viernes, 3 de mayo de 2013

Sujetos turistas

El oriental, al salir de su país, deja de ser un dechado de educación y amabilidad y se convierte en una despiadada máquina de hacer turismo.

Si actúan en solitario van armados con sus cámaras reflex. Con ella apuntando hacia adelante, van fulminando turistas de otras nacionalidades que están más desprotegidos fuera de grupos. Dado su reducido tamaño, se van entrecolando entre la gente hasta llegar a la primera fila del objeto expuesto, sea cuadro, escultura o pizarrín con menú del día.

Si van en grupo, la posibilidad de supervivencia se reduce notablemente a lo escasa que viene siendo en el cuerpo a cuerpo turistil. Guiados por algún traidor local ataviado con los más extraños objetos por estandarte, forman legiones en filas de dos tan compactas que es imposible penetrarlas. Si quiera apenas para cruzar de un lado a otro. El ataque es repelido en un pis pas. No queda otra que esperar que pasen. Y rezar para no salir de rebote en alguna foto.

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