Yo que quería ir al gimnasio para ponerme cachas y resulta que tengo ahí el huerto, para explayarme a mis anchas. Tarea hay, desde luego. Hoy le hemos dado una buena tunda.
No sé de donde habrán salido tantos laureles por todas partes. Hay suministro para todos los juegos olímpicos de aquí a que se acaben los tiempos, sobrando para potajes variados.
Subido en un árbol, las cosas se ven de otra manera.
Se agradecen las maderas que se parten con facilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario