Me acuerdo de la señorita Pepita. Me acuerdo de los signos escritos en rojo. Me acuerdo de por qué me discriminó al resolver ecuaciones con fracciones. Me acuerdo de la línea 12. Me acuerdo de lo fresca que fue en algunas ocasiones. Me acuerdo de una defensa que nunca pedí y de un ataque que siempre me esperaba. Me acuerdo del mal ojo que tengo.
Casi mejor que no acordarse...
martes, 14 de diciembre de 2010
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