Con esto de la crisis estamos todos algo nerviosos. No sabemos qué pasará con nuestras vidas ni con nuestras cada vez más mermadas haciendas. Pero hay que mantener la esperanza, por lo que pueda pasar. Y precisamente la noticia de hoy es para que dejemos de tenerle miedo a una posible intervención por parte de los países extranjeros o de los socios de la UE, precisamente a partir de las experiencias de nuestros compatriotas.
Leo en el periódico mientras desayuno el caso de una señora en una ciudad de cuyo nombre no me acuerdo, más que nada porque con los recortes como menos alimentos ricos en fósforo y como además tengo vitrocerámica, apenas gasto ya cerillas. Según se puede leer, el testimonio de esta señora es bastante tranquilizador: "Serían las once de la mañana. Estaba yo limpiando con la repetición de la copla del sábado que me graba mi hija en un pendrais, cuando llamaron a la puerta. Abro y me encuentro a un señor rubio, alto, de ojos azules, con un fuerte acento alemán, y me dijo que venía a intervenirme. Yo no sabía que pensar ni que hacer. Además, mi hija seguro que estaba viendo a la Ana Rosa Quintana y cualquiera la molesta cuando hacen el repaso a la prensa rosa. Así que le dejé entrar y le puse un café. El hombre se lo tomó muy educadamente y hasta llevó el plato y lo fregó. Y entonces fue cuando me explicó lo de la intervención"
En este momento, el relato de nuestra protagonista entra en materia: "Cuando acabó de explicármelo todo yo no lo veía muy claro, pero aun así acepté, porque estamos en una situación difícil y yo soy muy patriota. Así que nos fuimos al dormitorio a que me interviniera. ¡Ay! eché de menos y todo los buenos tiempos de mi Antonio, porque me intervino tan bien que me dio pena no estar más endeudada. Le pregunté que si pidiendo otra hipoteca me intervendría otra vez, pero me dijo que ya no dependía de él, que hay un horario de interventores y que es lo que le dan, pero que lo mismo si había quedado satisfecha con la intervención, que llamara a su jefa, que creo que se llama Ángela, a ver qué podía de hacer"
En comunicación con esta señora, que nos ha pedido que la llamemos Pepi para que no se sepa que se llama Gertrudis, nos ha informado de que "hay más gente que está siendo intervenida. De hecho un matrimonio joven que vive encima se ha separado por culpa de la intervención, ya que ella pilló al marido siendo intervenido por una tal Frida, apodada La Tigresa de la Selva Negra. Si es que esto no son más que desgracias aunque yo, dentro de lo malo, no me quejo"
Bueno, pues estén atentos a las posibles intervenciones. Recuerden que hay que sacrificarse por el país.
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