Supongo que no hay mejor despertador que un buen rayo de Sol en todo el ojo. La pena es que no distingue de vísperas o festivos.
o-o-o-o-o
Tras la limpieza y la visita a las canteras hoy me he levantado estornudando y con el pañuelo de guardia perenne.
Tras casi siete años, he decidido utiliza armarios y cajones que no usaba. Estaba tirando parte de lo que me cuesta el piso, y tampoco es cuestión de ir regalando el dinero. El cristal traslúcido hace una idea de lo que pudiera haber detrás suya. Como una invitación a fisgar, a ser abierto, a ser tocado.
Los cajones, en cambio, son más discretos.
domingo, 16 de junio de 2013
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