Debió ser apasionante vivir aquellos tiempos en los que huir buscando un futuro alejado del pasado era aun posible. Donde las costumbres todavía mantenían ese nombre. Donde las mujeres eran cortejadas con carabina y besar antes del matrimonio era un estimulante entretenimiento.
Cuando las formas daban sentido al fondo. Cuando los bailes no eran ridículos si los veías desde fuera. Cuando la inocencia aún campaba a sus anchas y al pecado se le llamaba de usted. Cuando la felicidad era una pradera verde y un amanecer sin sueño pero con la ilusión del día por venir. Cuando todos los días se presumían iguales pero eso no era una esclavitud, sino un regalo del cielo.
Cuando de valoraba mas la idea que el dinero. Cuando el dinero no tenia valor, porque nada se podía comprar con él. Cuando ser aguerrido no era un adjetivo desconocido.
Cuando tu me amabas y a mi no me importaba admitirlo. Cuando yo te amaba, por supuesto, sin decir nada.
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