I. La lengua está mal puesta. En algunos casos debería estar en el otro extremo del aparato digestivo.
II. Desconfía de los arbustos fosforescentes cercanos a la carretera.
III. Sobre el cambio. La huida hacia adelante puede no ser cambio, pero por lo menos no te estás quieto. Cuando menos, disimulas.
domingo, 3 de octubre de 2010
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