
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