No todo en el cine son películas intelectuales con moralejas o moralinas. También hay que ver, de vez en cuando, un rato de distracción sin pretensiones, en el que evadirse de las preocupaciones diarias y de los problemas cotidianos. Nada de ensanchar los horizontes mentales. Tan sólo, reírse un rato.
lunes, 3 de septiembre de 2012
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