Sentado en tu sillón veo tus cientos, miles, de libros, aguardando que los leas. Esperando, pacientemente, en fila. Soportando la humillación de haber sido desplazados por períodicos siniestros de pésimas noticas y libretos de óperas en alemán autodidacta.
No sé si los libros sabrán llorar.
sábado, 20 de abril de 2013
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