Todo era azul. Absolutamente azul. El suelo, las paredes, las puertas. En diversos tonos, pero azul. Un azul que me recordaba tiempos pasados y tiempos que volverán, aunque esperemos que no se den mucha prisa en hacerlo.
o-o-o-o-o
Estaba de pie, atendiendo, hablando. Quería irme, pero no quería irme. La conversación era trivial, pero no quería que acabara. Ignorábamos la causa. Pero no éramos felices.
o-o-o-o-o
Se abrió la puerta y salió. Tuve que sujetarme el corazón. Se me caía de nuevo al suelo, entre tanto azul.
sábado, 18 de agosto de 2012
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