sábado, 25 de mayo de 2013

Decandencia o seis meses sin el desayuno del sábado

En otro tiempo, no tan lejano, no me hubiera levantado yo a las 9 de la mañana un sábado sin necesidad, por puro placer.

Se hace uno viejo. Al menos el desayuno del sábado ha sido en una fantástica compañía. La del coche así adjetivado.

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