miércoles, 9 de octubre de 2013

Puente y post-puente

Lo malo de los puentes es que uno se acaba acostumbrando a ellos. Y luego están los días de ir a trabajar y no trabajar porque te falta la materia prima. Y, al final, acaba uno haciendo de todo menos aquello para que lo que se supone que le pagan. Total, un lío.

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Feria del mediodía. Relajada. Animada. Sorprendente. De reencuentros.

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Por mi mala cabeza estuve haciendo hora. Se me olvidó el número de cuenta. Se me olvidaron las llaves. Al final resolví muy poco de lo que tenía que hacer. Bueno, en realidad sí que lo resolví, pero no me sirvió para nada. Afortunadamente, encontré otras soluciones. Es lo que tienen ser creyente, que cuando Dios te cierra una puerta, abre una ventana.

Y te hace venir cargado. Muy cargado.

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Lo cual me hace apreciar que parece que bajan las temperaturas. El año en que no hubo verano, tampoco habrá invierno.

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