Primero: No hay nada peor que confirmar ciertas sospechas. Es curioso, sabes que es cierto, lo asumes, pero no te lo quieres creer, a pesar de que sabes que, inevitablemente, te estás engañando. Hasta que te encuentras de bruces con la realidad. Y entonces... no te queda más que asumirlo. Por dura que sea.
Segundo: Las despedidas. Odio las despedidas. No soporto las despedidas. No me acostumbro a las despedidas. Adiós.
Tercero: Tres días seguidos escribiendo. Todo un record. Me siento orgulloso de mi mismo.
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